Dicen que cuando Eduardo Anitua (Vitoria, 1956) regresó a su ciudad natal tras estudiar Medicina en la Universidad de Salamanca y especializarse en estomatología (la formación necesaria para ser dentista antes que existiera la carrera de Odontología), su familia le ofreció ayuda para comprarse un piso. Él aceptó el dinero, pero se lo gastó en un microscopio. Unas cuantas décadas después -suponemos que ya con piso propio-, este instrumento tiene muchísima visibilidad en su despacho, que preside precisamente una fotografía ampliada de una célula de plasma sanguíneo tomada de un microscopio y una colección de microscopios antiguos.
Anitua es el mejor dentista de España y el número 58 del mundo, según el ranking desarrollado por la prestigiosa Universidad de Stanford, en cuya última edición figuran 12 profesionales españoles de casi 1.500 dentistas de todo el planeta. Pero Anitua es mucho más que eso. Si hubiera que definirle sólo con una palabra más, quizás habría que optar por inventor, ya que son más de 100 las patentes que llevan su firma, de las que más de 50 se mantienen en uso.
Este Da Vinci contemporáneo ha patentado desde instrumentos muy técnicos, como los utilizados específicamente para ciertos tipos de implante dental hasta técnicas de las que todo el mundo ha escuchado hablar, como el plasma rico en factores de crecimiento, que no es otra cosa que el suero obtenido de la propia sangre de un paciente que ha resultado ser toda una quimera en la medicina regenerativa. Ha ideado una forma de saber cómo se duerme sin tener que acudir a una unidad del sueño y una solución específica para las apneas. Una canción del grupo Dorian se titula Hay un hombre en España que lo hace todo. Si tuviera un protagonista, sería Anitua.
Cuando se llega a la clínica que lleva su nombre, en las afueras de su ciudad natal, lo que uno menos se imagina es que es la consulta de un dentista. En la dirección señalada hay un edificio imponente de tres plantas, en el que trabajan alrededor de 300 personas. Es la sede principal de la empresa BTI Biotechnology, que Anitua fundó en 1999 y que es líder en medicina regenerativa y en implantología.
Según se puede leer en su página web, BTI es "una de las empresas líder en implantología y rehabilitación oral, así como un referente científico internacional en la aplicación de terapias regenerativas en diferentes áreas de la medicina". Pero, un momento, ¿no estábamos en la consulta de un dentista?
Pregunta.- Se podría decir que usted es médico, dentista, implantólogo, investigador... ¿cómo se definiría si tuviera que elegir sólo un término?
Respuesta.- Sí, como todo eso pero, sobre todo, me definiría como una persona inquieta que empezó a hacerse preguntas cuando estaba en la Facultad de Medicina. Y ya después de una, podríamos decir, prolongada actividad profesional, se sigue haciendo muchas más preguntas que al principio, con la enorme satisfacción de ir encontrando algunas respuestas, de haber encontrado algunas respuestas.
Hemos de retroceder más de 30 años, a un piso en el centro de Vitoria que es ahora una de las sedes de BTI, -donde se lleva parte de la administración de la empresa-, pero que comenzó siendo la primera consulta de Anitua, una más parecida a la idea preconcebida de unas instalaciones de este tipo, aunque siempre acompañada de un laboratorio. Allí, el joven dentista, que había vuelto a Vitoria tras hacer un posgrado en Implantología en EEUU, se hizo una de las preguntas que cambió no sólo el curso de su trayectoria profesional, sino el de la vida de muchas personas, entre ellas algunos famosos como Rafa Nadal.
P.- ¿Qué fue lo que le llamó la atención en esos primeros tiempos?
R.- Observábamos que ante una misma intervención quirúrgica, que por lo general era una extracción dentaria, unos cicatrizaban bien y otros no. De ahí, la pregunta obvia es ¿por qué? y, sobre todo, ¿qué tenemos que hacer para conseguir que todos cicatricen correctamente?
Un paréntesis para explicar que cicatrizar bien o mal no es algo baladí, ni en una operación dentaria ni en casi ningún otro proceso biológico. Si la cicatrización es mejor, las operaciones duelen menos, la recuperación es más corta y la necesidad de analgésicos es menor, por citar sólo algunas ventajas. Con esto en mente, Anitua se puso a experimentar en el laboratorio, paso previo a cualquier intervención en humanos.
"Después de un hallazgo en laboratorio, hay que tomar la decisión de hacer en un paciente algo que no se ha hecho nunca..."
P.- ¿Hubo algún momento ¡Eureka! en esa investigación?
R.- Fue un día en el laboratorio, cuando observamos que conseguíamos parar y revertir la cascada de la coagulación; eso significa poder extraer sangre y que esta sangre no se coagule; pero luego conseguimos revertir esta cascada de la coagulación sin tener que utilizar ningún aditivo humano, sino sencillamente añadiéndole el calcio. Ese fue un punto de inflexión importante. Luego, en mi vida quirúrgica ha habido otros puntos de inflexión importantísimos también. Pero después de ese hallazgo en laboratorio, hay que tomar la decisión de hacerlo con un paciente, algo que no se ha hecho nunca...
Lo que descubrió Anitua en ese laboratorio fue el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF). Se consigue tras aislar del plasma sanguíneo las proteínas responsables de la cicatrización de las heridas y de la regeneración de los tejidos. Una vez aplicadas en la zona a tratar, y administradas en una dosis terapéutica, el proceso de reparación se optimiza y acelera de una forma natural. Para prepararlo y poder aplicar este procedimiento es necesario extraer una pequeña cantidad de sangre del paciente, a partir de la cual se obtiene la preparación que contiene una mezcla natural de factores de cicatrización. Este plasma se coloca en la zona lesionada con el fin de mejorar y acelerar la cicatrización. La sangre extraída se introduce en un aparato cilíndrico denominado centrifugadora. Tanto el protocolo para separar el plasma rico en factores de crecimiento, como los utensilios asociados al mismo -por ejemplos, los tubos que sirven para extraer la sangre, distintos a los usados en los análisis- fueron dos de las primeras patentes de Eduardo Anitua y se utilizan en miles de clínicas del mundo actualmente.
P.- ¿Recuerda cuándo lo aplicó por primera vez?
R.- Sí, perfectamente. Recuerdo el paciente, el nombre y ¡hasta la hora!
P.- ¿Me lo diría?
R.- Bueno, el nombre no, por motivos obvios. Pero fue una enfermera mía. Se tenía que hacer una extracción dentaria y estábamos en plena investigación. Le dije: "Mira, si quieres puedes ser la primera, te vamos a tener que sacar un poquito de sangre". Y me dijo que encantada, así que fuimos para adelante. Eso sí, teníamos muy claro que nada de lo que fuéramos a hacer iba a tener ningún efecto negativo [porque se utilizaba la propia sangre del paciente]. Lo que no sabíamos era lo eficaz que iba a ser ese tratamiento. Ah, ¡y fue por la tarde!
Después de esa primera extracción y posterior aplicación del plasma, vinieron años en los que sólo se utilizó en cirugía oral, con un éxito que se reflejaba en las publicaciones más prestigiosas del sector. Hasta que se empezó a usar en otros campos. Aunque Anitua no refiere nombres, la historia es conocida. Y sí, por fin se va a entender la relación de todo esto con Rafa Nadal.
El primer uso distinto al oral fue para tratar una úlcera de una mujer de 71 años abocada a la amputación
El también vitoriano Mikel Sánchez es uno de los mejores traumatólogos de España. Conocido y colega de Anitua, un día le comentó un caso que le tenía desesperado. Una mujer de 71 años, Petra, diabética había acudido a su consulta a que le pusieran una prótesis de rodilla. La operación fue bien, pero la herida no lograba cicatrizar y sólo veía una solución en el horizonte: la amputación. El dentista le contó al traumatólogo lo que él estaba haciendo y, dado que el procedimiento era absolutamente seguro, decidieron probar. Era el primer uso distinto al oral, pero ni mucho menos fue el último. La herida de Petra se cerró y ella volvió a hacer vida normal. La aplicación de PRGF había sido un éxito.
P.- ¿Y cuáles fueron los siguientes pasos?
R.- A partir de ahí es cuando empezamos a pensar lógicamente aplicaciones para todo lo que era el área de la medicina, del deporte, de la cirugía ortopédica, de la dermatología y luego ya posteriormente nos pasamos al campo de la oftalmología, al de la cirugía general... hoy en día, fíjate, hasta se aplica en el campo de la fecundación in vitro, de la ginecología, realmente en casi todas las áreas quirúrgicas.
Esa primera aplicación, la de la medicina del deporte, llevó al PRGF a ser muy conocido, casi considerado un tratamiento milagro. Hasta el punto de que BTI tuvo que convencer a la Agencia Mundial Antidopaje de que inyectar plasma propio a un deportista no constituía ningún tipo de dopaje. Y sí, Rafa Nadal es uno de los muchos deportistas que se ha beneficiado de él. De hecho, se dice que fue gracias al tratamiento con el mismo que pudo jugar el que John McEnroe definió como el mejor partido de la historia, la final contra Federer que le valió al mallorquín su primer Wimbledon en 2008.
Las fechas varían según la fuente consultada, pero lo que es público y notorio es que el tenista mallorquín se ha infiltrado en varias ocasiones plasma rico en factores de crecimiento. Lo ha hecho en la clínica de Mikel Sánchez, con el protocolo desarrollado por Anitua.
El símbolo de la empresa es el colibrí, el pájaro más pequeño del mundo, pero uno de los que más rápido vuela
El listado de Anitua es largo, pero durante la visita a las instalaciones de BTI, todo parece indicar que va a crecer más. El coordinador del Departamento de Medicina Regenerativa de la compañía, Mohammad Hamdan Alkhraisat, se resiste a explicar a EL ESPAÑOL | Porfolio cuál será el próximo uso patentado. "¡Eh, que somos una empresa!", bromea.
Este doctor en Odontología, de origen jordano, desvela cómo se descubren esos potenciales nuevos campos. "En este edificio conviven la investigación, la clínica y la docencia, porque siempre hay una retroalimentación y siempre hay una forma de aprender y de trabajar conjuntamente", señala. ¿Y el papel de Anitua en esto?
Él cuenta con expertos en cada uno de los campos, pero supervisa las publicaciones de BTI. En definitiva, escuchando hablar a Alkhraisat se entiende por qué Anitua prefiere usar el plural al singular. Se trata de conjugar fuerzas. Y Mohammad apunta a su bata, donde está bordado el símbolo de la empresa, en el que esta periodista reconoce no haberse fijado hasta entonces. Se trata de un colibrí, el pájaro más pequeño del mundo, pero también uno de los que más rápido vuela.
El desarrollo del uso de PRGF en medicina deportiva llevó a Anitua a recibir ex aequo junto a Mikel Sánchez el Premio Nacional a las Artes y las Ciencias Aplicadas al Deporte en 2014. Un galardón especialmente significativo para un médico que dudó en especializarse en traumatología antes de decidirse por la estomatología. Es uno de los muchos premios que ha recibido, el último, que también le entregará el rey, es el Premio Nacional de Innovación 2021 por "encarnar de forma excepcional el espíritu innovador al servicio de las personas y la mejora de su salud y calidad de vida, en un ejemplo indiscutible de cómo llevar a buen término la transferencia de conocimiento y la colaboración público-privada".
P.- ¿Por qué decidió hacerse dentista?
R.- Yo cuando estudié medicina me apasionó la carrera y mi gran duda era a qué me iba a dedicar, porque ten en cuenta que la medicina es todo un universo. Entonces lo que vi claro es que tenía una razonable habilidad manual. Entonces vi que tenía que decantarme por alguna actividad quirúrgica. Como en aquella época era muy, muy deportista, la traumatología me llamó la atención, pero posteriormente la cirugía oral y maxilofacial me pareció, por decirlo de alguna manera, una rama de la traumatología, pero como mucho más delicada y minuciosa. Podríamos decir que los cirujanos orales serían como los relojeros dentro de la ortopedia. Entonces me metí en ese mundo, en el mundo de la cirugía oral y maxilofacial, y luego posteriormente en el mundo de la cirugía oral. Y tuve la suerte de estar en el momento del nacimiento de la implantología oral en Europa y en España, el mejor momento.
"Podríamos decir que los cirujanos orales serían como los relojeros dentro de la ortopedia"
P.- Y ahora que han pasado unos años. ¿Se arrepiente, hubiera estudiado otra especialidad?
R.- No, de hecho, podría decir casi que las ejerzo. Soy un poco polifacético, de dedicarme a varias materias. Sólo la terapia regenerativa ya podríamos decir que es otra especialidad. Y la terapia regenerativa, lógicamente, tiene muchas extensiones. Y además te das cuenta de que tienes un conocimiento bastante profundo en estas áreas. La capacidad que tienes de ayudar a otras especialidades es importante, eso es lo que más me ha animado a hacerlo, porque das un enfoque biológico el que como nosotros dimos a la cirugía oral hace 30 años. Haber conseguido trasladar ese enfoque biológico a otras áreas de la medicina creo que ha sido probablemente uno de nuestros mayores logros.
Así, tenemos un dentista que sigue ejerciendo como tal, pero a la vez dirige la empresa con más producción científica biotecnológica de España. El mismo día que EL ESPAÑOL | Porfolio visita BTI lo hacen 40 dentistas de toda España y, que veamos, al menos uno japonés: Anitua les hablará de sus técnicas, no sólo en el mundo de la medicina regenerativa oral, sino también en implantología, sobre el que también sabe, inventa y patenta. No se sabe muy bien cuándo, el médico alavés graba también vídeos divulgativos que antes de la pandemia eran charlas públicas.
P.- He escuchado que usted acude a la primera cita diagnóstica de todos sus pacientes y que participa también en todas las cirugías. ¿Cómo hace para que le dé la vida?
R.- Yo por las mañanas dedico las seis, siete primeras horas a la clínica y luego otras cuatro o cinco horas a la investigación, la formación y el estudio. Ese es nuestro día a día y también saco incluso tiempo para la gestión. Eso durante seis días y medio a la semana porque, por lo general, nuestro sábado es un día normal de trabajo. Es decir, yo hago media jornada [sonríe]. Empiezo a las ocho y media de la mañana y termino a las nueve de la noche.
El dentista inventor sonríe y lo sigue haciendo cuando se le pregunta cómo con esas jornadas ha conseguido formar una familia (está casado y tiene cuatro hijas, dos de las cuales, por cierto, seguirán sus pasos). "Hombre, lo de casarme no me llevó mucho tiempo", bromea. "No [y ahora vuelve a ponerse serio], el compaginar la vida familiar con la investigación siempre tiene un precio, en el sentido en el que al final no hay nada más democrático que el tiempo. El día tiene 24 horas para todos. Lo que pasa es que aprendes a llevar una buena gestión del tiempo y a conseguir compartir una vida familiar que, lógicamente, para mí es mi mayor patrimonio, con una vida intelectual intensa". Al preguntarle si su mujer trabaja en BTI, vuelve el Eduardo bromista: "Sí, hace como unos 10 años decidió que era la única manera de asegurarse de que me vería todos los días".
Tiene sentido del humor pues Anitua pero, por si quedaba alguna duda, un recordatorio: cuando grabó un sketch con el humorista José Mota, en el que se parodian los precios de los dentistas y sus procedimientos. "Aprendí a respetar la profesión de actor", dice. Es uno de los famosos que han visitado su consulta, aunque él se resiste mucho a decir ningún nombre. Pero en su despacho hay una fotografía dedicada del rey emérito, aunque también un cuadro de un pintor mucho menos conocido, que representa unos zapatos vacíos. Dicen que el autor, paciente suyo, se lo regaló porque él fue el único médico capaz de ponerse en los suyos.
"Una de las oportunidades de nuestra profesión es conocer a mucha gente y sobre todo su lado humano. Y ahí es donde a muchos les sorprendería que detrás de gente conocida hay extraordinarias personas en muchas ocasiones y sobre todo gente muy inquieta. Gente que se hace muchísimas preguntas, que tiene muchas inquietudes respecto a su salud", explica resistiéndose a enumerar los famosos que han pasado por su consulta. Algunos, como David Bisbal, no han dudado en hacerlo público. Otros seguro que le agradecen la discreción.
P.- Estos famosos y muchos más vienen a su consulta a pesar de estar en una ciudad relativamente pequeña como es Vitoria. ¿Nunca se o le han planteado trasladarse a Madrid o a Barcelona?
R.- Sí, y ahora mismo lo siguen haciendo con el laboratorio. Hemos tenido numerosas oportunidades y ofertas para ir. De hecho, la empresa no nació en Alemania de milagro.
P.- ¿Cómo es eso?
R.- Bueno, al principio teníamos un socio alemán potente y la realidad es que cuando tú estás desarrollando biomedicina made in Alemania te da más credibilidad que made in Spain, ¿para qué vamos a decir lo contrario? Pero luego, al mismo tiempo, me rebelé contra mí mismo. Es decir, tenemos que intentar que algún día también los productos españoles en el mundo biomédico tengan esa misma valoración. Y entonces me metí en esta aventura.
P.- También le tirará su ciudad natal...
R.- Me tira mucho Vitoria, soy de aquí de siempre y creo que al final uno tiene que ligarse también a sus raíces. Lo cual no quiere decir que haya personas que lo hayan hecho de otra manera. Pero bueno, yo creo que en España hemos tenido precisamente con Amancio Ortega un gran ejemplo, que es un buen ejemplo a seguir, en el sentido de que no hay una empresa que esté más internacionalizada que ellos y sigue en Galicia, que no es precisamente el lugar mejor comunicado del mundo.
¿Hidratante de sangre?
Además de la cirugía oral y la implantología -no hay que olvidarse de este importante aspecto-, Anitua y su equipo son los cracks de la medicina regenerativa. No dejan de sorprender las aplicaciones de ese plasma que ideó por primera vez en un pequeño laboratorio completamente distinto al mastodonte en el que trabaja ahora. Entre las que más éxito tienen, una que no mejora exactamente la salud -o no en el sentido tradicional.
Es el uso estético del PRGF, en el que se extrae este plasma de la sangre del paciente y se formula para convertirse en un gel o un líquido, que se puede administrar en consulta o llevárselo en formato crema. ¿Se imagina una hidratante [es mucho más que una hidratante] hecha a partir de su propia sangre que haya que guardar en la nevera y que se utilice para rejuvenecer la piel y prevenir la formación de arrugas? Pues existe y también se ideó en Vitoria.
La respiración
Pero existe una tercera pata del trabajo de Anitua y su empresa del que éste habla con especial entusiasmo: el manejo y tratamiento de los problemas de respiración y, en concreto, de las apneas del sueño. Dice el Dr. Anitua, como si fuera lo más lógico del mundo, que "todas esas áreas están relacionadas".
P.- Pero ¿qué tienen que ver el sueño y la respiración con los dientes?
R.- Todo. La respiración juega un papel esencial en la deglución, en la masticación, en el sueño. Hoy en día sabemos la relación directa que hay entre el bruxismo y los trastornos respiratorios. Esto ha sido algo que he descubierto en esta casa, que una de las causas de los desgastes dentarios y las fisuras en los dientes son precisamente las pequeñas interrupciones en la respiración que se producen durante el sueño, que son las apneas. Y todo eso nos puso sobre la pista de muchas cosas y también fuimos tirando de ese hilo, que a su vez tiene mucho que ver con la terapia regenerativa, porque si queremos obtener una excelente regeneración de los tejidos, es fundamental conseguir una muy buena oxigenación del paciente. Y si tenemos un problema con un paciente que tiene trastornos en su oxigenación durante la noche que le provocan bruxismo, también le van a provocar otro tipo de alteraciones. Por lo general son pacientes que cicatrizan peor.
Y he aquí otro de los inventos de BTI. Como explica Gabriela Zamora, coordinadora y técnico de sueño de la Unidad Multidisciplinar de Trastornos del Sueño en la Clínica Dental Anitua, tener apnea del sueño es mucho más habitual de lo que se cree, aunque mucha gente -entre ellos, el propio Anitua- no son conscientes de ello. Estas pequeñas interrupciones de la respiración van siempre acompañadas de ronquidos -aunque no viceversa- y habitualmente se diagnosticaban en las unidades del sueño de clínicas especializadas. Pero eso era hasta que Anitua Da Vinci decidió innovar.
"Se usa una especie de polígrafo sobre cuyo uso se instruye al paciente en cinco o diez minutos. Va con unos sensores, que son una cánula nasal que registra cómo respiramos y un saturímetro, porque cuando hacemos apneas el oxígeno siempre cae. Por eso es muy importante registrarlo. El paciente se lo lleva a casa y duerme con ello y a la mañana siguiente nos lo trae y descargamos esa información en un software especial, que permite un análisis automático bastante preciso", señala Zamora.
P.- ¿Todo el mundo debería cuestionarse sobre si padece apneas del sueño?
R.- Sin duda, todos. Deberíamos saber cómo respiramos; es algo a lo que te animo, a hacerte la prueba; el resultado te va a sorprender. Hoy en día podemos enseñarle al paciente cómo respira y luego explicarle cómo tiene que respirar; es un gran regalo. Yo tenía apneas y nadie me las había diagnosticado, porque la apnea del sueño es una enfermedad silente, aunque no silenciosa, porque está acompañada en muchos casos del ronquido, que es muy sonoro. Pero no somos conscientes de la enorme importancia y repercusión que tiene en nuestra calidad de vida. Yo creo que enseñar a respirar a una persona y hacerla consciente de la importancia que tiene la respiración, probablemente sea el regalo de mayor valor que le puedes hacer a alguien.
P.- ¿Y cómo se enseña a respirar?
R.- Lo más importante para enseñar a respirar es ponerle un espejo delante para que sea consciente de cómo respira. Y entonces, cuando uno observa cómo respira, le dices: "Ésta es tu situación y este es el patrón fisiológico con el que vives". Por ejemplo, el tabaco, además de ser un extraordinario veneno, tiene una doble maldad, y es que convierte a todos los fumadores en respiradores orales. Si cualquier fumador fuera consciente de esto, tomarían una sabia decisión, que evidentemente es agarrarse a la respiración.
"El tabaco tiene una doble maldad y es que convierte a todos los fumadores en respiradores orales"
Cuando el algoritmo de BTI establece su diagnóstico, alguien puede irse a casa sabiendo que padece apnea del sueño. Y para eso Anitua también ha desarrollado soluciones. El dispositivo Apnia es como una férula que evita que la mandíbula se retraiga y mantiene la vía aérea abierta. Es para los casos moderados, ya que los más graves, los que tienen más de 30 apneas por hora, se tienen que conectar a un CPAP, una máquina que les suministra aire durante la noche. Pero sólo con la férula, mucha gente mejora. De hecho, hay quien lo hace simplemente cambiando de postura a la hora de dormir, un consejo que también da Anitua a sus pacientes. Está demostrado que dormir de lado mejora las apneas y la calidad del sueño y, aunque en este caso, no es desarrollo de BTI, la empresa recomienda algo que ayuda a conseguirlo, un dispositivo llamado Somnibel, que se pega a la frente y empieza a funcionar cuando la persona se duerme; si esta se pone sin querer bocarriba, el pequeño disco vibrará y hará que instintivamente se vuelva a la posición de lado, la más adecuada para dormir.
Eduardo Anitua interrumpe la conversación unos minutos antes de lo acordado. "Es la vida de médico", se disculpa, tras levantarse para atender una emergencia. Pero accede a responder un par de últimas preguntas por teléfono. Una, sobre aquello de lo que se siente más orgulloso. Aunque el médico alavés habla de sus estudios en medicina regenerativa -y adelanta que ya se está probando su uso para patologías como el dolor crónico de espalda-, confiesa otro: "Algo especialmente reseñable es cuando estoy viendo pacientes que rehabilitamos su boca hace 30 años y que te dicen que es lo más importante que les ha pasado o la mejor decisión que han tomado en su vida".
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