Laura posa con un ejemplar de ‘Soy farero’.

Laura posa con un ejemplar de ‘Soy farero’. Cedida

Cultura

‘Soy farero’, el cuento infantil basado en la dura experiencia vital de una ferrolana

Laura García vivió un embarazo gemelar en plena pandemia y finalmente tuvo que afrontar la pérdida de uno de sus bebés. Con la voluntad de que su hijo conociese la historia de su hermano, se arrancó a escribir este cuento que le sirvió de catalizador de sus emociones y que le ha devuelto las "ganas de volver a ser, de sentir y de vivir".

4 abril, 2022 11:11

‘Soy farero’ es mucho más que un cuento infantil y es que su origen nada tiene que ver con la ambición de ver esta historia publicada. El germen de este cuento es fruto de la dura experiencia vital de la ferrolana Laura García, actualmente afincada en Madrid.

Laura vivió un embarazo gemelar en plena pandemia y como muchas otras futuras madres afrontó con incertidumbre esta bonita etapa en la que la precaución y las visitas sin compañía al Hospital pasaron a formar parte del día a día.

La recta final se complicó y Laura y su pareja tuvieron que afrontar la pérdida de Marcelo, uno de sus pequeños. Mario, que nació prematuro, se convirtió en la máxima preocupación de ambos, que decidieron viajar a Galicia para cerrar heridas y disfrutar de una situación sanitaria más estable.

Precisamente, en Galicia surgiría el germen de ‘Soy farero’ porque a Mario le diagnosticaron un "tumor en el cuello" y tuvo que ser ingresado en el Hospital Materno Infantil de A Coruña.

Ante la incertidumbre de este nuevo revés, Laura rememora que, asomada a la ventana del Hospital, divisó una luz que le insufló esperanza y de la que nacería este cuento.

Un libro que nació en un móvil

La luz del faro de Mera sería entendida como Laura como una señal de que "todo saldría bien". Siempre había tenido claro que quería que Mario supiese que había compartido vientre con Marcelo y rememora como todavía conserva una ecografía en la que ambos hermanos están abrazados.

Imagen de archivo del faro de Mera.

Imagen de archivo del faro de Mera.

"Quería que Mario supiese que tiene un doble, un alma gemela" y Laura comenzó, inspirada por la luz del faro, a tomar notas en su teléfono móvil con la confianza de que su hijo saldría de esa habitación de hospital y podría conocer su historia.

Así, va tomando forma este cuento en el que "dos pequeños navegantes crecen en el vientre de su madre en un mar tranquilo. Se forman y juegan a surcar los mares en un bonito barco velero. En el esperado momento de conocer el mundo el mar se agita y se produce una fuerte tormenta, haciendo que los dos hermanos caigan al mar", según recoge la propia sinopsis de la obra.

Regreso a Madrid

Con la recuperación de Mario, Laura y su pareja regresan a Madrid en donde la ferrolana ejerce, además como maestra. Allí, una de sus compañeras aconseja a Laura que se ponga en contacto con editoriales para compartir ‘Soy farero’ con todos los niños del país.

"Nunca me había planteado publicar", reflexiona Laura que acabó por entender que el cuento "tenía potencial", animándose a compartir una historia que había sido su propia terapia.

‘Soy farero’, con ilustraciones de Teté Cirigliano, ya está en librerías y Laura ha decidido, además, trabajar su contenido en clase con sus alumnos. "Es un tema delicado, pero han respondido muy bien", detalla la maestra ferrolana.

"Mi mayor preocupación era que la lectura del cuento dejase una sensación amarga", reflexiona su autora que confiesa a este diario que las impresiones que le han transmitido es que "deja una sensación muy buena".

Para los no tan niños

A la espera de que Mario crezca un poco para poder conocer este cuento escrito específicamente para él, ‘Soy farero’ servirá de guía para afrontar la pérdida de "un modo distinto" con los niños y los no tan niños.

Porque su autora tiene claro que este cuento puede servir para que las mujeres que vivan una situación similar puedan sentir que "no están solas", ya que ‘Soy farero’ tiene varios niveles de lectura.

Además, para todas aquellas personas del círculo cercano de Laura puede ser un modo de acercarse al difícil proceso que han tenido que afrontar desde los ojos de la ferrolana.

‘Soy farero’ es ya una realidad y Laura se plantea poder hacer algún tipo de presentación en Ferrol, su ciudad natal, en la temporada estival.

Sobre la posibilidad de continuar esta nueva senda profesional, la gallega no descarta nada porque confiesa que "siempre me gustó escribir", pero señala que está disfrutando de esta primera publicación porque "tengo los pies en el suelo".

Su primordial deseo es que ‘Soy farero’ pueda servir de guía para otras personas, al igual que lo fue para ella y que Mario pueda saber que compartió travesía con el mejor compañero posible de navegación.

Hasta ese faro que le insufló esperanzas ya ha podido acercarse con su hijo pequeño, cerrando el círculo de un proceso que ha devuelto a su autora las "ganas de volver a ser, de sentir y de vivir".