La ONG Ayuda en Acción, con el apoyo de la Fundación Repsol, colaboró con 166 familias gallegas, a las que aportó alimentos y tabletas para los estudiantes durante la crisis sanitaria por coronavirus. La asociación indica que una de cada cuatro personas residentes en Galicia que vivían en riesgo de pobreza y exclusión han visto agravada su situación por la pandemia, a lo que habría que unir las dificultades de muchos menores para acceder a las clases online tras el cierre de los centros educativos.

La directora del área Social y voluntariado de Fundación Repsol, Lola Zamarra, destacó la "experiencia y sensibilidad" de Ayuda en Acción" y la "dedicación y entrega" de los directores y profesores de los centros educativos de A Coruña a la hora de dar respuesta a la crisis derivada por el coronavirus. Según Zamarra, estos profesionales adaptaron el proyecto para ofrecer recursos básicos a las familias "más vulnerables" y recursos educativos "para que ningún niño se quede atrás".

“Ayuda en Acción y la Fundación Repsol han mantenido su compromiso con las comunidades educativas más vulnerables de A Coruña durante la emergencia sanitaria, económica y social que ha causado la COVID-19. La colaboración de Fundación Repsol ha permitido que nuestra entidad haya podido cubrir y siga cubriendo parte de las necesidades más acuciantes que tenían y tienen cientos de familias en riesgo de exclusión social. Tanto la seguridad alimentaria, como el acceso a una educación digital y de calidad, son derechos a los que todos los niños y niñas deben poder acceder en igualdad de oportunidades”, destaca la directora de Relaciones Institucionales de Ayuda en Acción, Marta Marañón.

El proyecto

Ayuda en Acción pudo ejecutar su labor en A Coruña gracias al programa Aquí también que desarrolla desde hace años en varios centros coruñeses gracias al apoyo de la Fundación Repsol. La asociación coordinó el trabajo con seis CEIP y un instituto con los que colabora de forma habitual y logró entregar un centenar de tarjetas monedero recargables a las familias, que podían acceder con ellas a la compra de alimentos medicinas.

Las dos entidades entregaron, además, casi 100 tabletas en préstamo para que jóvenes sin recursos pudiesen continuar con sus estudios mientras los centros educativos permanecieron cerrados.