Carmen en el estudio Loco Blow haciéndose el tatuaje.

Carmen en el estudio Loco Blow haciéndose el tatuaje. CEDIDA

A Coruña

Una gallega de 85 años se tatúa el nombre de su marido fallecido como señal de "amor eterno"

Carmen se ha convertido en la persona más longeva en tatuarse en el estudio Loco Blow de la ciudad herculina, al que acudió por iniciativa de sus nietos y en homenaje a su pareja con la que pasó 58 años

3 octubre, 2021 18:31

Carmen, una coruñesa de 85 años, siempre ha sido una "moderna" según sus nietos y hace unos días se ha convertido en la persona de más edad en tatuarse en el estudio Loco Blow de A Coruña (la mayor hasta el momento tenía 78). Decorar su piel con tinta a una edad tan avanzada no es habitual pero lo hizo por amor, en concreto el que compartió durante 58 años con Luis, su marido, al que conoció cuando ambos tenían tan solo 16 y 19 años.

El 23 de septiembre fue el día marcado en la agenda de Carmen y su nieta Celia para ir a tatuarse, la primera una "L" en honor a su pareja (que falleció en 2014 a causa de un ictus) y la segunda para llevar a su hija pequeña para siempre en la piel. La nieta de la coruñesa rememora que todo surgió el Día del Carmen (16 de julio), cuando le propuso a su abuela acompañarle a hacerse un tatuaje y hacerse otro ella aprovechando la ocasión. El tiempo pasó hasta San Roque (16 de agosto), momento en el que Celia insistió a Carmen para tatuarse e intervino Cristopher, su otro nieto, que fue quien habló con el equipo de Loco Blow para preparar todo.

"Me llevas por malos caminos", admite Celia que le dijo su abuela entre risas cuando ya no había vuelta atrás, y lejos de negarse a hacerse el tatuaje, la anciana acudió con ganas y curiosidad al estudio. La propia Carmen reconoce que "siempre fue muy presumida y le encantaba ir de punta en blanco", aparte de que se dedicó a la costura y elaboraba sus propios trajes, además de las camisas para su marido.

"Una vida juntos" truncada por una enfermedad

Cuando Carmen y Luis, que eran primos, tenían 20 y 23 años decidieron casarse y sus vidas no se separaron hasta que a él se lo llevó la enfermedad que le dejó paralizado el lado izquierdo del cuerpo durante meses. Tuvieron tres hijos y en el tiempo que compartieron la anciana y su nieta cuentan que a la pareja "le gustaba hacer todo juntos y sobre todo bailar en las fiestas". Además, los nietos de Carmen aseguran que sus abuelos "siempre fueron muy felices y no había día que no se dirigiesen palabras cariñosas", a pesar de que su vida no fue fácil porque Luis "anduvo por el mundo buscándose la vida para trabajar mientras Carmen cosía por las casas".

Toda esta historia está contenida en la "L" que Carmen lleva en su brazo desde hace unos días y con la que recordará, aún más si cabe, a su "amor eterno", tal y como cuenta su nieto Cristopher en una publicación en redes sociales. El viernes, 23 de septiembre, la anciana habló con Joaquín, el tatuador encargado de atenderla, y contó al equipo detalles de su vida mientras acababa de decidir detalles sobre el diseño. Tras cinco minutos de proceso, Carmen obtuvo su tatuaje y al salir se despidió de los responsables del estudio asegurando que "no volvería para hacerse otro tatuaje pero sí de visita".

Para el tatuador también ha sido una buena experiencia y cuenta entre risas que Carmen "es una mujer con carácter" al igual que la letra cursiva que eligió para su la inicial de su tatuaje porque "le estuvo vacilando toda la sesión". No es la primera vez que el profesional tatuaba a alguien mayor (tuvo varios clientes por encima de los 70 años) pero Carmen ha sido la persona de más edad. "Soy simpático y vacilo a los clientes sobre todo si están nerviosos, pero ella estaba ansiosa por empezar y algo temerosa por el posible dolor de la aguja, pero muy poco", detalla.

"Todo esto ha sido algo nuevo para ella, quería que mi abuela estuviera cómoda y en el estudio lo consiguieron con creces", asegura Celia, mientras bromea con su abuela sobre una próxima cita, esta vez para un piercing. "En la nariz", dice Carmen a su nieta, que aunque sea en tono bromista confía en que la anciana se anime a repetir en el futuro mientras disfruta de lucir su "L" allá por donde pasa.