No me voy a callar
El candidato del PP a la alcaldía de A Coruña, Miguel Lorenzo, responde a la "orden" que le ha dado la alcaldesa de la ciudad en lo referente a la carrera por ser sede de la AESIA
La templanza es un valor importante no sólo en la política sino en la vida. Se trata de una virtud moral que entronca con la moderación y la serenidad, que siempre he considerado que ofrecen el equilibrio necesario para ejercer la labor de gobierno. Este viernes la alcaldesa ha dicho en una entrevista radiofónica que si quiero que A Coruña sea la sede de la Agencia Española de Inteligencia Artificial lo que tengo que hacer es callarme.
La recomendación llega después de que el Partido Popular fuese el primero que apoyó públicamente la iniciativa del rector de la Universidade da Coruña y de que buscase el consenso de todas las fuerzas políticas para trabajar con el objetivo de que esa sede venga para A Coruña. Lo hacemos así porque la ciudad y su área metropolitana, con su ecosistema educativo y empresarial, ofrece los mimbres necesarios para asumir esa misión y porque creemos firmemente que conseguirlo abriría aún más las puertas del futuro en un sector en el que ya somos referenciales a nivel nacional. Lo hacemos tal y como en su día creímos en la Smart City, un proyecto paralizado por Marea y PSOE que si se hubiese desarrollado nos tendría situados en una posición todavía más privilegiada.
“Que se calle, que se calle”. Así, dos veces y de manera impositiva, me lo exige Inés Rey. Pero no. Ni debo callarme ni me voy a callar.
Sigo tomando la palabra para decirle a la alcaldesa que, a pesar de sus desafortunadas formas, aquí está nuestra mano. Y que ante un proyecto de ciudad jamás buscaré el enfrentamiento. Seguiré hablando para ayudar allí donde pueda tal y como me pidió el gobierno municipal, a través de su portavoz José Manuel Lage Tuñas, en el último pleno extraordinario convocado para lanzar la candidatura. Entonces me apuntaron que, si quería ayudar, tenía que dirigirme a la Xunta para explicarles las bonanzas de la candidatura coruñesa.
Y la Xunta avaló a nuestra ciudad como la mejor opción en nuestra comunidad para acoger la Agencia. Y sin embargo, cuando es el momento de cerrar filas, dos alcaldes socialistas no se ponen de acuerdo y tiene que salir el presidente de la Xunta a aclarar que el de A Coruña es ahora el proyecto de Galicia.
Es el momento de presentar nuestro valor a nivel nacional y ahí tengo que expresar por una parte mi preocupación y por otro mi apoyo incondicional a la alcaldesa, por más que me mande callar. Me alerta que ese trabajo serio y discreto que dice que está realizando consista en una reunión en el Copabacana entre alcaldes y rectores, de cuyo contenido supimos por la prensa. ¿Es este el concepto de Inés Rey y de su gobierno sobre seriedad y discreción?
Me preocupa que hayamos empezado a caminar demasiado tarde. “Damos el primer paso”, apuntó la semana pasada el portavoz municipal José Manuel Lage Tuñas en el salón de plenos cuando ya en otras ciudades nos llevan la delantera y Granada, por ejemplo, ya trabaja desde el pasado mes de abril con una hoja de ruta que le posiciona, con numerosos apoyos, en entornos a los que nosotros todavía tenemos que llegar.
Inés Rey me manda callar y, al contrario, yo le digo a ella que lo que tiene que hacer es hablar y exponer su liderazgo y su peso politico ante el Gobierno de Pedro Sánchez. Le pido que presente el proyecto que A Coruña se merece para que el Consejo de Ministros confíe en nosotros. Aquí me tiene para ayudar, como líder de una oposición leal que no busca réditos políticos como ella apunta, sino réditos para la ciudad.
Y tengo claro que la mejor manera de empujar para que A Coruña avance no consiste en quedarse quieta y callada como ha hecho la alcaldesa durante tanto tiempo, sino moverse, hablar y presentar un proyecto a aquellos que tienen que tomar las decisiones. Y a ella aún la están esperando en Madrid.