Alberto Blanco es un trotamundos de los banquillos. El técnico de Vilagarcía de Arousa acumula experiencias que lo han llevado por Lituania, Eslovaquia o Rusia, donde actualmente entrena al equipo B del Lokomotiv Kubán de Krasnodar. Esta última aventura se ve marcada por la situación que atraviesa actualmente el país ruso, que ha sufrido fuertes sanciones tras la invasión a Ucrania.

"Jugué el domingo por la tarde, hice la maleta y hoy llegaré a las 2:00 horas, después de 24 horas de viaje. Un viaje de Krasnodar a Moscú que antes te llevaba una hora, ahora te lleva cuatro", cuenta Alberto que ayer disputaba en Izhevsk el último partido de la temporada tras viajar durante un día entero.

Los largos viajes, provocados por el cierre del espacio aéreo de determinadas zonas, es uno de los grandes cambios que está notando el técnico en su día a día. Los otros problemas surgen con el cierre de las redes sociales, pero especialmente con la imposibilidad de poder cobrar su sueldo o sacar su dinero.

"Los extranjeros cobramos en dólares o euros y el club ahora mismo no puede pagarnos con esa moneda. Está buscando una solución y nos ofrece darnos el dinero en rublos. He ido al banco a sacar dinero y te dicen que no hay euros, que vuelvas en una semana. Las sanciones a los extranjeros de a pie nos ha pillado de pleno", señala Alberto Blanco sobre la situación económica que ahora mismo viven en el país.

El entrenador es de Vilagarcía de Arousa, donde está su familia a la que envía parte de ese dinero. Sus familiares y amigos reaccionaron con nerviosismo los primeros días, pero el técnico decidió continuar esta aventura al asegurarse de que no había problemas: "a nivel de seguridad esto está tranquilo, mi familia lo entendió y también lo está".

La seguridad es uno de los motivos que le han hecho continuar en el banquillo del conjunto ruso, aunque cada día valora si volver a tierras gallegas: "Voy día a día. Ahora he decidido ir a este partido y a los playout, pero por las informaciones que me llegan de España es posible que vuelva".

Esa posible vuelta a Galicia es toda una odisea. Si como señalaba el técnico es complicado viajar para disputar un partido dentro de Rusia, coger un vuelo a España es todavía más complejo. Esto es algo que está en manos de su club, pero una de las opciones que baraja sería viajar desde Sochi a Estambul, para luego tomar un vuelo desde la capital turca a Madrid, y de ahí volver tierras gallegas.

El entrenador y su plantilla se centran en los aspectos deportivos: "El club nos pidió que no habláramos de este asunto para evitar malentendidos. Por respeto a lo que pienso y a mi país, un jugador italiano y yo nos mantenemos apartados mientras suena el himno ruso, y el resto de la plantilla lo ha entendido. Yo no tengo nada en contra de nadie, nosotros tenemos una posición diferente y ellos tienen la suya, porque pueden tener una información diferente", cuenta el técnico sobre la situación, siempre mostrando cautela y midiendo sus palabras, que podrían llegar a ocasionarle algún problema.

El resto de su día a día no ha variado demasiado. Los supermercados no tienen problemas de abastecimiento, aunque es muy probable que empiecen a sufrirlos en los próximos días. Una cosa que llamó la atención de Alberto Blanco fue el último día de las cadenas de comida rápida en Rusia antes de su cierre definitivo: "Ayer en el McDonald’s de Krasnodar había una cola que daba tres vueltas a la manzana", recuerda el técnico.

A otra cosa a la que ya no tendrán acceso en Rusia es a las redes sociales, ya que Twitter, Facebook e Instagram han sido cerradas. El gallego se conforma con poder seguir utilizando Whatsapp y Skype para poder seguir comunicándose con los suyos e incluso comenta que "una desintoxicación de redes tampoco viene mal". Lo hace con una sonrisa, que este trotamundos del basket sigue sin perder, a pesar de las adversidades, en ningún momento.