Es miércoles y Jaime Cantizano (Jerez de la Frontera, 22 de julio de 1973) pasea rápido por los pasillos de Atresmedia con una infusión en la mano. Con gesto serio, parece centrado en Por fin, el nuevo programa de las tardes de Onda Cero, el que él mismo presenta. Se presta a las fotos, aunque no termina de estar del todo en la sesión; está tenso y hay que recordarle que sonría. ¿Cuándo dice el jerezano 'ojú, por fin'? "Esta semana cuando llegue el viernes a las 8 de la tarde", se sincera entre risas.
El pasado curso fue duro. Trabajó de lunes a viernes en las mañanas de TVE y los fines de semana en Onda Cero con el magazine Por fin no es lunes. ¿El descanso y la conciliación? Después del mediodía. "Siempre marqué que las tardes eran mías y se tienen que vivir fuera del ámbito laboral. Tener todas las tardes… Hay mucha gente que no las tiene…", empatiza.
Por el momento, su programa lleva una semana en las ondas. Es pronto para valorar el producto, pero no cómo se ha sentido. "A pesar de mi experiencia ha sido un cambio bastante significativo venir de hacer los fines de semana. No estoy nervioso, pero sí tenso. Cualquiera que estrena proyecto está nervioso o tenso. Yo estoy tenso", reconoce.
Es notorio en realidad. Aprovecha seis minutos entre la sesión de fotos y la entrevista para irse a trabajar. Durante la charla, mira la hora en el móvil y las notificaciones que le llegan de los distintos periódicos que tiene descargados.
Hay mucho que controlar: escaleta, contenido o nuevas incorporaciones, entre las que han sorprendido las de Susana Díaz y Celia Villalobos para el análisis político.
—¿Sigue abierto el mercado de fichajes o ya está todo cerrado?
—Nada es inamovible en la radio, la televisión o la vida, pero ya hay nombres como Ana Iris, Boris Izaguirre, Alaska, la sorpresa de Juan Luis Arsuaga, mente científica que no quiere hablar de ciencia, Javier Olivares, creador del Ministerio del Tiempo, que viene a hablar de nada de lo que tenga que ver con lo audiovisual, hablará de fútbol. Luego, el análisis. Parece que en las mañanas ocurren muchas cosas, pero a las3 de la tarde llega el tiempo de un análisis más distendido y sosegado de lo que ha ocurrido. Ahí hay nombres como Elisa Beni, Angela Antonia Herrera, Soto Ivars, Pombo, Bescansa, Ketty Garat… Y a mí me gustaría pararme en algo que no es muy habitual en la política de hoy de los muros y del frentismo: la amistad, pero de caña, de encontrarse en Málaga y de salir a dar una vuelta de Celia Villalobos y Susana Díaz. Son mujeres veteranas, que no compran con facilidad el argumentario del partido oficial y tienen su propio criterio.
—¿Por eso ha fichado a las dos?
—Y por andaluzas. Yo creo que hay una forma de comunicar determinada y las palabras y el análisis, y los mensajes llegan de manera distinta cuando lo hacen los andaluces.
—Tienen bastante acento ambas.
—Yo reivindico y hablo mucho de Andalucía. Llevo casi 30 años en Madrid, pero todo el mundo sabe de dónde soy y de las pocas banderas que puedo levantar es la de la tierra en la que he nacido y he crecido.
—Hablando de política y territorios, le enfada el concierto catalán por lo que le he escuchado, ¿no?
—Es el debate de este comienzo de temporada. A mí en general me molestan y me enfadan las injusticias. Y una segunda cosa: que nos puedan tratar o pensar que somos tontos. Y una tercera incluso: cuando no te atreves a decirme o ponerle nombre, o das un rodeo para decirme o explicarme lo que es un concierto.
—¿Qué le molesta de la política actual?
—Es necesaria, está o sirve para mejorar la vida de los ciudadanos y mejorar la sociedad, pero no vivimos el momento más brillante ni con los más brillantes de la política.
—¿Y eso?
—Muchas veces es cierto que somos muy críticos con ellos, pero tal vez deberíamos pensar que sean un reflejo del momento histórico que se vive, incluso un reflejo de nosotros mismos, de la propia sociedad.
—Le he escuchado decir también que no hay que dar pasos atrás en los derechos sociales.
—Por supuesto. No hay que dar un paso atrás en cosas que la inmensa mayoría de la sociedad ha asumido y además respeta. Una serie de derechos adquiridos por todas aquellas personas que pertenecen al colectivo LGTBI, pues creo que ciudadanos votantes de izquierda, centro y derecha ya han asumido cuestiones como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y es casi imposible que se den pasos atrás en ese sentido en un país como el nuestro, eso está muy normalizado.
—¿Incluso a pesar del avance de partidos como Vox o Salf?
—De momento no podemos saber qué es lo que van a hacer, por lo menos en el gobierno central. Todo dependerá de lo que vote cada uno de nosotros. Podemos hablar de Italia y de Alemania, pero no tenemos la prueba en el ámbito nacional.
—¿Le da miedo que llegue el momento en el que accedan al Gobierno central?
—Todos tenemos que tener claro, y eso es real, que estamos en un periodo de transición histórica, lo hemos hablado muchas veces en el programa, una especie de transformación de las democracias occidentales, y más que transformación podríamos estar hablando de una crisis de los cimientos que hemos ido construyendo en décadas pasadas, y está cambiando el modelo y la visión que tiene en el ciudadano. Fruto de esa crisis y esa desesperanza de muchos ciudadanos pues es la aparición de otras fórmulas que nos alejan de lo que creemos que es una democracia occidental.
El Jaime más íntimo
Jaime Cantizano se crió en el popular barrio jerezano de La Granja. Allí creció un niño que soñaba con dedicarse a la comunicación, pero que no podía imaginar todo lo que le quedaba por crecer.
Su carrera profesional en los medios comenzó en Los 40 Principales, "como un hobbie", cuando apenas rozaba la mayoría de edad. Los domingos iba a pinchar durante dos horas antes de volver a casa. Luego, llegaron oportunidades en la televisión local y, más tarde, un proyecto como Andalucía Directo.
Sin embargo, Cantizano decidió embarcarse en un viaje mucho más arriesgado: apostar por una nueva televisión llamada Localia, "donde ganaba mucho menos de lo que iba a ganar en Andalucía, pero no me equivoqué".
"A partir de ahí, todo fue muy rápido", reconoce. "En apenas un año, una cinta acaba en las manos del director de Sabor a ti —programa de televisión de la época— porque estaban buscando un sustituto para Antonio Hidalgo y el resto de la historia es más conocida. En dos o tres años, todo fue muy rápido. La marcha de Jerez, la llegada a Madrid, televisión nacional, luego las largas noches de los viernes en Antena 3...".
—Y ahora, por fin tiene dos días de descanso a la semana.
—Quejarse de algo que uno decide tampoco es conveniente, pero fue un esfuerzo intelectual y físico considerable. Y eso que a mí me gusta la marcha y siempre he estado en distintos proyectos. Hay una cosa que me llamaba la atención después de la primera etapa televisiva y es que algún taxista o alguna señora o señor en la calle me preguntaba qué estaba haciendo, porque parecía que había dejado de existir. Mi argumento está basado en números, la radio tiene una enorme fuerza. Cualquier programa matinal o de tarde, tiene más cifras que la televisión.
—Pero no le ven. ¿Echa de menos esa popularidad?
—Tampoco es necesario que me vean, con que escuchen… Yo no busco la repercusión o la influencia. Prefiero que confíen. Con que confíen y me respeten, me doy por satisfecho con el trabajo.
—¿No le gusta demasiado la popularidad? Es bastante… ¿tímido?
—Tengo desde hace bastante tiempo y lo he construido y porque forma parte de mi manera de ser… Y en todas las entrevistas me dicen que soy discreto, tímido… Algo de verdad será.
—Bueno, no lo sé. ¿Usted cómo se ve?
—Desde el primer momento televisivo supe que había que marcar una línea muy clara y eso lo han entendido los compañeros, el espectador, el oyente y me ha servido para vivir con relativa tranquilidad un ámbito del que nos alimentamos que es el privado y de gente más cercana.
—¿Cómo vive la paternidad? ¿Ya no es padre soltero o sí?
—Ahora hay muchos conceptos de familia y a mí me cuesta ponerle nombre. Sí es cierto que el ejercer de padre es mi principal labor desde hace 8 años. Es la labor más estable que voy a tener de por vida, no está sujeta a un contrato. Lo disfruto, estoy involucrado desde el primer minuto porque si uno da ese paso es para mojarse y vivirlo. Es la aventura más interesante, emocionante y la más arriesgada en la vida de un ser humano.
—Conciliar debe ser difícil.
—Es difícil para millones de personas en este país y yo me considero un privilegiado por el trabajo que tengo, por el horario que tengo… Es mucho más difícil si es una pareja que apenas llega a los 2.500 euros al mes y eso sí me parece complicado. Estoy satisfecho. El año pasado trabajé siete días, pero siempre marqué que las tardes eran mías y se tienen que vivir fuera del ámbito laboral. Tener todas las tardes… Hay mucha gente que no las tiene…
—Ya le digo yo…
—Claro, claro. Yo siempre he marcado bien los horarios y los esfuerzos, pero las tardes eran para mí.
—¿Se imaginaba de pequeño cuando estaba en el colegio que estaría aquí hoy?
—Bueno, nadie se puede imaginar dónde va a estar en 40 años. Incluso en 10 o 25. Uno puede soñar o imaginar. Y es verdad que yo soñaba con dedicarme a la comunicación. Pero es inimaginable pensar que el recorrido profesional iba a ser este.
Cuando me preguntan a qué aspiras, siempre me doy por satisfecho. Soy una persona ambiciosa porque siempre lo he sido, pero el cupo de deseos ya lo tengo bastante cubierto. Me considero una persona privilegiada. Por todo lo que uno ha trabajado, porque yo el único secreto que conozco es el trabajo, el trabajo, el trabajo… Es lo que he aplicado y lo que he aprendido.
—¿Cómo era de pequeñito? ¿Sigue teniendo dentro de usted a ese niño?
—No soy un nostálgico. No me gusta pensar en el Jaime de los 10 ni de los 25 años. Si conservamos algo de ese niño de Jerez... Yo creo que sí.
¿El qué? La manera de entender cómo me relaciono con las personas y de qué tipo de personas me rodeo. Eso se ha mantenido en el tiempo y llevo años, creo, teniendo buen olfato para detectar a personas que me pueden acompañar en la vida. Como amigo, como compañero…
—¿Y de quién se rodea?
—De gente que no trate de darme la vuelta, que ejerza la transparencia y que no se tome demasiado en serio. Soy de los que pienso que los que nos dedicamos a esto y otros muchos, nos tomamos demasiado en serio a nosotros mismos. Yo soy más sencillo.
Un niño de barrio
Jaime Cantizano habla de la radio cuando se le pregunta por sus inicios.
—Con 17 o 18 años, pinchaba en Los 40 Principales los domingos dos horitas. Era un hobbie. La radio es muy importante. En la mañana española se produce un fenómeno que ahora mismo no se está produciendo en otros países. La radio americana es muy importante, pero en Italia o en Francia no tiene tanta importancia la radio. Estamos hablando de muchos millones de personas que confían en la radio. Con la radio ocurre algo que no pasa en otros medios de comunicación. Es un momento de intimidad de entre quien está ante el micrófono y de la persona que está al otro lado. Es un ejercicio individual. La tele puedes verla en grupo, pero la radio generalmente solo la escuchas tú. Es un ejercicio extremadamente íntimo.
—¿En sus inicios tenía acento o ya pronunciaba todo en perfecto castellano? Lo digo porque ahora se reivindica mucho ese acento, pero en aquella época debió ser…
—No se puede forzar ni en un sentido ni en otro. El que comunica tiene que intentar ser lo más natural posible. Yo te puedo asegurar que andaluz soy y que me enfado en andaluz y que me canso en andaluz. Nunca me ha supuesto un problema. El acento hay que ponerlo a la hora de hablar del lugar de donde vienes, en las cosas que te gustan y están vinculadas a donde naciste, el tipo de música que te puede gustar…
—¿Y qué le gusta de Jerez?
—Yo siempre vuelvo porque ahí está mi raíz, porque está mi familia, porque las navidades son navidades en Jerez, la Semana Santa también…
Lo que sí es verdad es que me recluyo en casa de la familia o lo que más busco es el mar, que es lo que más echo de menos del sur. Jerez está tan cerca del mar, y tú sabes lo que es eso... Lo primero que busco es el mar.
—¿Y al barrio de La Granja ha vuelto?
—Pues hará… 20 años o así. Aunque mis padres que ya no viven allí conservan el piso. Pero hace… Es que llevo más de 25 años fuera de la tierra. Y parece que me queda largo tiempo en el centro del país.
—¿Qué le queda de allí?
—Que yo lo diga no me parece acertado, pero no creo que haya despegado mucho los pies del suelo. Antes te lo decía y, evidentemente, soy un privilegiado y tengo derecho a quejarme poco, pero los que te ayudan a tomar esa toma de tierra deben ser familia y amigos. El movimiento se demuestra andando y el oyente, el espectador… Fíjate, cuando ya llevas tantos años en esto es muy difícil engañar al oyente y al espectador, la mayoría tienen una idea clara y huelen cómo eres.
—¿Por eso se quitó Twitter?
—No sé si me aburría soberanamente o me interesaban pocas cosas. Lo que consigue la radio es que uno sea más transparente. Es muy difícil engañar en la radio. Ni usando trampantojos. Es el medio más directo.
—Y el que más le gusta.
—La temporada pasada demostré que jugaba con los dos y, además, fue una prueba para ver si estaba engrasado o no en televisión. Ya llevo mucho tiempo dedicado a la radio, pero no aparto la televisión. Porque se puede jugar con las dos, porque son hermanas y la radio es la hermana mayor.
Los medios
La trayectoria de Jaime Cantizano está escrita ya en cuatro décadas distintas. En todo este tiempo ha visto cambiar los medios de comunicación de manera vertiginosa, aunque la radio "es el que mejor ha soportado y se ha adaptado al cambio tecnológico". Desde su punto de vista, es el medio en el que "más creen" los espectadores.
La televisión, sin embargo, "ha cambiado muchísimo; ahora todo es trepidante, un galope constante", algo que "no ocurre" en la radio.
—¿Está a gusto con la camiseta de Onda Cero?
—Llevo muchos años con esta camiseta, casi siete años con el Por Fin no es lunes y ahora abriendo esta. Llevo muchos años vinculado a Atresmedia.
—Supongo que es difícil sustituir a Julia Otero en las tardes.
—Complicado es todo. También lo fue ocuparme de los fines de semana sustituyendo a Isabel Gemio y complicado y difícil va a ser. Una expresión que me mandó un jefe de esta casa por Whatsapp fue: picar piedra y picar piedra y picar piedra… Hay que acostumbrar al oyente a este nuevo proyecto.
—¿Dónde le gustaría que acabara?
—Me conformo con terminar medianamente bien la primera temporada e ir a por la segunda. Deseos, sueños… El cupo lo tengo bastante cubierto, así que vamos a construir poco a poco y vamos a jugar con castillos…
—La última... ¿Cuándo dice Jaime Cantizano “ojú, por fin”?
—Esta semana el viernes a las 8 de la tarde si no me equivoco. Hacía mucho tiempo, pero muchísimo que no tenía tanta ansia de llegar a un horizonte tan cercano como el del viernes. No solo porque voy a tener el fin de semana, sino porque pasar esta primera prueba te somete a un nivel de estrés que en algún momento hay que rebajar.
—Hay tensión, eh…
—Sí (se levanta entre risas).
—Bueno, no sé si tú quieres decir algo que…
—(Risas) Nada, nada, nada. Además, ya voy tarde.