La Jefatura Superior de Policía Nacional de Galicia ha incorporado en su sede de A Coruña una galería de tiro virtual para el entrenamiento de sus agentes, que permite recrear situaciones reales, diseñar otros tipos de prácticas adaptadas a las necesidades específicas de cada unidad y obtener datos para la valoración de los ejercicios.

Este sistema de tiro con realidad virtual puede ser empleado con fuego real o con un sistema laser perfectamente calibrado, según ha explicado el oficial de la Policía Nacional en A Coruña, José Manuel García Méndez.

El espacio está compuesto por una consola de control con la que los agentes pueden elegir, a través de un ordenador o tablet, una gran variedad de escenarios para entrenar: vía pública, interior de una vivienda, un centro educativo…

Estas situaciones son proyectadas en la pantalla gracias a un proyector de vídeo con calidad HD con el objetivo de que estos puedan visualizar con todo lujo de detalles el ejercicio al que se enfrentan.

La galería de tiro virtual cuenta, a su vez, con dos cámaras que captan la frecuencia del láser, permitiendo saber quién es la persona que ha alcanzado el objetivo o cuantos impactos ha disparado el arma, y otra tercera que simula los escenarios en los que se emplean linterna.

Los impactos que entren por la pantalla son recogidos por una cámara térmica. "Si disparo el arma y aparecen en la pantalla unos círculos de color rojo, habré alcanzado el objetivo, mientras que los círculos azules me indicarán los errores de tiro", explica García Méndez.

Para que esto sea posible, García Méndez explica que los personajes que aparecen en los vídeo están sectorizados por zonas vitales.

Una vez que están dispuestos el resto de simuladores en las distintas sedes previstas de España, los agentes recibirán un curso de edición de vídeo para que puedan editar los ejercicios que les interesen y trabajar en situaciones no previstas antes.

Pistola eléctrica, ¿para qué sirve?

Los agentes de la Policía Nacional en A Coruña también han presentado en esta jornada otra de las últimas herramientas: la pistola eléctrica. Este inmovilizador eléctrico, recogido en el Reglamento de Armas, es "es un dispositivo seguro, inminentemente disuasorio".

Cuando el agente dispara la pistola eléctrica, esta envía dos sondas, a través de un cable de conducción, que se clavan en la piel y mandan impulsos eléctricos con un alto voltaje y bajo amperaje. Esta genera una paralización temporal sobre el sujeto, que le incapacita del sistema sensorial y motor.

"Es un arma segura que permite solventar intervenciones en las que no tendríamos que utilizar otros medios más lesivos", apunta el oficial de la Policía Nacional en A Coruña, José Manuel García Méndez. La descarga dura un máximo de 5 segundos y genera 22 impulsos por segundo.