Yolanda, ¿qué es una mujer?
Cuesta hacerse a la idea de que hemos llegado a un punto en el que farsas como las que sostienen la ideología queer sólo son denunciadas por la ultraderecha.
Antes del día infausto del 23-J, en el debate electoral a tres organizado por RTVE el 19 de julio, se escenificó un debate en dos bloques muy marcados. Por un lado, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, en total sintonía y de colegueo. Y, por el otro, Santiago Abascal cerrando España sin más compañía que él mismo.
Si lo vieron, recordarán que los candidatos tocaron varios temas y me gustaría hablarles de uno de ellos.
El dúo de izquierdas, en comandita, y a pesar de ser ambos responsables de leyes insensatas como la del sólo sí es sí y la Ley Trans, estuvieron jugando ser más feministas que nadie exigiendo al de Vox que dejara de "reírse de las mujeres". Y espetándole que su propuesta política era "derogar todas las normas mientras nos siguen matando". Así iban las cosas de grotescas cuando Abascal les hizo una sencilla pregunta: "Para ustedes, ¿qué es una mujer?".
No parece muy difícil de contestar, ¿no? Establecer, por mor de la discusión, la naturaleza del sujeto. Saber qué es ese ente cuya invocación tanto ayuda, por ejemplo, a cobrar un sueldo fuera del mercado a políticos del PSOE o Sumar (y de Ciudadanos o del PP) y a un montón de asociaciones e institutos varios. No es mucho pedir teniendo en cuenta los miles de millones que, cuál agujero negro, son absorbidos ahí en un año.
Pues no respondieron. Definir los conceptos para la izquierda es como dejar entrar la luz del sol para el vampiro. Viven y medran felices en el mundo de lo subjetivo, de lo impreciso. Y la presencia de la razón, de la realidad, suele convertirles en un tusivo sudario de polvo.
Consciente del peligro la parejita le devolvió la pregunta sin pestañear: sí, ¿qué es una mujer, señor Abascal? Que pronunciase él lo innombrable. Que saliera de su boca lo que habría de girar los ojos de terror a sus militantes más ideologizados: la verdad de la ciencia.
Pero era ir demasiado lejos, quizá, hasta para Vox. Para mi sorpresa, su líder tampoco quiso mostrar la desnudez intelectual de sus contrincantes. No podía creerme que cerrase la discusión concediendo un: "Pues aquí hemos quedado en tablas".
¿Cómo en tablas? ¡Si lo tenía a huevo! Me costaba pensar, sin ir más lejos, que Santiago Abascal no estuviera al corriente de las muy "virilizadas" andanzas de un periodista estadounidense que preguntó a diestro y siniestro justamente lo que les demandó al dúo PSOE/ Sumar. Matt Walsh, columnista del The Daily Wire y autor de cuatro libros, mostró globalmente las carencias intelectuales de una serie de psiquiatras, psicólogos, políticos, médicos, cirujanos y profesores de Universidad plegados a la ideología queer.
"Nadie es capaz de contestar lo obvio, razonable y científico: una mujer es una hembra humana adulta"
Por ejemplo, de Michelle Forcier, pediatra consultora del Hasbro Children's Hospital, Rhode Island, que le respondió que una mujer es "alguien que reclama eso como su identidad. Podría ser muchas cosas para muchas personas". Incluso gente de la calle le respondió con circunloquios.
En un famoso video pregunta qué es una mujer a un grupo de señoras de la ciudad de Nueva York. Farfullando entre risas nerviosas, responden: "Es difícil". Una mujer se atreve: "Alguien que se considera delicado y bonito". Un hombre travesti sugiere que una mujer es "alguien que se identifica como mujer".
La réplica de Walsh es obvia: "¿Pero qué es eso?". Acaban respondiendo: "Honestamente, no lo sé". Como dice Walsh, nadie es capaz de contestar lo obvio, razonable y científico: "Una mujer es una hembra humana adulta". The Daily Wire difundió el documental por Twitter, que al principio lo impidió por considerar que "incitaba al odio", hasta que Elon Musk intervino para permitirlo. En una semana, tuvo más de 170 millones de visualizaciones.
Así que escribí en el buscador "Abascal Matt Walsh" y me salieron varias veces los nombres asociados. Por ejemplo, en esto de Nius: "¿Qué es una mujer? Con esta pregunta, Santiago Abascal, utilizó la anécdota del debate electoral con Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Parece una cuestión simple, pero está cargada de intención. Y tiene una historia larga (en la que interviene hasta Elon Musk) dentro de la derecha estadounidense. No es la primera vez que Vox es el cauce de entrada en España de marcos conceptuales fabricados allí."
Nius (Nueva Información Útil y Sencilla) es un diario digital de Mediaset. En teoría su propósito es ser "un medio de comunicación fiable que aspira a explicar la esencia de la actualidad. Más basado en la información que en la opinión. Que cree en el equilibrio más que en la polarización." Sin embargo, utiliza de forma estigmatizante "derecha", y señala a Vox como "puerta" donde se cuelan determinados y ominosos "marcos conceptuales" que, por lo menos en este caso, su único peligro es que desenmascaran las patrañas anticientíficas de la izquierda.
Vale la pena que conozcan a este polemista estadounidense que se autodefine, burlonamente, como "fascista teocrático". Cuesta hacerse a la idea de que hemos llegado a un punto en el que farsas como las que sostienen la ideología queer sólo son denunciadas por la derecha (¡o la "ultraderecha"!). Es duro ver que la verdad goza de tan poco predicamento en el resto del espectro político.
Patrick Grzanka, profesor universitario (de la irreprochable izquierda, imagino) entrevistado también por Matt Walsh, se atrevió incluso a decir que "llegar a la verdad es profundamente transfóbico".
Acabaremos a este paso como Giordano Bruno.
*** Teresa Giménez Barbat es escritora y autora de Contra el feminismo, de próxima aparición este otoño.