¿Está Galicia en la recta final de la pandemia? Esta es la conclusión de una universidad americana

Ya se ve la luz al final del túnel. Tras meses muy duros parece que el final de la pandemia del coronavirus está cerca. El avance de la vacunación coincide con una bajada de casos en Galicia, que inicia la tercera semana sin estado de alarma con una ligera subida de los pacientes Covid ingresados hasta los 144, que suponen seis más que la jornada anterior, mientras que los casos activos han descendido a 2.624 y los nuevos contagios bajan a 123.

El hecho de acelerar el proceso de vacunación ha desencadenado un optimismo entre la sociedad, que ve más factible que nunca poder llegar a decir adiós a esta pandemia que cambió por completo sus vidas hace más de un año y cuyas consecuencias se siguen viviendo hoy en día (y seguirán durante un tiempo más) .

Este optimismo entre los ciudadanos también se traslada a aquellos especialistas que ya esbozan perspectivas optimistas para los próximos tres meses -entre junio y agosto-. Es el caso del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), que, tras adelantarse a la dureza de la segunda y tercera ola, ha girado sus proyecciones y apunta a una calma en España, donde, si todo se mantiene como hasta ahora, se prevé una estabilización en el número de muertes. Los mejores presagios apuntan incluso a un ligero descenso en el número de contagios, que iría aparejado a una menor presión hospitalaria.

Gráfico que muestra la curva estable en las previsiones de fallecimientos

Este centro investigador de la Universidad de Washington, en Seattle (EE UU) no descarta que se pueden suceder sus peores presagios, que apuntarían hacia un notable incremento de los contagios (sobre todo a raíz de una relajación de medidas como la distancia social o el uso de mascarillas). En el gráfico situado abajo se recoge la previsión de la curva de contagios: la línea roja muestra los peores presagios.

Gráfico sobre la previsión de contagios para los próximos tres meses

Aún en el caso del peor escenario, los datos no llegarían, ni de lejos, a alcanzar las cifras registradas en la segunda o tercera ola. Es decir, en ningún caso se hablaría de una saturación hospitalaria.