El patriarca Cirilo, durante el oficio de la misa navideña en la Catedral del Cristo Salvador de Moscú.

El patriarca Cirilo, durante el oficio de la misa navideña en la Catedral del Cristo Salvador de Moscú. Evgenia Novozhenina Reuters

LA TRIBUNA

Los sacerdotes rusos son tan peligrosos como sus espías

Los rusos construyeron toda una red para preparar una invasión armada en Ucrania y propagar las ideas del Kremlin bajo la fachada de la Iglesia.

3 julio, 2023 02:22

Los agentes rusos, que no sólo espían, sino que también organizan sabotajes, son un problema para muchos países occidentales. Basta mencionar a la exsoldado estadounidense Sarah Beals, quien en interés de Rusia arrojó a los medios documentos parcialmente falsificados de la Inteligencia estadounidense, y Bulat Yanborisov, el organizador de carreras de rally recientemente descubierto en Francia. En la primavera de 2022, España expulsó a 25 "diplomáticos" rusos por sospecha de espionaje. Luego, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, dijo que estos "diplomáticos" atentaban contra los intereses nacionales del Estado.

Un periódico de propaganda rusa que fomenta el separatismo en la región de Transcarpatia..

Un periódico de propaganda rusa que fomenta el separatismo en la región de Transcarpatia.. Servicio de Seguridad de Ucrania

En Ucrania, a la que Rusia intenta devolver a su esfera de influencia desde hace más de treinta años, los agentes rusos no se encuentran sólo entre diplomáticos, figuras públicas, medios de comunicación y personal militar. Los rusos construyeron toda una red para preparar una invasión armada, reunir inteligencia y propagar las ideas del Kremlin bajo la fachada de la Iglesia. Su nombre oficial es Iglesia Ortodoxa Ucraniana, aunque está subordinada al Patriarcado de Moscú y forma parte de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Durante la época soviética, esta Iglesia era la única permitida en Ucrania. Cuando el Estado obtuvo la independencia, los ucranianos recuperaron de la clandestinidad las iglesias nacionales: la Iglesia Católica Griega Ucraniana y la Iglesia Ortodoxa Autocéfala. También fundaron su propio Patriarcado de Kiev. Sin embargo, la Iglesia Rusa tenía la mayor cantidad de recursos, templos y parroquias; además, fue apoyada abiertamente por las autoridades por temor a conflictos con el Kremlin.

En Rusia, la Iglesia, como en el pasado, está bajo el control total del Estado y es una herramienta política. Por eso, no es de extrañar que la Iglesia Ortodoxa Ucraniana comenzara a trabajar en función del interés de las autoridades rusas, que tomaron como rumbo restaurar el imperio.

Sacerdotes del Patriarcado de Moscú difundían símbolos del Kremlin y literatura prorrusa, promoviendo la idea de un "mundo ruso". Hablaban de ucranianos, rusos y bielorrusos como "una nación" injustamente dividida. Y cuando, en 2014, Rusia se apoderó de parte de los territorios ucranianos, los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana apoyaron al agresor.

"Un agente-sacerdote es más barato que un amigo cercano del dictador, pero a la vez decenas de veces más caro que un soldado ruso"

La historia se repitió en 2022, cuando Rusia lanzó una ofensiva a gran escala contra Ucrania. Los sacerdotes del Patriarcado de Moscú suministraron provisiones a los ocupantes, los bendijeron por la "liberación" de las tierras ucranianas, incitaron a los residentes locales a que obedecieran al "nuevo Gobierno" e incluso guiaron los ataques de misiles y artillería rusos en sus propias ciudades.

La Iglesia de Moscú desempeña un papel importante en la difusión de propaganda prorrusa en las regiones occidental y central de Ucrania, donde las opiniones del Kremlin no son populares. En particular, en la región de Transcarpatia, la más cercana a la Unión Europea. Aquí Rusia, con la ayuda de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, trató de avivar el movimiento separatista RusSubcarpatiana.

La propia Iglesia Ortodoxa Ucraniana rechaza todas las acusaciones y afirma que rompió los lazos con la Iglesia Rusa después del 24 de febrero de 2022. Sin embargo, los documentos no avalan esto y en varias ocasiones fueron encontrados pasaportes rusos en posesión de clérigos de alto rango de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (la ley ucraniana prohíbe la doble nacionalidad).

El Servicio de Seguridad de Ucrania, al registrar iglesias y casas de sacerdotes colaboracionistas, ha descubierto más de dos docenas de casos de este tipo. La propaganda rusa trata de presentar allanamientos y procesos penales contra sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana como "persecución religiosa" y discriminación.

Una serie de objetos incautados por las autoridades ucranianas a un sacerdote en Járkiv.

Una serie de objetos incautados por las autoridades ucranianas a un sacerdote en Járkiv. Servicio de Seguridad de Ucrania

Los resultados de los intercambios de prisioneros demuestran cuán valiosa es esta agencia para el Kremlin. En abril de 2023, un sacerdote detenido por colaboracionismo fue intercambiado por 28 soldados ucranianos. A modo de comparación: Viktor Medvedchuk, un político ucraniano prorruso de cuya hija el mismo Vladímir Putin es padrino de bautizo, fue intercambiado por 200 combatientes capturados. Es decir, un agente-sacerdote es más barato que un amigo cercano del dictador, pero a la vez decenas de veces más caro que un soldado ruso.

Rusia no sólo utilizó sacerdotes como agentes en Ucrania. El periódico suizo Tages-Anzeiger descubrió que el actual líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Cirilo (Gundyaev), quien bendijo la invasión de Ucrania, era agente de la KGB en Ginebra. Y su sobrino todavía sirve en la Iglesia en Suiza. El presidente húngaro, Viktor Orbán, defiende desesperadamente al patriarca de las sanciones europeas y dice que es la Iglesia la que puede "negociar la paz".

Hay 35 clérigos en el "Registro de Traidores del Estado", que ha sido confeccionado por la organización no gubernamental ucraniana Chesno durante más de un año. Se trata en su mayoría de miembros de la Iglesia del Patriarcado de Moscú, de quienes se sospechaba o a quienes se buscaba por su posible cooperación con los ocupantes. Aunque también hay un muftí, Emirali Ablayev, que trabaja en la Crimea ocupada.

La Iglesia del Patriarcado de Moscú difícilmente habría podido lograr tal éxito en ese trabajo si no fuera por el apoyo de los políticos. Uno de los lobistas más fervientes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, el exdiputado Vadyv Novinsky, abandonó el país el año pasado tras perder su mandato; tiene el rango de protodiácono y ahora sirve en la Iglesia Ortodoxa de Zúrich. Antes del comienzo de la guerra, Novinsky defendió arduamente los intereses de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y se opuso a la creación de una iglesia ortodoxa local.

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No sólo los políticos se convirtieron en sacerdotes del Patriarcado de Moscú, sino también viceversa. Así, Pavlo (Petro Lebid), el odioso abad del Monasterio de las Cuevas de Kiev de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, era diputado del Ayuntamiento de Kiev del ahora proscrito Partido de las Regiones prorruso, encabezado por el fugitivo expresidente Víktor Yanukóvich.

Algunos políticos, organismos públicos y medios de comunicación de Europa, bajo la influencia de la propaganda rusa, salen en defensa de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana o "expresan su preocupación" por el supuesto enfrentamiento religioso en Ucrania. En cambio, deberían mirar más de cerca a los sacerdotes de la Iglesia Rusa que sirven en sus países. Después de todo, estas personas no son menos peligrosas que los "diplomáticos" rusos, que en realidad son espías. Los sacerdotes de la Iglesia Rusa tienen influencia sobre grandes audiencias, pueden difundir propaganda y amenazar la seguridad no sólo de Ucrania, sino también de Europa.

¿Cómo decidirá exactamente Rusia usar esta herramienta de influencia mañana? Ya hemos visto a alguien enviar explosivos en sobres a políticos españoles; en The New York Times especularon que no fue sin participación rusa. En manos de un Estado terrorista, cualquier cosa puede convertirse en un arma, sea la oficina de correos, la Iglesia o el sistema político.

*** Iryna Fedoriv es editora jefe de Chesno.

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