Fachada del edificio modernista de la calle San Nicolás (Nuria Prieto)

Fachada del edificio modernista de la calle San Nicolás (Nuria Prieto)

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El edificio de San Nicolás 11-13, un icono del modernismo coruñés

El edificio de la Calle San Nicolás 11-13 es un icono del modernismo coruñés, diseñado por el arquitecto Ricardo Boán. Una obra de envolvente exuberante que esconde dentro de sí el relato de una época, pero quizás no de la que se le supone por su aspecto.

3 febrero, 2021 06:00

La fotografía, decía Ansel Adams, no es nunca un accidente, sino un concepto. Un instante detenido en el tiempo con capacidad suficiente como para definir un concepto de forma racional y emocional de manera simultánea. Hay una fotografía, de entre muchas que ilustran la historia de un lugar, tomada por Manuel Ferrol el 27 de noviembre de 1957 en el puerto de A Coruña. Esa imagen de un hijo y un padre llorando mientras despiden a su familia a punto de embarcarse en busca de un futuro mejor,
transmite una mezcla de emociones, un contexto y un concepto: la emigración. La imagen de Ferrol hace suya la frase de Castelao “el gallego no se queja, el gallego emigra”.

Manuel Ferrol (1923-2003), nacido en Cabo Vilán en 1923 e hijo del farero es uno de esos personajes que han dotado de narrativa a Galicia. Desde la distancia que proporciona la lente de la cámara, Ferrol tenía una sensibilidad y una sabiduría silenciosa que lo convertían en contador de relatos. Ferrol vivió en varias poblaciones gallegas y trabajo para medios de comunicación nacionales hasta que en 1955 se instaló en Coruña, en un lugar muy especial. Fue en A Coruña donde realizó el reportaje que hoy en día es capaz de conmover a cualquier mirada. En 1957 el Instituto Español de Emigración le encarga fotografiar las despedidas entre emigrantes destino a Argentina y sus familias en el puerto de A Coruña. Aunque su extenso trabajo está cargado de fotografías excepcionales, de reportajes para el No-Do, incluso de la invención de una cámara-espía, esa
imagen de composición sencilla se ha convertido en un icono.

Vista del edificio, frente a la Iglesia de San Nicolás, en el que instaló su estudio Manuel Ferrol (Nuria Prieto)

Vista del edificio, frente a la Iglesia de San Nicolás, en el que instaló su estudio Manuel Ferrol (Nuria Prieto)

Ferrol instala su estudio en la calle San Nicolás, en un edificio único desde el que narrar a través de sus imágenes la realidad gallega y específicamente la coruñesa. El edificio, es una obra que no pasa desapercibida para el visitante ocasional y es una pequeña joya doméstica para los ciudadanos. El edificio de San Nicolás 11, proyectado por el arquitecto Ricardo Boán es una joya indiscutible del modernismo coruñés.

Detalles de la fachada (Nuria Prieto)

Detalles de la fachada (Nuria Prieto)

Detalles de la fachada (Nuria Prieto)

Detalles de la fachada (Nuria Prieto)

El arquitecto Ricardo Boán y Callejas

Ricardo Boán y Callejas (1879-1915) nació en La Habana, hijo de un militar destinado en la isla. Cuando estalló la revolución volvió a España, donde continuó sus estudios obteniendo el título de arquitecto en 1905. Tras terminar la carrera decide establecer su estudio en A Coruña, aunque previamente entre 1906 y 1907 ejerció como arquitecto municipal y de Hacienda en Lugo. Entre 1911 y hasta su fallecimiento en 1915 fue arquitecto auxiliar del ayuntamiento de A Coruña.

La obra de Boán se caracteriza por el uso del lenguaje modernista que evoluciona hacia el eclecticismo. Boán ejerce la profesión de arquitecto en un momento de grandes cambios urbanos, con el derribo de las murallas, el primer ensanche y la progresiva modernización cultural que se traducía, al igual que otras ciudades, en un proceso de transición de ciudad a metrópolis. De entre sus obras más conocidas destacan el edificio en calle San Andrés, 100 (Casa Solla, 1912) o el Palacio de Justicia en la Plaza de Galicia (1909) junto con Julio Galán Carbajal.

En 1912 recibe el encargo de un edificio de viviendas en la calle San Nicolás, proyecto que firma en mayo de ese mismo año y se termina al año siguiente. El edificio incluye un programa habitual, con una vivienda por planta, en el que la planta baja y la primera se destinaron a uso comercial y las superiores a vivienda. Su volumen ocupa un espacio entre medianeras que da a dos calles: san Nicolás y la Barrera, con una salvedad, y es que la fachada es mayor hacia la calle San Nicolás que a la Barrera (9.80m frente a 7.30m). La obra se mantuvo intacta hasta 1923, año en que Leoncio Bescansa (arquitecto modernista autor entre otros del Diente de Oro) añade una planta más con una cubierta amansardada.

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

Detalles de la puerta y balcón (Nuria Prieto)

El edificio de San Nicolás 11-13, parce un volumen sencillo en el que el trabajo del arquitecto está limitado a una mera envolvente lingüística, pero no es así. Observando con detenimiento su fachada frontal, y después la posterior, poco a poco se desvelan detalles que hacen intuir que la composición interior del edificio no es realmente tan simple. La organización interior del edificio incluye la colocación de la caja de escaleras y ascensor en la medianera izquierda para regularizar geométricamente ese plano. Con esta estrategia consigue liberar la planta para realizar una distribución lógica y representativa de los principios
higienistas de la vivienda de principios de siglo
. Las viviendas se articulan a través de dos patios de pequeñas dimensiones sobre los que se dispone un recorrido en forma de S. Esto permite que se abran estancias a la fachada principal de gran calidad espacial y muy bien iluminadas. Las plantas destinadas a uso comercial, presentan una distribución diferente en el que prima la centralidad espacial con circulaciones en los laterales, de forma que se consigue una sensación de fluidez que se ve resaltada por el contacto con el exterior a través de las galerías y vidrios de colores.

Detalle del letrero de los Grandes Almacenes San Nicolás y panorámica vertical de la fachada (Nuria Prieto)

Detalle del letrero de los Grandes Almacenes San Nicolás y panorámica vertical de la fachada (Nuria Prieto)

Detalle del letrero de los Grandes Almacenes San Nicolás y panorámica vertical de la fachada (Nuria Prieto)

Detalle del letrero de los Grandes Almacenes San Nicolás y panorámica vertical de la fachada (Nuria Prieto)

Envolventes modernistas

Pero sería exiguo no poner la atención en la envolvente del edificio como si se tratase de un mero revestimiento estético contextualizado en la etapa modernista. Si bien una envolvente decorativa no representa una función constructiva global, tiene una función estética y en muchas ocasiones una lógica estructural interna. En este caso la estética del edificio tiene un significado estricto: la esencia y percepción.

La fachada proyectada por Boán incluye diversos elementos compositivos como mascarones, motivos florales, pero también un trabajo en la jerarquización de los materiales utilizados. El plano base es un lienzo de ladrillo del que sobresalen las decoraciones molduradas en revoco blanco, y sobre estas últimas se superponen los motivos figurativos pintados en verde. La galería, como elemento sobresaliente de las dos capas iniciales se resuelve en madera pintada de verde, al igual que las carpinterías. También se colorean en verde las barandillas. Las galerías y ventanas se adornan con vidrio de colores en algunas partes. En la planta baja, se incorpora el arco de herradura como referencia ecléctica de carácter exótico.

Ilustración del Edificio San Nicolás 11 (Nuria Prieto)

Ilustración del Edificio San Nicolás 11 (Nuria Prieto)

Arquitectura, fotografía y sueños

La arquitectura es una disciplina que trabaja sobre el espacio, incluyendo sucesivas capas que conforman escenarios construidos mediante la estructura, el funcionalismo y la estética. La complejidad de la composición arquitectónica no radica únicamente en estructurar una construcción que encaje, sino que además esta ha de funcionar como un organismo vivo. Pero al final aún queda algo más como relataba el arquitecto estonio-estadounidense Louis I Kahn:

“Un joven arquitecto vino a plantearme una cuestión: sueño con espacios maravillosos; espacios que se elevan y se envuelven con fluidez,
sin principio ni fin; hechos de un material sin juntas, blanco y oro. Pero cuando trazo la primera línea en el papel para capturar ese sueño,
el sueño se convierte en algo venido a menos”
Louis I. Kahn, “Louis I. Kahn, escritos conferencias y entrevistas” Forma y diseño. Ed. El Croquis.

Soñar y relatar los sueños son abstracciones que se trasladan a la realidad del papel, y de ahí a la materia convertida en arquitectura. Un camino del concepto a la realidad inmediata que en su estudio de la calle San Nicolás 11-13, Manuel Ferrol construía en el camino inverso a través de su cámara.

La arquitectura y la fotografía encuentran un punto de inflexión en este edificio que no es únicamente una bonita fachada.