Veinte años del 11-M. Veinte años del mayor atentado terrorista de la Historia de España que relegan a un segundo plano en las portadas los dos asuntos que venían mandando estos días: la ley de amnistía y el caso Koldo. En realidad, los periódicos vienen publicando ya desde el fin de semana distintos reportajes sobre la masacre.
Me interesa el enfoque de La Razón, que es complementario a un podcast de Alejandro Requeijo en El Confidencial: aparecen respondiendo sobre el atentado decenas de chavales que no habían nacido en 2004. Muchos hablan de ETA, otros no son capaces de responder sobre la autoría y la gran mayoría no acierta con un número siquiera aproximado de víctimas.
Hoy La Razón lleva en portada un reportaje que firma Santiago Cañas y que da cuenta de una clase de instituto, hoy, en 2024, en el Isabel la Católica, a 800 metros de las vías de Atocha, donde vemos cómo un profesor trata de explicar lo que sucedió a sus alumnos. “Un día de clase para no olvidar, el deber de preservar la memoria”.
El País: “193 muertes, 20 años de dolor. 10 bombas en cuatro trenes de Madrid en el atentado más sangriento de la historia de España”. Esas son las cifras aprendidas por los chavales.
Algunos testimonios interesantes. En ABC, el de Juan Carlos, uno de los GEO que intervino en el asalto del piso de Leganés, donde se inmolaron siete autores del atentado. Juan Carlos nunca había dado una entrevista y ahora lo hace en homenaje a su compañero muerto por la deflagración de los yihadistas, Francisco Javier Torronteras. “Salimos despedidos por la onda expansiva”.
Allí, en Leganés, murieron siete yihadistas implicados en el atentado. Se escapó uno, que murió un año más tarde en Oriente. El Mundo titula su portada: “La masacre yihadista prescribe hoy con sólo tres condenados en prisión. El Supremo avaló que los autores tenían dependencia ideológica de Al Qaeda, pero no determinó quién dio la orden”. Sobre ese cabo suelto, la encuesta de EL ESPAÑOL: “Un 58% de españoles cree que no sabemos lo esencial del 11-M frente a un 39% que cree que sí conocemos lo que pasó”.
Ya es lunes, pongámonos nuestro traje de fiesta, que es la camiseta blanca y sin mangas, con lamparones de aceite y publicidad de caja de ahorros de los ochenta. Agarremos el hacha porque Koldo sigue ahí. En palabras de Juan Luis Cebrián, que escribe muy duro hoy en El País, “los garantes del gobierno más feminista del mundo están en manos del portero de un puticlub”.
Novedades. El Confidencial: “El hoy ministro Torres, entonces presidente de Canarias, concedió 5,3 millones de euros a la trama Koldo para hacer test PCR”. ¡Shop! “Un alto cargo de Tito Berni firmó los contratos”. ¡Shop! “El ahora ministro se cruzó presuntamente mensajes con uno de los empresarios detenidos por la UCO”. ¡Shop!
A través de EL ESPAÑOL, añadimos un nuevo personaje al libreto. “Un espía chavista, dueño de la clínica dominicana que repatriaba el dinero de Koldo García”. ¡Shop! “Jorge Brizuela, conocido como El Venezolano, es agente secreto del gobierno de Maduro”. ¡Shop! “Esta empresa, según la UCO, repartió fardos de euros y dólares entre los investigados”. ¡Shop!
Voy con la amnistía, que según ABC, es la tabla a la que se “abraza” Sánchez para diluir las gallegas y el caso Koldo. Dice Page en entrevista con El Mundo: “La amnistía pone de rodillas a la Constitución española. Si Puigdemont se sale con la suya, vendrá aquí, se reirá bastante y planteará el referéndum”. Leo en ElDiario que Jordi Turull, de Junts, dice sobre el regreso de Puigdemont: “Me lo imagino como el relanzamiento del procés”. Sin embargo, podría tener problemas el expresident. El Confidencial: “La malversación, el otro punto flaco en el blindaje de Puigdemont frente a la amnistía. El Tribunal Supremo argumentó en la sentencia del procés que el lucro no tiene por qué ser material y que en ese desvío hay otros beneficios personales directos”.
Termino con las elecciones de Portugal, que fueron ayer y tienen hueco en todas las portadas. “Portugal gira a la derecha”. El mismo titular en ElDiario que en La Razón. Fijaos ahora en una diferencia. El Mundo dice: “El socialismo portugués se hunde y deja la gobernabilidad al centroderecha”. En cambio, El País dice: “La llave puede estar en la ultraderecha”.
Si nos atenemos a lo prometido en campaña, en Portugal no ocurrirá lo mismo que en España. El centroderecha ha prometido que no pactará con la extrema derecha, que ha sido una de las grandes ganadoras de la noche disparándose hasta el tercer puesto; y el socialismo ha prometido que permitirá gobernar al centroderecha para que no tenga que gobernar con la extrema derecha. Si cumplen y funciona, ¿os imagináis una España así?
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.