Las mejores conservas gallegas para deleitar el fin del verano
El mundo de las conservas es único, y Galicia sobresale por su calidad y su sabor. Hacemos un repaso de las mejores marcas de nuestra tierra para un aperitivo o picnic de primera
29 agosto, 2023 05:00Hay algunos productos que solo algunos paladares pueden apreciar del todo. Sucede con la aceituna negra, con la alcaparra, con ciertos pescados y algunas verduras. También pasa con alimentos más sencillos, pues para gustos colores, pero existe cierto consenso entre gran parte de la población sobre su disgusto hacia ciertos ingredientes. Y muchos de ellos pueden considerarse parte del profundo mundo de las conservas y los encurtidos. Hemos de reconocerlo, el sabor no es para todo el mundo; pero los paladares más refinados podrán disfrutar de algunos sabores increíbles encerrados en latas y enterrados en un poco de aceite.
Existen además dos bandos muy definidos dentro de los amantes de las latas: las conservas de mar y las de tierra. A pesar de que suelen caer en el mismo cajón de sastre, son productos muy diferentes con sabores y texturas que ofrecer extremadamente distintos. Y Galicia, como todo lo que tiene que ver con el mar y los tesoros que nos ofrece, cuenta con una amplia y antigua tradición productora de estos pequeños lujos tan clásicos de aperitivos o cenas de picoteo.
No podía ser de otra manera, pues en una zona tan costera como la nuestra y con tanta tradición marinera el pescado se aprovecha y se manipula en todas sus facetas y sus posibles usos. Contamos con fábricas productoras con un siglo de antigüedad, tradiciones familiares que se extienden durante generaciones y pueblos enteros donde la conserva fue, y todavía es en la actualidad, una de las industrias más importantes.
Está claro que como gallegos le debemos mucho a la conserva, eso sin contar con que nuestra afición al marisco y al pescado también puede incluir sus variantes conservadas. Por eso ofrecemos una lista de las mejores marcas gallegas a las que poder echar el ojo para próximos picoteos o picnics.
Pero antes, un poco de historia
Podemos localizar la entrada definitiva de la conserva en nuestras tierras a finales del siglo diecinueve, cuando la falta de materia prima en Francia les hizo virar su objetivo a otras zonas que pudiesen suplir su demanda. Vigo y otras ciudades y pueblos de las Rías Baixas comenzaron a explotar su potencial, que logró grandes resultados a comienzos del nuevo siglo. Su crecimiento se vio sin embargo truncado en la crisis económica del año veintinueve, que sin embargo no acabó con ella, sino que le permitió aprovechar el momento para reconvertirse y diversificar su producto.
De hecho, el momento histórico en el que se desarrolla esta actividad en las costas de Galicia permite crear una industria sustentada en gran parte por la labor de las mujeres de la zona, y les ofrece una entrada en el mercado laboral de la mano de estas empresas. El papel de las gallegas es innegable, y permitió que las dinámicas laborales cambiasen en lo que se consideraría el principio de la emancipación de la mujer.
Lo que está claro es que la historia de la conserva está estrechamente ligada a la evolución y creación de la Galicia moderna. El Museo Anafaco de la Industria Conservera, en Vigo, se encarga de poner en valor esta parte tan importante de nuestro patrimonio histórico.
Visto el pasado histórico de esta industria, podemos comenzar con una empresa que aúna nuestra historia con la calidad de los productos, en una fusión perfecta que ha permitido que continue hasta nuestros días en el negocio. Hablamos de Conservas La Pureza, una productora localizada en el pueblo coruñés de Cariño y que pronto cumplirá un siglo en este negocio, pues abrió sus puertas por primera vez en 1924. Tristemente, La Pureza también es la última superviviente de lo que antes se consideraba una potente actividad productora en la comarca. Por eso es también importante tener en cuenta que, con compras a empresas como esta, no solo se adquiere un producto de primera calidad, sino que se apoya un negocio histórico y próximo. En épocas como la nuestra es importante poner en valor lo que tenemos, antes de que toque recordarlo como el pasado.
Desplazándonos hasta la zona de Ribeira nos encontramos con Conservas Nosa, con uno de los puertos de bajura más importantes de Europa y una prominente actividad marítima y marisquera. Galardonada internacionalmente y de producción potente, es una empresa con historia pero que también ha sabido adaptarse a nuestra época, y se mantiene en popa y líder en productos como sus mejillones en conserva, que podéis encontrar en La Tienda de Lino.
También podemos destacar la empresa Los Peperetes, de la que ya os hablábamos en otra ocasión por su interesante historia familiar. Sus productos no quedan atrás en calidad y sabor.
Y por supuesto, no podemos terminar este artículo sobre conservas gallegas sin hablaros de la marca Frinsa, la que seguramente sea la más potente de la industria gallega actual. Con fábricas en Galicia y Portugal, esta empresa fundada en los años sesenta cuenta ya con una potente presencia internacional con sedes en ciudades como Londres, Bucarest o Módena, entre otras. Su calidad y sabor son reconocidos por todo el que la prueba, tanto dentro como fuera de España. Otro tanto sucede con las gigantes del mercado Calvo, Escurís y Rianxeira (estas dos últimas pertenecientes a Jealsa), marcas más asequibles y que podemos encontrar en cualquier supermercado, pero que aun así no pierden el distintivo sabor de un producto originario de nuestra tierra.