"Se vende piso. Está en el número 1 de la calle Revolución Francesa, en Vioño. De reciente construcción y con plaza de garaje. Bueno, la plaza está, pero no hay ninguna puerta para acceder". Es un ejemplo de lo que podría ser un anuncio para vender una vivienda en este inmueble situado a escasos metros de la ronda de Outeiro.

El edificio fue construido a finales de la década pasada, cuando la crisis del ladrillo todavía no apretaba en exceso los bolsillos de constructoras y compradores. No pasó lo mismo con el inmueble que estaba proyectado justo al lado. Allí no hay nada. Un solar donde dejar los coches con varios restos de hogueras de San Juan y restos de vidrios.

Cuando los vecinos de Revolución Francesa compraron sus pisos no podían imaginar lo que terminaría pasando. La entrada a sus plazas de garaje estaba proyectada en la vivienda anexa que finalmente no se construyó. "Se entregó la licencia de primera ocupación cuando gobernaba Losada. Se agilizaron los plazos cuando aún no estaba listo el edificio", comenta una vecina.

Una década sin soluciones

Ni Negreira ni Ferreiro pudieron solucionar el problema. Ahora, casi una década después, los vecinos continúan denunciando la situación. "Pagamos por una plaza de garaje que no podemos usar", dice una propietaria. En todo ese tiempo, no han conseguido que el Concello les permita obrar una entrada que posibilite el uso de esas plazas de garaje.

La casa está a escasos metros de la ronda de Outeiro y del pabellón de la Sagrada Familia. Picado

Pese a no poder meter ningún coche en el edificio, sí tienen que pagar rigurosamente el IBI de cada aparcamiento. La frustración y el enfado de los propietarios es, por tanto, evidente. Con el nuevo gobierno municipal recién constituido, algunos todavía albergan esperanzas de poder aparcar sus coches en sus plazas: "Seguiremos intentándolo".

La entrada, por un solar o por ningún sitio

La complejidad de la obra impide que la entrada del garaje se ejecute por alguna de las tres fachadas no previstas en el plan inicial. Una da a la calle Revolución francesa, pero está situada en una de las entradas al edificio. La otra da a una plaza con escaleras y de difícil acceso para los coches, mientras que la tercera, que está frente al pabellón de la Sagrada Familia, tampoco es viable por la estructura del edificio.

Solo habría una opción: usar el solar donde estaba planificado hacer un inmueble adosado al número 1. Según los vecinos, este terreno es de propiedad municipal, por lo que sería el Concello quien tendría que posibilitar esta entrada al garaje. Tras múltiples peticiones y escritos, no obtuvieron respuesta durante la anterior legislatura.

Este solar es hoy un improvisado párking para trabajadores y vecinos de la zona. Sin asfaltar y con restos de maleza, es complicado encontrar un hueco donde dejar el coche a plena luz del día. Los vecinos tendrán que seguir luchando por aparcar, algún día, en las plazas de aparcamiento del edificio. Esas que pagan pero que no tienen puerta.