El líder norcoreano Kim Jong Un visita la base de entrenamiento de la fuerza armada de operaciones especiales del ejército de Corea del Norte.
Los jóvenes norcoreanos ya no creen a Kim Jong-un
Así como los alemanes del Este derribaron el Muro de Berlín, llegará el día en que el anhelo de libertad de los jóvenes norcoreanos derribará el muro que Kim Jong-un ha construido con tanto esmero.
Kim Jong-un no sólo ha propuesto recientemente una Teoría de los dos Estados hostiles que niega la unidad nacional y la reunificación, sino que también ha enmendado la Constitución para solidificar este concepto.
Además de construir barreras antitanques y plantar minas en la Zona Desmilitarizada (DMZ) para bloquear las rutas de deserción, Kim Jong-un ha demolido símbolos de cooperación intercoreana, como la línea ferroviaria Donghae y la Gyeongui, generando inestabilidad en la península coreana.
Aunque Kim Jong-un intenta sellar las fronteras con la idea de "encerrar a la gente para siempre", no se da cuenta de que su traición a las enseñanzas de sus predecesores sólo profundiza el aislamiento del régimen y aumenta el sufrimiento de su pueblo.
Kim Jong-un, en una escena de propaganda del régimen norcoreano.
Todo el mundo sabe que los ciudadanos norcoreanos sufren de una severa escasez de alimentos debido a las inundaciones recurrentes y las dificultades económicas bajo el gobierno de Kim Jong-un.
La situación dentro del ejército norcoreano no es diferente. No hay arroz en las raciones militares, y las comidas se limitan a maíz y trigo. A veces apenas alcanza para tres o cuatro cucharadas.
Los únicos acompañamientos son rábanos y repollo salados, lo que ha llevado a una malnutrición generalizada y un aumento de enfermedades como la hepatitis. Cada año, más y más soldados sufren el deterioro de su salud debido a la mala nutrición.
"Las autoridades norcoreanas educan estrictamente a los soldados para que no miren ni toquen los panfletos anticomunistas, alegando que están recubiertos de veneno"
Los soldados norcoreanos también están expuestos a condiciones extremas con ropa inadecuada. Durante su servicio militar obligado de diez años reciben un máximo de tres juegos de uniformes. Es común que usen zapatos que no les quedan bien, y debido a la falta de suministros adecuados de ropa, muchos soldados recurren al robo de ropa civil para sobrevivir.
Los soldados visten así una mezcla desordenada de prendas, lo que les hace parecer desaliñados.
Las condiciones precarias han llevado a algunos soldados a la muerte.
La censura de cualquier tipo de información externa afecta también a los soldados que soportan estas duras condiciones militares. Las autoridades norcoreanas educan estrictamente a los soldados para que no miren ni toquen los panfletos anticomunistas, alegando que están recubiertos de veneno.
Sin embargo, es imposible proteger completamente a los soldados de la verdad.
Yo también he visto el contenido de estos panfletos, que revelaban la lujosa vida de la familia Kim. Lo que comenzó como escepticismo se transformó en un profundo sentido de traición al darme cuenta de que el líder había engañado al pueblo.
Los soldados jóvenes son especialmente sensibles a estos panfletos y transmisiones radiofónicas. Aquellos nacidos después de 1990, la generación que vivió la peor crisis alimentaria de Corea del Norte y creció en los mercados no oficiales, conocidos como la Generación Jangmadang, ahora constituyen una parte significativa del ejército.
Para ellos, la supervivencia y el hambre son sus principales preocupaciones, y la lealtad al Estado es, por ende, naturalmente débil.
"Corea del Norte puso en marcha el envío de globos con basura hacia el sur, alegando que era una medida en defensa propia"
En julio, el Ministerio de Defensa Nacional de Corea del Sur reanudó la transmisión de mensajes anticomunistas. Un mes después, un ciudadano norcoreano desertó cruzando la frontera a pie.
En respuesta, las autoridades norcoreanas emitieron sonidos extraños para bloquear estas transmisiones, e incluso proporcionaron tapones para los oídos a los soldados en primera línea.
También lanzaron una campaña de envío de globos con basura hacia el sur, alegando que era una medida en defensa propia, mientras culpaban a Corea del Sur por la tensión militar.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en una imagen del pasado 10 de octubre. Reuters
A pesar de estos esfuerzos, los soldados jóvenes, que ya conocen la verdad, no son fácilmente engañados. Los soldados de la Generación Jangmadang bailan al ritmo del K-pop y disfrutan de la ropa y los acentos surcoreanos, reflejando la realidad de Corea del Norte hoy en día.
En el futuro, la Generación Jangmadang se convertirá en el pilar de todas las áreas de la sociedad norcoreana. No importa qué medidas tome Kim Jong-un para corregir la ideología de estos jóvenes soldados o bloquear la influencia de la cultura surcoreana en el ejército. Nunca podrá controlarlos por completo.
Algunos incluso se refieren a la Generación Jangmadang como un gran partido opositor contra el Partido del Trabajo de Corea del Norte.
Por eso debemos seguir proporcionando a los soldados norcoreanos información sobre la lujosa vida de la familia Kim, sobre la corrupción de las élites, sobre las verdaderas diferencias en las condiciones de vida de las dos Coreas y las posibles rutas de deserción.
Así como los alemanes del Este derribaron el Muro de Berlín, llegará el día en que el anhelo de libertad y la resistencia de los jóvenes soldados derribarán los muros que Kim Jong-un ha construido con tanto esmero.
*** Kim Min-hyuk es un exoficial militar norcoreano. Sirvió como soldado en la provincia de Gangwon y desertó en busca de libertad en 2020. Ahora vive en Corea del Sur.