La Xunta autoriza la pesca de recreo en Galicia: de manera individual y con horarios

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Galicia

El coronavirus acaba con el marisqueo y perjudica la venta de pescado para hostelería

Los marineros se muestran afortunados por la importancia que adquiere su labor durante el confinamiento y extreman las medidas de protección a la hora de faenar con mascarillas y lavándose las manos varias veces al día

22 marzo, 2020 06:00

El coronavirus está afectando a todos los sectores: al económico, lo que ha llevado a multitud de empresas a solicitar un ERTE; al educativo, debido a la suspensión indefinida de las clases, al sanitario, con la saturación de los hospitales debido al número cada vez mayor de infectados o al deportivo, ya que deportistas de élite han visto interrumpidos sus exigentes entrenamientos por no poder acudir a sus centros de formación. A parte de ellos, el sector pesquero tampoco está saliendo bien parado de esta crisis sanitaria ya que como no hay mercado, el marisqueo está parado y cada vez son más pequeñas las ventas de los pescados que se utilizan habitualmente para restauración como el lenguado, el rodaballo, la lubina o la dorada.

Estas consecuencias las sufre y las conoce muy de cerca Javier Costa, el patrón mayor de la cofradía de Cangas do Morrazo que lleva 35 años trabajando en el mar (empezó con 14). Costa asegura que debido a la situación generada por el coronavirus, "el ambiente en el sector estuvo complicado estos días porque desde Capitanía no les dieron instrucciones claras y además el estado de alarma decretado generó algunos problemas a la hora de despachar la mercancía. "Últimamente los barcos que trabajamos en la ría de Vigo ya fuimos capaces de despachar gracias a que nos pusimos en contacto con el capitán marítimo de Vigo y ahora tenemos unas directrices más o menos claras en cuanto a esto. Las dificultades a lo largo de la semana se centraron en que a través de la Federación Gallega tuvimos que gestionar un documento para que los marineros se pudieran mover hacia sus puestos de trabajo en los puertos", explica.

Costa admite que para regularizar la situación en cuanto a los movimientos fue necesario que los patrones mayores de cada cofradía "firmasen unos cuantos cientos de documentos para que la gente se pudiese mover" ya que advierte que "si no se dispone de un justificante claro de por qué andas por la carretera o por qué te mueves recibes la multa correspondiente". El patrón mayor acompañado de su tripulación realizó esta semana una travesía de más de 24 horas desde Cangas hasta Asturias a bordo de su barco de pesca Nuevo dos victorias ya que durante las próximas semanas trabajarán en el mar Cantábrico pescando caballa, una decisión que no ha sido sencilla dadas las circunstancias actuales por el avance del virus en España.

Herramientas utilizadas para la pesca de la caballa en el Cantábrico. Fuente: Quincemil

Herramientas utilizadas para la pesca de la caballa en el Cantábrico. Fuente: Quincemil

Costa comenta que se celebró una reunión el pasado sábado entre la gente del sector en Galicia para decidir si subían o no, "una votación en la que hubo discrepancias porque la gente tiene miedo del coronavirus". "La gente tiene miedo de la enfermedad pero también temen no subir en la fecha establecida para la apertura y que se pierda la campaña porque cada día las cosas se ponen más complicadas con el virus", afirma, al mismo tiempo que cuenta que "la decisión mayoritaria fue ir al Cantábrico pero no se obligó a nadie a subir, quien quiso ha ido y quien no se ha quedado en casa".

Sobre las medidas de protección que se están tomando en los barcos contra la enfermedad, Costa aclara que "están optando por lavarse mucho las manos y usar mascarillas". "En principio en el mar te puedes contagiar pero considero que es más difícil porque estás trabajando en un espacio libre donde corre bastante el aire", opina. Su decisión de arriesgarse a pasar estas próximas semanas faenando en aguas asturianas estuvo motivada también por el encuentro que mantuvieron los pescadores con los compradores de materia prima para sus negocios.

"Los compradores nos contaron que necesitaban pescado y nos aseguraron que tienen capacidad para congelar todo lo que se pesca y más. Tienen previsiones de vender a fresco ya que las cosas se están poniendo complicadas, por lo que habrá que mandar a los mercados pescado fresco como la caballa, que tiene muy buena proteína y mucho Omega 3 y recomiendan comerlo para protegerse del coronavirus", asegura. Costa añade también que los compradores les dijeron que "en principio si no hay una orden ministerial que lo prohíba van a continuar trabajando con normalidad".

"Nos sentimos privilegiados de poder salir de nuestras casas"

Costa explica que en estos momentos difíciles de confinamiento de toda la población, tanto él como su gente "se sienten privilegiados por su trabajo de autónomos, de marineros, que les permite salir de sus casas". "Creo que es fundamental para que este país no quiebre que todo el sector primario siga trabajando, que los ganaderos continúen en sus terrenos y que los marineros sigamos pescando para que haya alimento. Esto es de vital importancia porque además con la pesca artesanal buscamos fundamentalmente unos pescados con proteínas importantes para la alimentación humana", detalla.

El Nuevos dos victorias en el puerto de Cangas. Fuente: Quincemil

El Nuevos dos victorias en el puerto de Cangas. Fuente: Quincemil

El arte de la pesca artesanal

El patrón mayor de Cangas se muestra a favor de la pesca artesanal principalmente, un arte que ya practicaba su padre, que empezó a trabajar en el mar con nueve años. Costa trabaja sobre todo en la ría de Vigo y en el entorno de las islas Cíes y Ons y como fortalezas del tipo de labor que realiza, destaca que la pesca artesanal "es de supervivencia y de sacrificio diario" además de que depende mucho de las condiciones atmosféricas, que en Galicia en muchas ocasiones no son favorables.

El patrón explica que este tipo de pesca "se hace en barcos pequeños que cambian de arte de pesca según la temporada (redes, palangre, nasas…) y que se pesca en pocas cantidades que luego se procuran vender a buen precio". "El pescado vale lo que vale porque tiene sus riesgos cogerlo", sostiene Costa, una teoría que apoya su hijo David, que también trabaja en el mar con él desde hace años. "Practicamos un tipo de pesca en la que hay que tirar para adelante todos los días para ganar el pan y tiene buena fama porque se intenta preservar al máximo el medio ambiente y se crean bastantes puestos de trabajo", aclara el joven moañés.

En cuanto a volumen de negocio, los barcos que integran la cofradía de Cangas "facturan unos cuatro millones de euros anuales" según el patrón y asegura que "la economía que generan la gastan en el pueblo ya que no son como los grandes inversores que se llevan el dinero fuera". Entre los últimos proyectos del patrón mayor se encuentra su participación en el proyecto de cooperación Mar das Illas, para el que fue seleccionada su propuesta que consiste en llevar a bordo de una barca a ocho turistas interesados en conocer todos los secretos del arte de pesca del palangrillo. Esta iniciativa inicialmente será subvencionada pero tal y como está afectando el coronavirus a todos los sectores, el patrón mayor tiene cierto temor a no recibir la financiación, algo que se solucionará, como tantos otros asuntos laborales y económicos, una vez se supere la enfermedad a nivel nacional y finalice el estado de alarma que está vigente.