"Estamos en ruta... Hoy había mucha gente y la veo muy enchufada". Alfonso Rueda (Pontevedra, 1958) atiende a EL ESPAÑOL | Porfolio este viernes desde San Cipriano de Viñas (Orense), recién montado en la furgoneta tras su primer mitin de campaña. De aquí al próximo 18 de febrero tendrá la vida de un torero en plena temporada. El reto es de puerta grande o enfermería. El presidente de la Xunta de Galicia y candidato del PP a la reelección mantiene la guardia alta aunque las encuestas le sean favorables. Nadie en su entorno levanta las campanas al vuelo. En su mano, las llaves del Palacio de Monte Pío, pero también el estado de ánimo del PP.
"No me vale otra cosa que no sea tener mayoría absoluta", reconoce y sabe Rueda. "No lo concibo, no tengo un plan B: o tengo mayoría, o no puedo ser presidente". ¿No le da vértigo tanta responsabilidad? "Después de haber tenido cuatro mayorías absolutas y la confianza de la gente, siento más presión que vértigo. Lo honrado es decirlo, y yo se lo digo a la gente", sigue el candidato del PP.
Hasta la llegada de Alberto Núñez Feijóo al ala noble de Génova, en abril de 2022, el PP había tenido en Galicia dos líderes en 30 años. La estabilidad es una nota de la que sacan pecho. "Tenemos la obligación de que el partido no se confíe; somos los primeros en saber lo que es no gobernar por un puñado de votos", siguen fuentes cercanas al líder del PP. "Tenemos 42 escaños: para perder el gobierno hay que perder cinco, un escaño por provincia y dos en alguna de ellas", echan cuentas.
"El último candidato que debutó allí fue Feijóo y sacó cuatro mayorías abolustas", se arengan, como ambos hicieran este sábado ante 14.000 personas en la plaza de toros de su ciudad natal, lugar talismán para el PP gallego desde 2009.
Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda apenas habían charlado en una ocasión antes de 2006, cuando el actual líder de la oposición asumió la presidencia del PP en Galicia. Fue durante una comida con otras 15 personas tras un acto electoral en Cambados, el municipio pontevedrés de cuyo ayuntamiento Rueda era secretario. Tan sólo intercambiaron un puñado de impresiones. Su nombre, por tanto, ni siquiera asomaba en las quinielas para asumir la secretaría general del PP gallego en el congreso que eligió a Feijóo de entre cuatro aspirantes como sustituto de Manuel Fraga, el 15 de enero de aquel año.
Pero el teléfono del actual presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección sonó 10 días antes. Rueda disfrutaba con su familia en Pontevedra de la cabalgata de Reyes. La anécdota la desgrana el periodista Fran Balado en su libro El viaje de Feijóo (La Esfera de los Libros, 2021). "Mi planteamiento en ese momento era alejarme de la política", contó Rueda al periodista, "estaba preparando oposiciones para ascender a la categoría superior de secretario de ayuntamiento".
Rueda, funcionario de carrera al que la sangre del partido corría por las venas —su padre, José Antonio Rueda Crespo, gran amigo de Mariano Rajoy y mano derecha de éste cuando presidió la Diputación de Pontevedra, fue senador popular por esta provincia— declinó la oferta en un primer momento. "¿Me estás diciendo que me busque a otro?", le preguntó Feijóo, sorprendido.
Acabó convenciéndole sobre la bocina. Fueron Rafael Louzán, el entonces presidente de la Diputación de Pontevedra, y los alcaldes de Cañiza y Cambados, César Mera y José Manuel Cores Tourís, respectivamente, quienes ayudaron a Feijóo a convencerlo. Las semanas posteriores al congreso fueron los dos "solos en la sede del partido, en San Lázaro, cada uno en un despacho, enfrente del otro". Había un partido que reconstruir tras la larga estela del Léon de Villalba y poco dinero en la caja.
El resto es historia. Feijóo amasó cuatro mayorías absolutas desde 2009 y Rueda fue siempre su vicepresidente. El hombre encargado de coordinar la acción política de la Xunta de Galicia. "Tiene más experiencia que Feijóo cuando llegó", destacan desde Génova. "Su fuerte aquí era la capacidad de coordinar el gobierno", sigue en conversación con EL ESPAÑOL el diputado gallego Pedro Puy Fraga, portavoz del PP en el Parlamento gallego durante 12 años. "Cuando el jefe se iba de viaje, era él quien lo sustituía; le ha dedicado mucho tiempo y mucha atención a las tareas de gobierno y conoce la Xunta a la perfección".
"Mucho caso no le hice"
Alfonso Rueda es el segundo de cuatro hermanos (María, él mismo, Marta y José Antonio), está casado y tiene dos hijas. Conoció a su mujer, Marta Coloret, hace ahora 35 años. Ambos coincidieron en el mismo curso de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. Fue un conocido, sin embargo, quien los presentó en una fiesta universitaria. "Esa es la verdad, aunque a la familia le dijimos que nos habíamos conocido en la facultad", cuenta su mujer en el vídeo electoral que dio el pistoletazo de salida a su precampaña. Un clip de cinco minutos que muestra al Rueda más personal a través del testimonio de sus más allegados.
Sus hijas, su mujer, sus hermanas y su madre, Lola de Valenzuela, son las mujeres de su vida. El hombre fue su padre. "Teníamos una relación muy estrecha", se abre Rueda, "discutíamos mucho en determinadas edades, pero teníamos mucha complicidad también". De él heredó su pasión por los viajes —"cargaban con nosotros a todos lados, pasábamos los veranos viajando; conozco muy bien Francia gracias a él"—, por la naturaleza y por el deporte. Pero también le transmitió el veneno de la política.
Fue algo involuntario. "Él se dedicaba a la política y me decía siempre que no se me ocurriera dedicarme a ella, que éste es un oficio duro... Queda demostrado que mucho caso no le hice", sonríe. Ingeniero agrónomo de formación y oriundo de Jaén, José Antonio Rueda falleció en 2012. Fue jefe provincial del Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda), concejal en Silleda (Pontevedra) y diputado provincial entre 1983 y 1987, vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, senador entre 1982 y 1989 y jefe del Servicio de Costas de Pontevedra. "Un pata negra del partido", destacan en Génova.
Fue en la Diputación de Pontevedra, presidida entre 1983 y 1986 por Mariano Rajoy, donde se hizo íntimo amigo del expresidente del Gobierno. "Yo tengo una relación con él muy fuerte. Cuando hago estos vídeos de campaña siempre cuento con él y se presta muy amablemente. Era muy amigo de mi padre, pero no le presté tanta atención hasta que entré en política", narra Rueda a este suplemento.
"Hará la campaña que a él le gusta, yendo a sitios pequeños y muy pegados al terreno; los que él ha pedido. Él conoce a mucha gente aquí de cuando hizo vida política en Galicia, y mantiene con muchos de ellos el contacto", sigue Rueda, que contará con Rajoy durante la campaña "cinco o seis" días. El presidente de la Xunta de Galicia también mantiene muy buena relación con José Benito, marido de Ana Pastor e inseparable de Rajoy.
"Cuando viene siempre aprovechamos para, al menos un día, salir a caminar", dice sobre Rajoy. Pero Rueda, cuando no corre, se sube a su bicicleta; y cuando no se sube a su bicicleta, echa mano de su juguetito: una moto BMW 1200 con las que recorre las carreteras de Galicia, a menudo, con su mujer a la espalda.