El compositor Nani García en su estudio de Cambre

El compositor Nani García en su estudio de Cambre

A Coruña

El director artístico del Temple Jazz: "Intentaremos hacer algo este invierno para compensar"

Nani García ya piensa en la próxima edición de este festival de jazz que este año se suspendió por problemas burocráticos que impideron adjudicar su realización a la única empresa licitadora

29 agosto, 2023 05:00

Cambre se ha quedado este año 2023 sin su tradicional cita con el jazz al suspenderse el Festival Temple Jazz. Esta cita musical, que en un principio estaba previsto para el mes de julio y que después se pospuso para el 25 y 26 de agosto, no tuvo lugar por problemas burocráticos que impidieron adjudicar su realización a la única empresa licitadora.

Su director artístico, el compositor Nani García, ya piensa en la siguiente edición y en recompensar a los vecinos de Cambre con algún tipo de actividad este invierno. "Detrás de toda esta programación hay un montón de trabajo y mucha gente perjudicada", asegura Nani, quien lamenta esta situación. "Quizás no programamos con suficiente tiempo para poder superar escollos burocráticos que por momentos se hacen enormes teniendo en cuenta la índole de la causa a la que debe de prestar servicio", afirma, al tiempo que reconoce que se trató de un error humano que, "en unas circunstancias con buena voluntad podría haberse subsanado".

Este año no habrá Temple Jazz por un fallo burocrático ¿De qué se trata exactamente?

Bueno, estrictamente hablando se debería decir que no se pudo celebrar, tuvo que ser suspendido al rechazar el Órgano de Contratación local en resolución motivada, la proposición de la única empresa licitadora, por un posible error en la documentación. Es muy importante hacer hincapié en lo de la única empresa licitadora, tanto en cuanto no se atisba por ningún lado un posible perjuicio a terceras empresas licitadoras, por no haberlas.

Y una cosa sí puedo decir y es que detrás de toda esta programación hay un montón de trabajo y mucha gente perjudicada. Lo primero que me viene a la cabeza es el público de Cambre y aledaños; los aficionados al jazz. Los destinatarios de todo este esfuerzo pero también habría que pensar un poco en el sector profesional afectado por esta contingencia. Los músicos los primeros, que fueron muchos, y lógicamente también toda clase de proveedores: desde escenario, piano, sonido, luces etc. Estas cosas suceden y no le damos importancia que tienen pero de verdad que es mucha la gente afectada.

¿Por qué no se pudo hacer la adjudicación a la única empresa que se presentó?

Quizás no programamos con suficiente tiempo para poder superar escollos burocráticos que por momentos se hacen enormes teniendo en cuenta la índole de la causa a la que debe de prestar servicio. A cualquiera se le podría ocurrir pensar en un exceso de celo administrativo. Como si el mundo del jazz estuviese bajo sospecha. Lo que nos lleva a pensar que hay mucho de interpretación en las regulaciones que nos afectan y por ende, también en la importancia del factor humano y lo poco ecuánime que resultan las decisiones de estas leyes dependiendo del sitio y la persona que tiene que
hacerlo. Sobre todo si estamos hablando de interpretaciones técnicas. En este caso técnicas por momentos y artísticas por otro lado. Por cierto hablando de esto último siempre me llamó la atención cómo se puede dejar al amparo de un jurista las interpretaciones artísticas. El ámbito del arte está vinculado a lo subjetivo (como mucho a lo intersubjetivo). Se puede establecer regulaciones a la contratación y sus distintas formas de fiscalidad, etc, pero opinar jurídicamente sobre los contenidos artísticos y su valoración me parece algo arriesgado. Y menos aún ser interpretados por un individuo
como representante y conocedor del gusto público. Como que sabe lo que conviene artísticamente o no. Da un poco de miedito; se acerca peligrosamente al concepto de censura que tanto nos asusta. En fin, creo que nos estamos metiendo en temas muy complicados pero que en definitiva salen a debate como consecuencia de contingencias del tipo que nos afectan.

Este festival estaba previsto que se celebrase el pasado 7 y 8 de julio, pero se retrasó por un error en la documentación. ¿Es la misma causa la que motivó el aplazamiento en julio que la que lo hizo en agosto? Y si es así, ¿cómo no ha podido solventarse en este tiempo?

No, la causa fue otra pero de una cariz parecido. Parte de las circunstancias se repiten. Un error humano en unas circunstancias que con buena voluntad podría haberse subsanado. No se ha podido solventar a tiempo porque en ambos casos actuamos con poco margen. En la primera convocatoria las elecciones nos marcaron unos tiempos y en el segundo caso fue el propio fracaso en la licitación y el posterior intento de revertir la situación con unos plazos muy justos para poder llevarla a buen puerto.

Si te digo la verdad esto es algo muy hablado y comentado a menudo entre los músicos y gente de la cultura; en general estamos soportando regulaciones de todo tipo diseñadas en su momento para sectores muy ajenos al nuestro y que nos son aplicadas a macha martillo haciendo caso omiso de nuestras especificidades y, lógicamente, por lo tanto siempre nos perjudica. Esto nos lleva en definitiva a que aún queda mucho por legislar, al contrario de lo que muchos piensan, para que esto vaya progresando. Cuanto más margen a la interpretación más líos.

¿Se prevé retomar el festival? ¿Hay previsión de una nueva fecha?

Sí claro. Intentaremos hacer algo este invierno que sirva de compensación y la idea será retomar el festival para la próxima edición con muchísimas más prevenciones visto lo visto.

Desde el concello apuntaron a que se baraja un nuevo formato para este festival. ¿A qué se debe esta propuesta? ¿Ya no resulta interesante el actual formato?

Vamos a ver, creo que de lo que estamos hablando es de crear un festival de jazz con dos ediciones a lo largo del año. El normal de julio y una pequeña ampliación al invierno, cosa que ya experimentamos cuando la crisis del covid en su momento y que tuvo mucho éxito. Se trata de una actividad de menor peso para dar vidilla durante el invierno. Pero la actividad central tendrá lugar en verano como hasta ahora.

Como director artístico del Festival, ¿Cuáles son las propuestas para el próximo Temple Jazz?

Bueno, un director artístico tiene encomendada el comisariado artístico de un mandado derivado de una línea determinada línea de actuación políticocultural. No sé si me explico. Y siempre, en base a eso, hay, entiendo yo, dos acciones complementarias a llevar a cabo por una dirección artística que a mi me parecen importantes: por un lado poder dar al aficionado y público en general, una pequeña muestra de la oferta local y por otro lado tratar de acercar ofertas menos al alcance de ese mismo público que por la razón que sea, sea de aquí o no, se encuentra por nuestra comarca. A estas alturas es un poco prematuro hablar de nombres concretos pero en ello estamos. Intentaremos primero diseñar lo de este invierno y seguidamente nos pondremos con el verano e invierno de 2024. Poco más puedo añadir.