La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, ha condenado a un hombre a tres años de prisión y a pagar una indemnización de 2.000 euros por maltratar a su hija, a quien castigaba con duchas frías y golpes con la correa del cinturón.

"El estilo educativo del acusado con su hija era riguroso y autoritario, llegando en ocasiones, especialmente cuando se producía un consumo abusivo de alcohol, a ser agresivo tanto con ella como con su segunda esposa", recoge la sentencia.

Los hechos

Así, era habitual que, cuando el acusado creía que su hija había hecho algo mal, la obligara a meterse con la ducha con agua fría para, posteriormente, golpearle las piernas y las nalgas con la correa del cinturón. Esta situación se dio en al menos dos ocasiones, cuando ella tenía entre diez y once años.

En otra ocasión, la hija se retrasó siete minutos con respecto a la hora de llegada que su padre le había marcado para poder salir con sus amigos. Así, el acusado la golpeó con la correa del cinturón en siete ocasiones, una por cada minuto que la había esperado. Una vez más recibió golpes por haber sacado malas notas.

Más allá de las consecuencias físicas, este continuo maltrato, "sumado a otros factores", provocaba en la menor "un sentimiento de falta de afecto y de baja autoestima con tendencia al auto desprecio y auto castigo" que repercutió en su salud mental, llegando a desarrollar un trastorno depresivo "de significativa entidad clínica".

La condena

En base a estos hechos, el acusado fue considerado culpable de un delito de malos tratos habituales y de cuatro delitos de malos tratos, con una condena de siete meses y 15 días por cada uno de ellos para sumar un total de tres años de prisión.

Asimismo, tendrá que indemnizar a la víctima con 2.000 euros, no podrá aproximarse a más de 200 metros de su hija por un año, siete meses y 15 días y no tendrá derecho a la tenencia y el porte de armas por dos años.