Al grito de "Vuelve la ONCE" y "La ilusión puede con todo", un total de 19.000 vendedores de la ONCE (entre los que se encuentran centenares de gallegos) volverán a llevar la ilusión a las calles desde mañana, lunes 15 de junio, una jornada en la que también se inician los sorteos de los cupones después de tres meses de parón debido al confinamiento.

La ONCE arranca la venta con una colección especial de 46,5 millones de cupones, uno por ciudadano, durante la primera semana de vuelta al trabajo. El objetivo es reconocer el esfuerzo de la sociedad en estos días complicados y agradecer a quienes con su trabajo han sido esenciales en la lucha contra el coronavirus como los sanitarios y trabajadores de hospitales y residencias, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad estatales, autonómicos o locales y los bomberos, agricultores, ganaderos, transportistas, farmacéuticos, comerciantes o voluntarios.

El regreso de los vendedores de la ONCE se llevará a cabo de acuerdo con la normativa de desescalada aprobada por las autoridades y, muy especialmente, una vez que se han garantizado las medidas de seguridad para ellos y sus clientes, al igual que para el resto de trabajadores. De esta manera, mañana arrancan los sorteos del cupón diario, Cuponazo y Fin de Semana y el Sorteo del Día del Padre (que se retrasó por el decreto del estado de alarma), se celebrará el domingo 21 de junio. A su vez, el miércoles 24 habrá un sorteo especial del Día de San Juan y el 15 de agosto se celebrará el Sorteo Extra de Verano de la ONCE.

Volcados en la lucha contra la pandemia

A lo largo del confinamiento, la ONCE ha velado por el bienestar de sus más de 72.000 afiliados. La organización lanzó una guía de recomendaciones indispensables para garantizar la seguridad en la vuelta a la actividad personal, económica y social de las personas ciegas y con grave discapacidad visual durante el periodo de desconfinamiento. Estas normas se ajustan a las medidas de higiene y seguridad dictadas desde el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus, entre ellas el denominado “distanciamiento social” que, en el caso de las personas ciegas puede generar muchas situaciones en las que no resulte fácil ser aplicado.