Francisco Iparraguirre Rodríguez.

Francisco Iparraguirre Rodríguez. Cedida

A Coruña

Fallece Francisco Iparraguirre, uno de los fundadores del Colegio Santo Domingo de A Coruña

El religioso pereció ayer en la enfermería de los Dominicos de Villava (Navarra) a los 92 años de edad

1 noviembre, 2022 18:37

El padre Francisco Iparraguirre Rodríguez pereció ayer a los 92 años de edad en la enfermería de los Dominicos de Villava (Navarra), según informa Rodrigo Hidalgo. Habrá una misa funeral el próximo sábado 5 de noviembre a las 12:00 horas por el que fuera uno de los fundadores del Colegio Santo Domingo de la Ciudad Vieja de A Coruña en 1955, que será oficializada en la Iglesia de Santo Domingo.

Nacido en Madrid, Francisco Iparraguirre derrolló todo su ministerio sacerdotal en A Coruña, siendo también uno de los primeros profesores del colegio Santo Domingo. Tras pasar por la Escuela de Apostólica (seminario menor) en Corias (Asturias) y decidir seguir la vida religiosa, es ordenado sacerdote en San Esteban de Salamanca en 1954 y es destinado a A Coruña para reforzar la nueva obra académica, el colegio, que se estaba gestando.

"Los inicios fueron muy difíciles, propios de esa época, pero el trabajo de los religiosos y la colaboración de familias de la ciudad, posibilitó que la obra académica pudiese comenzar", aseguraba el madrileño, según indica Rodrigo Hidalgo. Francisco Iparraguirre enseñó múltiples materias, destacando las humanidades (latín, griego, literatura y lengua española) y son muchas las generaciones de estudiantes que aprendieron cultura clásica con él.

Rodrigo Hidalgo destaca, por otro lado, que el P. Francisco tenía una gran devoción a la Virgen del Rosario porque siempre se sintió muy coruñés. Así, estuvo en su solemne coronación en María Pita el año 1960; todas las tardes se le veía en la iglesia rezando el rosario; y siempre que pudo salía en procesión el 7 de octubre.

"Sólo nos queda decir que tuvimos la gran suerte de haber podido compartir con él, disfrutando de su trato amable, amplia cultura y habilidades naturales, porque también pintaba, escribía poesía, usaba el lenguaje a la perfección, junto con ser un gran lector de literatura, desarrollando, además, una gran afición a la fotografía; si queríamos encontrar o saber algo de la historia del convento, del colegio o de la Ciudad Vieja, había que consultar su fondo fotográfico; todas sus imágenes tenían detrás un relato, una historia de la ciudad y hasta alguna anécdota; una de ellas, como la de la fuente de la plaza de Santo Domingo con una gaviota bebiendo, han dado la vuelta al mundo (aparecen en algunas postales de la ciudad)", asegura Rodrigo Hidalgo, que añade: "Se nos fue en paz el último de los testigos vivientes del colegio y de la vida de la comunidad religiosa en la ciudad, seguro que desde el cielo seguirá intercediendo por todos nosotros".