Juicio Alvia: un formador de maquinistas afirma que "aceptamos la curva como animal de compañía"
El testigo de la décimo segunda jornada del juicio afirmó que no llevaron la queja de la señalización de Angrois más allá porque la respuesta había sido "tajante"
17 noviembre, 2022 17:39En la décimo segunda jornada del juicio por el accidente del tren Alvia, que terminó con la vida de 80 personas y resultó en 145 heridos, la jueza vuelve a oír a testigos hablar sobre el correo enviado por el jefe de maquinistas José Ramón Iglesias Mazairas sobre la peligrosidad de la curva. Tras renunciar a dos testimonios de formadores de maquinistas, hoy le llegó el turno a Manuel González Sánchez, que también recibió el correo de Mazairas.
Propuesto por la defensa de Francisco Garzón, el maquinista en el momento del accidente y que está en el banquillo de acusados. Preguntado sobre por qué no continuó con la denuncia que había hecho su compañero, González Sánchez señaló que había una respuesta "tajante" indicando que la señalización era "legal" y que "estaba amparado normativamente". "Después de que la contestación a Mazaira fuese tajante diciendo de que eso era legal y que se ajustaba a la norma, ¿yo podía hablar más alto y se entendería? No", respondió.
El declarante explicó cómo para solucionar la situación él y sus compañeros comenzaron a a tomar la señal de vía libre como punto de referencia para comenzar a frenar, aunque realmente no es la función de ella. "¿Qué hicimos? Pues cambiar el chip y donde había vía libre pues tengo que frenar", explicó, señalando que era una "contradicción" para los profesionales, tanto en prácticas como responsables.
"Nosotros aceptamos la curva de Angrois como animal de compañía. Tuvimos que convivir con ello hasta el día del accidente. Después se dieron cuenta que tenían que poner señalización ahí", sentenció el profesor. A posteriores preguntas, el declarante defendió que el maquinista sufriera un "despiste". "El problema está cuando tienes un lapsus y no tienes ninguna barrera que te limite el paso. Ese es el problema de la curva de Angrois".
González Sánchez explicó que tras la contestación a Mazairas, los formadores y mandos intermedios decidieron realizar labores de acompañamiento en cabina en "todos los trenes todos los días desde el inicio de la explotación comercial [en diciembre de 2011] hasta mediados de febrero". Esta formación sin embargo nunca llegó a Francisco Garzón, el acusado de 80 cargos de homicidio, porque pertenecía a larga distancia y no media distancia, donde se había puesto en marcha el procedimiento.
A preguntas sobre el uso del teléfono corporativo, el testigo defendió, como los otros testigos de Renfe, que era obligatorio llevarlo y estar operativos. Sobre la normativa que había para regular el uso, González Sánchez indicó que existía una guía de buenas prácticas pero que eran "recomendaciones", y a preguntas posteriores admitió que no le constaban que se hubiesen puesto sanciones.
Durante su interrogatorio la abogada del Estado, que defiende a Adif, continuó preguntando sobre por qué no se habían llevado las quejas más allá que el correo del jefe de maquinistas y la gestión de "anomalías" de Renfe. "¿Se estaba poniendo en riesgo sus vidas y la de los pasajeros y no hicieron nada?", preguntó la letrada. "Mazaira ya había recibido una respuesta y nosotros asumimos la respuesta para todos nosotros. Era una respuesta para todos nosotros", contestó el testigo.
Sin embargo, la abogada volvió a presionar al testigo insistiendo por qué las incidencias no se habían llevado ni siquiera al sindicato, pero González Sánchez volvió a contestar que la solución que le habían dado los formadores era cambiar las indicaciones y comentar la situación entre ellos. De esta forma la defensa de Adif continúa su estrategia de poner a Renfe y por extensión a sus maquinistas como los últimos responsables del accidente y de la falta de medidas de seguridad en la curva.