La Infanta Cristina comienza una nueva etapa y una nueva vida. Firmó su divorcio el pasado 21 de diciembre, en secreto, con Iñaki Urdangarin. Ya es una mujer libre. Justo dos años después de que salieran a la luz las fotografías de su exmarido y Ainhoa Armentia, la hija menor de los Reyes Eméritos vive en Ginebra, Suiza, centrada en su trabajo y en sus hijos.
Por su parte, el exjugador de balonmano ya reside con su actual pareja en un piso que ambos comparten en el centro de Vitoria, su ciudad natal. Aunque no tiene trabajo, espera solucionar su vida laboral en breve. Lo cierto es que Iñaki no necesita trabajar para vivir: además de los 400 euros que recibe como pensión por convicto, hay que sumar el dinero que le pasa la Infanta Cristina cada mes, como parte del acuerdo al que llegaron en el divorcio, y que en ningún caso pasará de los 3.000 euros mensuales.
"Es lo que han decidido. Aunque a mucha gente le parezca alucinante, por ser la hija de un Rey, en el momento de su boda, no firmaron capitulaciones matrimoniales. Ella, tonta y enamorada, no quiso porque consideraba que era una humillación para el que iba a ser su marido. En aquel momento, en Zarzuela no les pareció mal, ya que al casarse en Cataluña, todos los matrimonios se rigen por el derecho civil catalán, que prevé la separación de bienes por ley", explica a EL ESPAÑOL | Porfolio una persona cercana a la hermana de Felipe VI.
"Además, la idea de la pensión que le va a pasar es para que, cuando sus hijos estén con él, puedan seguir el mismo ritmo de vida que tienen con ella. Son cifras menores para Cristina, porque mientras su padre [Juan Carlos I] siga con vida, a su hija no le va a faltar nada", añade esta fuente.
El sueldo de la hermana del Rey está entre los 250.000 y los 300.000 euros anuales por su empleo en la Obra Social La Caixa y en la Fundación Aga Khan. Son cifras muy alejadas de los 400 euros mensuales que ingresa su exmarido con el subsidio como preso en libertad condicional.
Hermanos unidos
Los cuatro hijos del matrimonio, Juan, Pablo, Miguel e Irene nunca han sido un problema a la hora de negociar las condiciones de la separación, ya que todos son mayores de edad desde que la pequeña de los hermanos cumplió 18 años el pasado mes de junio.
Así que son ellos quienes deciden con quién quieren vivir. En el caso de los nietos de doña Sofía, esto tampoco es un problema, ya que sólo la menor vive todavía con uno de sus padres, y lo hace en Ginebra, con su madre, la Infanta.
"Los chicos estuvieron juntos en Barcelona a principios de diciembre. Se alojaron en casa de su tía porque tenían, como mayores de edad, que firmar el acuerdo de su pensión y demás… La relación entre ellos es estrecha y cercana. Son una piña. No han tenido que elegir entre sus padres, quieren a los dos y están, o eso intentan, al margen de las decisiones en su vida sentimental", aclara la misma fuente.
Las personas que están cerca de los Urdangarin de Borbón aseguran que los cuatro hijos del matrimonio están bien y tranquilos. La que se encuentra más cerca de la Infanta Cristina, sobre todo porque vive con ella en la ciudad suiza, es la menor, Irene. La hija pequeña de los exduques de Palma nació el mismo año que su prima, la Princesa de Asturias, con la que cuando eran niñas mantenía una estrecha relación.
Ahora han cambiado las cosas y con la que se lleva mejor es con la hija mayor de la Infanta Elena, Victoria Federica de Marichalar. Pero estas dos jóvenes poco tienen que ver. Mientras que la primera es discreta y huye de los medios de comunicación, la segunda no para de acumular seguidores en sus redes sociales y de promocionar su nueva vida como 'influencer'.
La última vez que se vieron fue el pasado 20 de diciembre, en el cumpleaños de la duquesa de Lugo, que lo celebró en un conocido restaurante de Madrid. Desde allí, viajó a la Ciudad Condal para acompañar a su madre, donde al día siguiente firmó el divorcio en una notaría.
Buena estudiante, Irene es bilingüe en francés e inglés, y le encanta la moda. Practica la vela, el esquí y la natación y ha hecho en dos ocasiones la maratón de Ginebra. Quienes la conocen hablan de ella como una niña muy sociable, a quien se la puede ver circular en bici o quedar con sus amigos para tomar algo. Incluso viaja sola a esquiar con compañeros de clase. También a Barcelona, ciudad que le encanta y donde residen su hermano Pablo, del que es uña y carne, y su tía Ana con sus primos, los Guy-Urdangarin.
La menor de los hermanos se encuentra disfrutando de un año sabático. Su primera idea era estudiar hostelería en la prestigiosa escuela Bachelor International Hospitaly Management, en la que incluso ya estaba matriculada. "Pero al final decidió cogerse unos meses. Su madre necesita atención y, además, quiere seguir los pasos de su hermano mayor, Juan, como cooperante. Ahora mismo tiene que estar a punto de que le den destino en el que prestará ayuda humanitaria, pero estaba entre La India, Mozambique o Camboya", avanza la amiga de la Infanta Cristina.
Tanto Irene como Pablo tienen pasión por el balonmano. Éste último se dedica a este deporte profesionalmente, lo cual le mantiene especialmente unido a a su padre. La firma del divorcio no va a influir demasiado en la vida de Pablo, del que dicen que es, junto a Froilán, el nieto favorito del Rey Emérito. El jugador del Club Balonmano Granollers vive en la localidad en la que juega y compagina sus entrenamientos con el equipo de la liga Asobal y el tiempo libre con su novia, Johanna Zott.
Personas de su entorno dicen que su mejor cualidad es la naturalidad. De hecho, de todos los hijos del matrimonio, el segundo es el que más desparpajo y normalidad ha mostrado en más de una ocasión. A sus 22 años, fue el único con la frialdad suficiente, cuando salieron las fotos de su padre con otra mujer de la mano por las playas de Bidart (Francia), para hablar con la prensa a la salida de su entrenamiento con su anterior equipo, el Fútbol Club Barcelona.
"Iñaki está muy pendiente de la carrera deportiva de su hijo, pero también le anima a seguir con sus estudios. Su realidad no creo que se vaya a ver muy afectada por la firma del divorcio de sus padres. El chaval hace ya su vida en Barcelona con su pareja y sus entrenamientos. Es un joven sensible y cariñoso que va a estar pendiente, como ha hecho siempre, de su madre. Es el más Borbón de todos", explica la fuente.
En Londres
Por su parte, Juan, el hijo mayor de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, vive en Londres desde hace un año. Tras tomarse también un año sabático se instaló en la capital británica para cursar sus estudios en la Universidad de Essex. Su carrera laboral sigue centrada en temas relacionados con la cooperación internacional, siguiendo el mismo camino que su madre.
"Es el más introvertido de todos. No le gusta nada aparecer en los medios, de hecho, los odia. Es discreto, sincero y muy serio. Es el guarda y custodio de sus hermanos, a los que cuida y adora desde que eran niños. Sin duda fue el que peor lo pasó con todo el tema Nóos, pero es normal, ya que era el más mayor y por lo tanto, el que más se enteraba de todo", revela la amiga de la exduquesa de Palma.
"No creo que a Juan le veamos nunca vivir en España. Le encantan Madrid y Barcelona, y era el que más disfrutaba de los veranos en Palma de Mallorca o en Bidart, pero su vida está muy centrada en Inglaterra, donde ha hecho un buen grupo de amigos y desarrolla su carrera", prosigue.
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El último de los hermanos es Miguel. El tercer hijo de la Infanta Cristina y el exjugador de balonmano es el que más quebraderos de cabeza le ha dado siempre a sus padres. "Fue el que más costó enderezar. De pequeño era un trasto; rubio y con cara de bicho, no paraba quieto ni un segundo. Era tremendo. A su hermana Irene la tenía torturada. Pero fue creciendo y con el apoyo de sus padres, sobre todo de su madre, y del colegio, salió adelante sin problemas", dice la misma fuente.
"Ahora mismo es licenciado en Biología Marina y está haciendo un máster, también en Inglaterra, para especializarse. Al igual que Juan, es otro que ha hecho su vida lejos de España y del que todos tenemos serias dudas de que vuelva", añade.
Los cuatro Urdangarin de Borbón son una piña. Al parecer suelen hacer el esfuerzo para verse cada poco tiempo, si no tienen antes ocasiones especiales como los cumpleaños, las Navidades o las vacaciones de verano. Éstas son citas en las que siempre juntan, ya sea con su madre o con su padre, como fue el caso en las pasadas fiestas, cuando estuvieron todos, menos Pablo, esquiando en Baqueira con Iñaki.
"El divorcio de sus padres no ha sido para ellos una sorpresa, pero claro, y como es normal, sí que supone un disgusto. Son buenos chicos, sensatos y con cabeza que han sabido separar su relación con la crisis matrimonial de la Infanta e Iñaki. Intentan mantener la neutralidad, aunque saben y son conscientes de que, después de todo lo que ha vivido su madre, la dolida y peor parada en todo esto, es la Infanta. Así que la protegen y arropan cada día con llamadas y visitas. Es normal, es su madre y ahora tiene que rehacer su vida lejos del que ha sido su gran amor", concluye la misma fuente.