Harry y Meghan, los duques de Sussex, han sido protagonistas esta semana por una noticia de la que se han hecho eco todos los medios de comunicación. El hijo menor del rey de Inglaterra ha hecho una denuncia, por medio de su departamento de relaciones públicas, sobre una persecución que sufrió el matrimonio en las calles de Nueva York. El príncipe y la actriz aseguran que ellos y la madre de ella, Dorian Ragland, estuvieron involucrados en una "persecución de autos casi catastrófica".
Según palabras del portavoz, la pareja fue perseguida sin descanso por fotógrafos durante más de dos horas. La persecución terminó con múltiples colisiones que involucraron a otros conductores en la carretera, peatones y a dos oficiales del Departamento de Policía de la Gran Manzana. "Si bien ser una figura pública conlleva un nivel de interés del público, nunca debe ser a costa de la seguridad de nadie", dijo el portavoz. Al parecer fueron perseguidos por seis vehículos "sin luces" como aseguran varios testigos. Aun así, la versión de lo sucedido ha sido ya desmentida tanto por el alcalde de Nueva York como por la Policía.
Hay que recordar, no obstante, que el matrimonio se mudó en 2020 a Estados Unidos por el "intenso acoso mediático" al que eran sometidos, según Harry. El príncipe, de hecho, ha sido muy crítico desde siempre con los tabloides y los paparazis a los que ha culpado por la muerte de su madre. La princesa Diana de Gales perdió la vida en París en 1997 cuando su limusina sufrió un accidente al tratar de huir de los fotógrafos que la perseguían.
Pero nada tiene que ver la relación de la Familia Real española con la prensa del corazón con la que mantiene la británica. Esta última es, de toda la realeza, la que más portadas ha ocupado. Desde la aparición en escena de Diana de Gales el día de su compromiso con Carlos de Inglaterra hasta nuestros días. Siempre ha sido un suma y sigue. Divorcios, bodas, amantes, conversaciones telefónicas… hechos que llevaron de cabeza en más de una ocasión a la Reina, la recién fallecida Isabel II.
Las publicaciones de unas conversaciones privadas en el Palacio de Buckingham en enero de 2011 llevaron al Gobierno inglés a promulgar una ley que impide a los medios de comunicación hacerse eco de las conversaciones del actual Monarca y del príncipe de Gales, aunque quedan fuera de la norma las informaciones amparadas por la Ley sobre Libertad de Información del año 2000.
Medios y Casa Real en España
En el caso de España, la libertad de información sobre el Jefe del Estado y su familia está recogida en los Artículos 490 y 491 del Código Penal. El primero dice: "El que calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a 12 meses si no lo son. Las calumnias e injurias contra cualquiera de las personas mencionadas en el artículo anterior, y fuera de los supuestos previstos en el mismo, serán castigadas con la pena de multa de cuatro a 20 meses. Se impondrá la pena de multa de seis a 24 meses al que utilizare la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del consorte de la Reina, o del Regente o de algún miembro de la Regencia, o del Príncipe heredero, de cualquier forma, que pueda dañar el prestigio de la Corona".
Desde que se instauró en nuestro país la monarquía parlamentaria en la figura de Juan Carlos I, la relación de la Casa del Rey con los periodistas ha sido siempre buena, intentando respetar los límites de la privacidad, e incluso han sido acusados de light o cortesanos con los temas más escabrosos del anterior Jefe del Estado mientras estuvo en el trono.
"Sin duda, el antes y el después llega con el Caso Nóos por la implicación de un miembro de la Familia Real sentado en el banquillo, es decir, de la Infanta Cristina. Esto supuso abrir la veda a toda clase de informaciones que antes se trataban con más delicadeza. Luego llegó Corinna y se abrió el melón de las amantes y los engaños, lo que significa que en Botsuana se rompió algo más que la cadera de Juan Carlos I. Se partió una barrera de contención de toda la zona más oscura, de la parte más humana de una figura que hasta entonces era intocable. Fue entonces cuando el castillo de cuento empezó a derrumbarse como si fuera de naipes", cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio una persona cercana al equipo actual de Zarzuela.
Legalmente, los miembros de la familia del Jefe del Estado están protegidos hasta por las leyes europeas. El Tribunal de Estrasburgo ya dejó claro en una sentencia sobre las injurias que Arnaldo Otegi vertió sobre el monarca anterior: el Rey está protegido y es intocable.
El interés de la prensa del corazón (hay que explicar que en nuestro país no existe un periodismo amarillo como el británico) por la Familia Real española subió de forma considerable con la entrada en escena de Letizia Ortiz Rocasolano. Con la llegada de la nueva miembro de la Casa, con una historia de amor tan novedosa con divorcio incluido, la línea entre lo que se podía publicar y lo que no quedó de nuevo muy difusa. Al principio de su aparición, la actual Reina se mostraba comprensible y accesible con los que había sido compañeros de profesión hasta hacía pocas jornadas, lo mismo que su familia.
Hay que recordar que su padre, Jesús Ortiz, entró en directo en el programa Salsa Rosa de Telecinco unos días después del anuncio del compromiso de su hija con el Príncipe de Asturias. Todos se mostraban amables y accesibles. "En un primer momento se tomó la decisión de que todos los Ortiz Rocasolano, de forma conjunta, fueran amables y accesibles a los medios. Se tenía la idea de que se acabarían cansando si lo tenían todo a mano. Eran una familia normal, sin nada que esconder, y cuando dejaran de ser la novedad, pensaron que la cosa se normalizaría. Pero el tema no fue así, el asunto fue in crescendo, ya que empezó a afectar mucho a, por ejemplo, su hermana Érika. Su trágico final fue el fin de esta buena relación, pues la esposa de Felipe VI culpó la decisión que tomó su hermana a la presión mediática que sufría", explica a esta revista una amiga íntima de la Reina Letizia.
"Se puede decir que han aprendido con los años, la persecución es continua, pero han aprendido estrategias para conseguir librarse de ellos. Uno de los peores momentos llegó cuando la otra hermana de Letizia, Telma, se marchó a vivir a Toledo con Enrique Martín Llopís, el padre de su primera hija y entonces pareja. Un día se coló un fotógrafo en la furgoneta del supermercado al que le había encargado la compra online para hacer fotos de lo que comían en casa de la hermana de la Reina. ¡Era todo surrealista! La cosa se ha calmado mucho, el acoso es menor, pero, por ejemplo, ¿qué precio tendría en el mercado una imagen de Leonor en bikini? Pues eso es lo que quieren evitar a toda costa", añade la misma fuente.
Protegiendo a Leonor y Sofía
Tras la muerte de Érika las cosas cambiaron de forma radical. La preocupación de los Reyes por la intimidad de sus hijas, con la idea de que crecieran como dos niñas normales, se convirtió en una verdadera obsesión para el matrimonio. "Porque mucha gente cree que es cosa de la Reina, pero el Rey está completamente de acuerdo. Los periodistas le han preguntado en muchas ocasiones por qué hay tan poca exposición de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía, y él siempre contesta que no quiere que pasen lo mismo que pasó él. Así que es una decisión consensuada por ambos", revela una persona cercana a Zarzuela.
Además, en España, las agencias de noticias, que son las que distribuyen esas fotos que realizan los paparazis durante sus cacerías saben que ese negocio les puede salir poco redondo. "En una ocasión la Reina tenía un viaje a Centroamérica con la Agencia de Cooperación Española. Es habitual que en dichos desplazamientos los periodistas y agencias habituales sean invitados al avión en el que viaja Letizia para facilitar la cobertura de los actos que va a realizar, ya que suelen ser zonas poco accesibles para los vuelos comerciales. En esa ocasión una agencia vio como su fotógrafo se quedaba en tierra porque unos días antes, esa misma persona había perseguido por las calles de Nueva York a su hermana, Telma, con su nueva pareja. La lección quedó claramente aprendida: si quieres perseguir la foto tendrá consecuencias", explica una persona que lleva muchos años cubriendo para una de estas agencias de noticias los actos de los Reyes.
Eso no quita para decir que Letizia mantiene una excelente relación con la prensa que habitualmente cubre sus actos. De hecho, un fotógrafo de una conocida revista del corazón española está actualmente dentro de la plantilla de la Casa, acompañando a los Reyes a sus actos para retratar cada momento. La Reina conoce a cada una de las personas que acuden de forma habitual a su agenda. Los que son considerados veteranos ya saben que todo lo que se diga en los corrillos con ella no se puede publicar, es off the record. Esa confianza mutua luego tiene sus beneficios, ya que ellos son, casi siempre, los primeros en enterarse de las noticias oficiales. En el departamento de comunicación de Zarzuela lo llaman coronas.
Las 'coronas' de Casa Real
"La prensa habitual está distribuida por coronas. En la primera están esos compañeros que siempre cubren la agenda de los Reyes. Ellos son los primeros a los que se les avisa cuando hay algo que comunicar. Luego está la segunda, a los que se les informa un poco después. Estos son los que sólo van de vez en cuando y, por último, se les cuenta a los demás medios. Los discursos, incluido el de Navidad, se los distribuyen antes y también saben la agenda y los planes de la Casa antes que los demás", desgrana la misma persona.
Con la primera corona se puede decir que los Reyes mantienen una relación fluida, sin pasar esa línea en la que se podría bautizar como amistad. Un buen ejemplo es lo que contaba, en este mismo periódico, la periodista de la Cadena SER que cubre Casa Real, María Manjavacas: "Nadie se puede imaginar lo cercanos que son cuando los tienes cerca. Yo he vivido situaciones, como la mayoría, duras y en ese momento siempre tenía la llamada de la Reina. Se preocupaba por ti. Y te digo de ella como te digo de él. Una vez sigues este tipo de información, ellos siguen también tu vida y a mí me han acompañado, me han ayudado y me han dado muchísimo cariño en los momentos duros".
Fuera de los habituales se encuentra la red personal de periodistas de la Reina Letizia. Viniendo de la propia profesión es normal que tenga varios amigos dentro de ella, con los que habla de forma habitual para darles de primera mano o aclararles algunas noticias. Entre ellos se encuentra Rubén Amón, la periodista de Antena 3, Susana Grisso, o su excompañera de Televisión Española, Sagrario Ruiz de Apodaca, entre otros. No son sus amigos, no llegan al nivel de confianza para llamarlo amistad, pero es cierto que gracias a ellos, Letizia le toma el pulso a la actualidad.