Debemos agradecerle a Pedro Sánchez que nos recuerde con cada votación que la vida es irrepetible, que cada día está por escribir. No hay nada que le guste más a un periódico que predecir el futuro a corto plazo. Esos titulares que dicen: “Hoy se aprobará, mañana tendrá lugar”. En esta España plurinacional, nadie sabe qué se va a aprobar. Hoy se vota la ley de amnistía, pero no sabemos si se va a aprobar.
Ninguna portada esta mañana lo da por hecho. Después de que el juez García Castellón escribiera en su auto que Puigdemont sí podría estar vinculado con terrorismo y grave vulneración de derechos humanos, el juez Aguirre –¡ya tenemos otro villano!– no descarta imputarlo por alta traición. Estos dos puntos, el terrorismo que viola graves derechos y la alta traición están fuera de la ley de amnistía. De ahí que Junts no considere blindado a Puigdemont y exija una nueva negociación.
El Mundo: “Dos jueces ponen a Puigdemont fuera de la amnistía de Sánchez. El PSOE no descarta aceptar más enmiendas de Junts antes de la aprobación hoy de la ley en el Congreso”.
El Confidencial: “Junts amenaza con tumbar la amnistía si no hay cambios para salvar a Puigdemont. El Gobierno se había mostrado contrario a introducir más modificaciones, pero ya hay contactos y la negativa ahora es más difusa”.
EL ESPAÑOL: “El PSOE negocia amnistiar todo el terrorismo y la traición al Estado a cambio de que Junts dé estabilidad al Gobierno. Fuentes oficiales del partido de Puigdemont advierten de que, si los socialistas no claudican, votarán no a la ley”.
La Vanguardia: “El Congreso vota hoy la ley que aún se negocia”. La Razón: “Junts y ERC presionan para amnistiar la traición al Estado. Las negociaciones suman otro escollo”.
¡Qué emocionante, patrón! ¡No sabemos qué va a pasar! ¡Adónde nos llevará la vida este martes! ¡Qué hacen ahí esas oscuras golondrinas! Puigdemont recita a Lorca desde Waterloo mientras mira el Congreso a través de la tele: “Yo quiero que el agua se quede sin cauce. Yo quiero que el viento se quede sin valles. Quiero que la noche se quede sin ojos”.
Como escribe Cuartango en su columna, ya no es que el fin justifique los medios, sino que son los medios los que justifican el fin. Las alianzas con los independentistas son un bien en sí mismo.
Veamos primero qué es eso de la trama rusa. De qué se le acusa a Puigdemont. Recomiendo este párrafo de El Mundo: “El interés de los investigados (se sospecha que enviados por Puigdemont) era establecer vínculos de «influencia política y económica para la desestabilización de la democracia y la Unión Europea, consecuencias entre las cuales se podría producir la salida de España de la UE por causa de la independencia unilateral de Cataluña apoyada por el gobierno ruso»”. EL ESPAÑOL recuerda que el juez recoge en el escrito los viajes del jefe de gabinete de Puigdemont a Moscú para reunirse con capos de la mafia rusa.
Imagino que os preguntaréis cómo ha reaccionado el PSOE a esas prórrogas de las investigaciones por parte de los jueces que podrían dejar a Puigdemont fuera de la amnistía. Bueno, si no os lo preguntáis, os fastidiáis, os lo cuento porque es un titular que se repite en casi todos los medios.
El País: “El PSOE ve injerencias de los jueces en la amnistía”. La Vanguardia: “El PSOE acusa a los jueces de injerencia para laminar la amnistía”. ABC: “El PSOE ataca a los jueces por investigar a Puigdemont”. Pero quiero leeros el párrafo en concreto que ha enviado la dirección socialista a los medios. Ya mismo Ferraz. Dice así: “Las decisiones judiciales tienen un objetivo muy claro. El mero hecho de que el poder judicial actúe al albur del legislativo para intentar influir en la ley ya es horrible e inadmisible”.
Es fascinante esta España en la que el Gobierno, en lugar de estar enfrentado con quienes cometieron un delito y huyeron de la Justicia, se lanza a una batalla contra los jueces que los persiguen.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.