Escena primera. Macarena Olona (42 años), portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, acude a la Capilla Real de Granada para celebrar el Día de la Toma. Es el pasado 2 de enero. Se siente orgullosa por ser la única representante de la política nacional en el lugar, celebra el triunfo de la "identidad cristiana" y sugiere que ese debería ser el día de Andalucía y fiesta nacional en toda España. Y hasta lanza una promesa electoral: "Después de las elecciones autonómicas que se van a celebrar este año, Granada recuperará la Alhambra. Es algo que podemos hacer dentro de los primeros 100 días de mandato. La gestión de la Alhambra volverá a Granada, les puedo asegurar que esto es palabra de Vox".
Escena segunda, este pasado martes. Olona toma la palabra en un desayuno informativo protagonizado por su amigo y compañero de Vox Iván Espinosa de los Monteros. Sujeta una foto de ambos en el Congreso que ha sacado del despacho de él, y lanza la bomba: "Esta fotografía me acompañará si finalmente está de la mano de Dios que deje de estar al lado de mi familia en el Congreso de los Diputados para asumir otras responsabilidades en Andalucía".
Podría leerlo de un comunicado oficial, pero aún así habría sido difícil que fuera más clara. Macarena Olona será la candidata que Vox presente a las futuras elecciones autonómicas en Andalucía, que aún no tienen fecha oficial. O al menos ese es el sentir del partido en la actualidad. Y el suyo propio. Si bien la formación ultraderechista no quiere desvelar oficialmente las cartas que se guarda en la manga hasta que el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, llame a las urnas, ya se está allanando el terreno con las palabras de la propia Olona y con la gira que la candidata in péctore está haciendo en las últimas semanas por las provincias andaluzas. Olona, como en la fotografía que abre este reportaje dando un pase con un capote, está preparándose para lo que venga.
Sin embargo, política de partidos al margen, lo cierto es que la posible candidatura de Olona en las elecciones andaluzas guarda un par de recovecos cuanto menos curiosos. El primero es que no se le conoce vinculación real con la comunidad autónoma. Ella es diputada por Granada, sí, pero cayó en el puesto como paracaidista, que es como en política se llama a los candidatos que no tienen relación con la provincia por la que se presentan, pero que lo hacen porque saben que ahí conseguirán un escaño. Porque ella es natural de Alicante y la mayor parte de su carrera profesional la ha desarrollado en el País Vasco y en Madrid. Su andalucismo, si acaso, hay que buscarlo en su abuelo, Felipe Choclán, que nació en Ceuta y llegó a Jaén como secretario del Gobierno Civil de la provincia durante la dictadura franquista.
En clave política
La importancia de Andalucía. Las elecciones andaluzas no son unas más para Vox. El partido consiguió ahí, en diciembre de 2018, saltar por primera vez a un parlamento y fue la antesala de su irrupción en el Congreso de los Diputados en abril de 2019. Queda para el recuerdo cómo arrasó en municipios como El Ejido (Almería). Ahora el PP teme que Vox mejore sus resultados y que, con Olona en Andalucía, el partido de Abascal no se contente con ser una mera muleta parlamentaria para hacer mayorías y que exija la entrada en un Gobierno de coalición.
El segundo es que ser presidenta de la Junta, o vicepresidenta, o lo que llegue a ser, supondría para la diputada toda una revolución personal. Ella odia hablar de su vida privada, siempre esquiva esas cuestiones. Da igual a quién se pregunte, ya sea a sus compañeros de partido, a los responsables de prensa de Vox o a la propia Olona, la respuesta siempre es la misma: Macarena ha tenido una infancia muy dura y prefiere no hablar de su vida privada. Es, en ese sentido, absolutamente hermética. La que más.
Pongamos un ejemplo. Todos saben quiénes son las parejas de Santiago Abascal (45) -Lidia Bedman (37)-, Iván Espinosa de los Monteros (51) -Rocío Monasterio (47)-, o incluso Javier Ortega Smith (53) -la empresaria Paulina Sánchez del Río-. Pero nadie sabe cómo se llama el novio guardia civil de Olona y padre de su hijo, Diego. Ni siquiera muchos de sus compañeros de bancada conocen ese detalle. Sin embargo, aspirar a presidir la Junta de Andalucía será para Olona dar un paso a la primerísima línea, abandonar la comodidad que supone que siempre haya alguien más importante que tú en el que se centran los focos. ¿Está preparada para ello?
A raíz de la posible candidatura de Olona, EL ESPAÑOL | Porfolio disecciona los rostros más cercanos a la diputada y toda esa gente que influye en su figura. A fin de cuentas, somos aquellos de los que nos rodeamos.
El andalucismo del abuelo
La llegada de Macarena Olona a Granada como candidata al Congreso de los Diputados agitó el avispero de la formación en la provincia. Tras numerosos líos internos, muchos militantes y cargos provinciales encajaron mal que la dirección nacional colocara ahí a una persona de la que, entonces, se sabía muy poco. Y es que además no tenía ningún tipo de vínculo con Granada ni con Andalucía. El vínculo, en realidad, hoy en día sigue siendo el mismo y por ello está haciendo una gira por las provincias andaluzas, para conocer el territorio que aspirará a gobernar.
Sin embargo, había una persona en la familia de Olona que sí podría presumir de andalucismo. Se trata de su abuelo materno, Felipe Cholcán, que ya ha fallecido, pero que estuvo profundamente ligado a las tierras del sur.
Felipe nació en Ceuta. Era hijo de Francisco Cholcán, un coronel de Artillería destinado en el continente africano, pero pronto abandonó la ciudad autónoma para hacer carrera política. Según las crónicas de la época, Felipe llegó a ser secretario del Gobierno Civil de Jaén. Esa fue la primera vez que alguien del clan pisó tierras andaluzas y la última hasta la actual Macarena. Durante aquella etapa en la provincia, el abuelo de Olona supo destacar y le condecoraron con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio por su labor de alfabetización en Andalucía. No sería de extrañar que la nieta ahora acabe usando esas anécdotas en algún mitin por las tierras de las que su abuelo salió aupado.
Tras pasar por Jaén, Felipe Choclán fue a parar al Gobierno Civil de Alicante, donde ya se estableció definitivamente y comenzó la estirpe alicantina de la que viene Macarena Olona. Sin embargo, acabó dejando la política y se pasó al negocio inmobiliario, algo que le reportó numerosos beneficios. Durante aquellos años desarrolló una curiosa fascinación por la caza y la literatura. De hecho, parece que no fue un mal escritor, ya que el propio Camilo José Cela le prologó su libro La Caza.
El novio guardia civil
Lejos ya de la Historia, la actual pareja de Macarena Olona es uno de sus secretos mejor guardados. Se sabe que está divorciada y que tiene un novio que, a su vez, es padre de su hijo, Diego -que nació en diciembre de 2019-. Desde que saltó a la plaza pública que es la política, se empezó a rumorear que el novio es un agente de la Guardia Civil, lo que explicaría el amor de Olona por la Benemérita, pero ni sus propios compañeros de partido, sólo los más cercanos, atinaban a la hora de ponerle nombre. Sin embargo, si la actual diputada llega a ser presidenta de la Junta, por imposible que parezca de momento, ese secreto será más difícil de guardar.
Según ya desveló en exclusiva EL ESPAÑOL, el novio de Macarena Olona sí que está en la Guardia Civil, pero no es un agente más. El chico, cuya identidad no se ha desvelado por motivos de seguridad, es un militar de carrera que fue admitido en el cuerpo a finales de la década pasada, casi a la vez que Olona se convertía en abogada del Estado. Tras unos años de estudio en la Academia General Militar de Zaragoza, se graduó con rango de oficial y como uno de los primeros de su promoción. Llegó a ser elogiado por el ministro del Interior de entonces, Jorge Fernández Díaz.
Además de la Academia Militar, el novio de Olona ha compaginado su trayectoria en el cuerpo con distintos cursos en Estados Unidos. Esto ha hecho que los que sí le han tratado hablen de él como una persona inteligente e intelectualmente amueblada. Ambos se conocieron antes de que ella entrara en la formación de extrema derecha y, aunque ya está de lleno metida en la política y cada vez más, él aún no se ha convertido en una figura pública.
Lo que sí ha salido a la luz es la influencia que ejerce sobre ella. Al margen de que en su etapa como abogada del Estado ya cogió mucho cariño a la Guardia Civil, lo cierto es que su noviazgo ha ahondado ese amor. En su casa tienen hasta una base para cortar jamón con el logo de la Benemérita, presentó a su hijo en sociedad con un gorrito del cuerpo y siempre se posiciona como luchadora por los derechos de los agentes del instituto armado.
El padre, otro secreto
En cuanto se confirme la candidatura de Macarena Olona a presidir la Junta de Andalucía empezarán los perfiles periodísticos. Casi todos los periódicos locales elaborarán piezas sobre quién es ella. Dirán, con más o menos fuerza, que es el látigo ultra de Vox, la de las palabras gruesas en el Congreso, la tipa que consiguió destacar en el partido a pesar de que parecía que no estaba destinada a ello. Todo eso, sí. Pero también hablarán de su vida privada. Y más aún si llega a ser presidenta o vicepresidenta. Y la mayoría de ellos hablarán del padre.
El padre de Macarena, del que la diputada reniega, es Pablo Olona Cabasés. Se trata de un empresario originario de Lleida que en la actualidad tiene 68 años y que ha sido condenado y encarcelado por insolvencia punible. De hecho, incluso fue un prófugo que en 2015 se refugió en Andorra tras escaparse en un permiso penitenciario hasta que fue apresado de nuevo y extraditado a España en abril de 2016.
Además de sus propios delitos, está considerado como una pieza clave para entender la fortuna de los Pujol en el paraíso fiscal de Panamá. El progenitor de Olona es cercano a Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del clan, y también tiene vínculos con el empresario Javier de la Rosa -condenado por el caso Grand Tibidabo- y con el exabogado de los Pujol, Joan Piqué Vidal, que fue condenado por blanquear dinero de los narcotraficantes del cartel de Sinaloa. Las autoridades creen que podría estar detrás de sociedades vinculadas a los Pujol en Panamá como Carsa Holding Panama Inc, Villa Marina 9B S.A. o Olos Internacional.
Esta vida errática del progenitor ha condicionado esa infancia dura de la que habla Macarena Olona cuando quiere referirse a su vida privada. Siempre cuenta que fue su madre, Toñi, la que la crió. Propietaria de una inmobiliaria en Alicante, Toñi es el segundo vértice del triángulo que forman Macarena, su madre y su hermana pequeña, Lucía. Las tres han vivido sus vidas como una auténtica piña y, a pesar de que cada una ha acabado en un lugar distinto del mundo -Lucía vive a caballo entre España y Londres- intentan hacer viajes juntas a lugares como Berlín, Miami o la exótica Bali.
Si Olona llega a ocupar un cargo de relevancia finalmente, lo más seguro es que tendrán que ser su madre y su hermana las que vayan a visitarla a ella a Andalucía, ya que su agenda no le permitirá grandes escapadas.
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