Captura de pantalla de la emisión del juicio a 14 de febrero

Captura de pantalla de la emisión del juicio a 14 de febrero EP

Galicia

Las aseguradoras cuestionan las secuelas de las víctimas en el juicio del Alvia

A uno de los testigos le preguntaron sobre sus actividades profesionales tras el accidente y cuánto pagaba a su cuidadora, que es su pareja

15 febrero, 2023 18:41

Tras un emotivo primer día de declaración de víctimas, las versiones del accidente de Angrois continúan dándose en la Cidade da Cultura de Santiago. Hoy será el turno de otros 15 afectados y familiares por el siniestro del 24 de julio de 2013.

La primera declaración llegó de la mano de una mujer que había viajado con su marido en el tren. Durante su intervención la mujer, de 85 años, habló del ahogamiento que sufrió en los momentos después del accidente, auxiliada por su pareja. "Estuvimos noches enteras con el accidente en la cabeza", señaló por videoconferencia.

Su marido, fallecido en el 2017, desarrolló una sensación de culpabilidad, por haber propuesto ir en tren desde Madrid hasta Galicia. A través de las palabras de su hija, los presentes pudieron comprender la escala de daños que sufrió la pareja. "Mi padre decía que no se le olvidará nunca la cantidad de teléfonos móviles que sonaban", declaró. "Les cayeron 20 años encima".

La segunda víctima, un hombre que también había salido de la capital recordó también como "todo se volvió negro", en los instantes inmediatamente después al descarrilamiento. "Tenía cosas encimas, no podía salir de allí, no podía moverme. Un señor pasó por allí que estaba buscando a su hija pequeña, me ayudó a sacarme las cosas que tenía encima y a una señora que tenía al lado. Ahí ya fuimos saliendo por un sitio que no tenía nada que ver con el vagón. No había ni arriba ni abajo, ni izquierda ni derecha, ni asientos ni pasillo", relató.

El hombre calificó como "desastre total" lo ocurrido aquel día en Angrois, y recordó que habían anunciado por megafonía la llegada a Santiago.

"Recuerdo cuando el tren comenzó a balancearse"

Sobre las 10:30 horas de la mañana, la tercera afectada empezó a responder a las preguntas del abogado de la plataforma de afectados. La mujer, que viajaba de Madrid y Santiago, describió una difícil escena, en la que quedó atrapada bajo el vagón y tuvo que arrastrarse para salir.

Durante el interrogatorio la perjudicada explicó cómo antes del descarrilamiento recordó "cuando el tren comenzó a balancearse", y el miedo que tuvo a que volcase. "Fue un espectáculo porque como estaba el tren girado estaba en alto, mi vagón se había separado de otros y yo tenía que saltar hacia la cuneta. Y resulta que allí había bastantes cadáveres cubiertos de polvo", narró. "Creí que me iba a desvanecer ahí".

"Te asfixiabas, solo escuchabas los gritos de auxilios, que se iban a pagando poco a poco. Al no ver nada, no podías ponerle vara a la gente que se iba", detalló. "Fue la verdad algo traumático". Su declaración fue apoyada por su hermana, que vive en Arzúa y una empleada de los servicios sociales municipales

Intentó salir por su propio pie del vagón

El siguiente testigo que declaró ante la jueza Fernández Currás explicó cómo él se dio cuenta de que llegaban a Santiago porque la gente se levantó al ver el Pico Sacro, como era habitual en el trayecto. Del accidente, expresa que no quiere recordar nada, y su relato fue escueto.

"Salí por mi propio pie del vagón y volví a entrar para intentar ayudar a la gente, pero como vi que no era capaz, salí de nuevo. Luego llegaron los bomberos y nos ayudaron a salir porque estábamos en el terraplén y no había forma de salir de allí", señaló.

El testigo confesó que había tenido secuelas en uno de sus hombros y que había sido trasladado hasta el hospital por agentes del Policía en la escena.

Las aseguradoras ponen en duda las secuelas

Un quinto testigo, músico de profesión, narró ante los presentes cómo el accidente le había cambiado la vida, y truncado su carrera. El perjudicado declaró que había cogido el tren de Madrid hasta Santiago, donde residía después de haber viajado a Atenas para un concierto.

"A comenzar la curva sentí cómo me iba del asiento y salí despedido. Salí volando al otro lado del vagón, caí al suelo boca arriba y ahí me empezaron a caer impactos con un ruido infernal. Pensé que ahí me moría aplastado porque me esteban cayendo muchas cosas. Cuando cesó el ruido y todo no podía ver, porque tenía toda la cara ensangrentada", explicó el hombre.

Durante su declaración, en la que aseguró que había tenido que dejar su profesión a raíz de las consecuencias que el accidente había tenido en su visión, fue cuestionado por los abogados de la aseguradora repetidamente sobre sus secuelas y si estas habían sido consecuencia del accidente. El músico padecía de glaucoma en uno de los ojos desde niño, pero aseguró que esto no le había impedido trabajar.

"La misma víspera del accidente yo estaba trabajando. Tenía compromisos antes y después del accidente. Si quiere hacer ver que el accidente no tuvo que ver… no sé entonces cómo ha habido un antes y un después", ha insistido el hombre.

En el interrogatorio ha intervenido la jueza, Elena Fernández Currás, para recriminar a la letrada de Renfe. "Eso se lo tendrá que preguntar al forense", llegó a decir.

Los diferentes abogados de las aseguradoras continuaron sin embargo por esta línea de preguntas, poniendo en duda la versión de la víctima, señalando que había dado una conferencia, o preguntándole por cuánto le pagaba a su cuidadora. "Es mi pareja, que es una persona maravillosa. Quiero decirlo desde aquí", destacó el testigo al borde de las lágrimas.

El primer testimonio de un familiar fallecido

En la primera parte de la mañana, antes del receso, llegó la primera declaración de un familiar de uno de los 80 fallecidos en el accidente. En este caso se trataba de una viajera que venía a visitar a su hermana en Arzúa, y lo que ocurrió fue relatado por su único hijo.

El testigo declaró que se había enterado del accidente una hora después de lo ocurrido, cuando su jefa le dijo que pusiera la televisión. Ante la imposibilidad de conseguir un vuelo a Compostela, el hijo de la fallecida condujo hasta Galicia donde le comunicaron que su madre había muerto en la ambulancia de camino al hospital.

Ante los presentes el testigo afirmó que tanto el como su hijo pequeño estuvieron en tratamiento psicológicos. "Estuve seis o siete meses en terapia, mi hijo no ha parado de ir al psicólogo con mayor o menor intensidad", señaló. "Era la única abuela, y el primer nieto".

La última víctima del día

La última tanda de testigos llegó tras el receso, y todos relacionados con la situación de una joven profesional, que el 24 de julio de 2013 tenía 28 años. La víctima, que en aquel momento venía a Santiago para pasar las fiestas del Apóstol con unas amigas, tiene estrés postraumático.

La afectada relató cómo a día de hoy sigue afectada, y que tuvo que parar su doctorado durante dos años después del accidente. La testigo estaba acompañada hoy por sus padres que certificaron, junto con una fisioterapeuta y una psicóloga las secuelas.

"Cada vez que ve un accidente una catástrofe se altera", comentó su padre. "El primer año lo pasó muy mal, tenía pesadillas, se caía de la cama", añadió su madre.

Tras sus declaraciones la jueza dio por terminada la sesión hasta el mañana a las 09:30 horas.