El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, adelantó este jueves que la Xunta van a invertir "25 millones de euros" durante la próxima década para el desarrollo de la Estrategia de carreteras verdes en los cerca de 500 kilómetros de vías de alta capacidad autonómicas. "Se van reforestar las márgenes de las carreteras autonómicas con especies frondosas autóctonas", explicó.

Rueda resaltó que esta iniciativa pionera, avanzada en el Debate sobre el estado de la Autonomía tiene como objetivos "incidir en la prevención de los fuegos, ganar en eficiencia en la conservación en las márgenes de las carreteras autonómicas y contribuir a reducir las emisiones" para avanzar hacia la neutralidad en carbono en las carreteras.

De este modo, a través del desarrollo de las actuaciones recogidas en el informe elaborado por la Consellería de Infraestructuras y Movilidad y evaluadas hoy en el Consello de la Xunta, se persigue, por un lado, el control y la erradicación de las especies exóticas invasoras en las carreteras autonómicas y, por otro, que actúen como barrera contra la propagación del fuego.

Mediante esta propuesta innovadora, además, se pretende conseguir que estas carreteras actúen como filtro verde, mejorando la calidad del aire y la función ecológica de la infraestructura al favorecer el hábitat de muchas especies, principalmente aves, y que sirvan como una medida de mitigación en la lucha contra el cambio climático, siguiendo las estrategias y mediadas de la Unión Europea y nacionales y la propia Junta.

Corredores verdes

"Se trata de convertir los 500 kilómetros de la red viaria autonómica en corredores verdes”, resaltó Rueda. Para eso, la estrategia incluirá la eliminación de especies pirófilas e invasoras en el dominio público viario (acacias, eucaliptos…). Seguidamente, se implantará una cubierta vegetal, mediante hidrosementera que permita cubrir rápidamente el suelo de las márgenes de las carreteras e impedir rebrotes y germinación de las especies anteriormente eliminadas, al tiempo que se evitan erosiones.

Una vez realizadas estas intervenciones se plantarán especies de frondosas autóctonas, con el objetivo de formar una masa arbórea consolidada a medio plazo que impida el crecimiento de especies pirófitas o invasoras. Las actuaciones se llevarán a cabo en coordinación entre la Consellería de Infraestructuras y Movilidad, a través de la Agencia Gallega de Infraestructuras, y la Consellería de Medio Rural, y se materializarán mediante encargo a la emplea pública Seaga, que está realizando trabajos de control de la biomasa en las márgenes de las carreteras autonómicas, con un contrato en vigor que supone una inversión de tres millones de euros en dos años.

Proyecto piloto en la autovía del Morrazo

Rueda anunció que esta iniciativa se va a implantar de forma piloto en las vías de alta capacidad del Morrazo y que irá extendiéndose de manera paulatina a la red autonómica en los siguientes años.

Dado el innovador de esta iniciativa, y aprovechando las intervenciones que ya se están ejecutando en la autovía del Morrazo de eliminación de especies pirófitas e invasoras a través de la tala y desbroce, la Xunta ya está trabajando en el primero proyecto de actuación en esta vía, incluyendo el ramal de Cangas (VG-4.5) y el corredor Cangas-Aldán (VG-4.6), que supondrán una inversión de más de 1,7 millones de euros.

A través de esta intervención, "la Xunta plantará alrededor de 25.000 árboles" en toda la superficie de esta autovía de titularidad autonómica, segundo resaltó el presidente que explicó que esto permitirá la absorción, al final de un período de permanencia estimado de 35 años. En este momento, el departamento de Infraestructuras ya se está redactando el proyecto para transformar las vías de alta capacidad del Morrazo en carreteras verdes, que prevé tener este mismo año. El objetivo es iniciar los trabajos en la próxima primavera.

Se dotarán así las márgenes de esta autovía y de los ramales de una cubierta vegetal, una vez que se actúa sobre las especies pirófitas e invasoras, para impedir nuevas germinaciones de estas especies no deseables mientras la repoblación con especies de frondosas autóctonas no alcanza el desarrollo necesario.

Estas tareas se completarán con trabajos de mantenimiento y consolidación, cuando menos, durante los cinco primeros años, que incluyen desbroces, eliminación de rebrotes o reposición de plantas.