A falta de quince minutos para las diez de la noche, la Plaza de Armas de Ferrol se cubría ayer con más de un centenar de paraguas bajo los que esperaban emocionados los asistentes al concierto de la pamplonesa Natalia Lacunza, que se enmarca en el programa de las fiestas de Ferrol.

La llovizna no pareció importar a los espectadores, que tras dos interpretaciones de las jóvenes compañeras de Lacunza, cerraron los paraguas para aplaudir la salida de la artista al escenario entre gritos y piropos. Al ritmo de Tiene que ser para mi, canción que da nombre al primer disco de la cantante, la ex concursante de Operación Triunfo apareció vestida con su característico estilo grunge en unas tonalidades rojas y negras que, casualidades aparte, combinaban con las luces de su puesta en escena y representan también los colores de su reciente LP, estrenado el pasado 10 de junio.

A los pocos minutos de haber comenzado el concierto, un breve problema técnico a causa de la lluvia dejó ver la naturalidad que caracteriza a la artista, que resolvió el incidente con un "que sea lo que dios quiera".

Y así fue, a partir de ahí las melodías de pop alternativo y un desparpajo desenfadado fueron metiéndose al público en el bolsillo dejando comentarios como "Madrid es la capital de España, y luego están Galicia y Murcia" o repitiendo "Galicia Calidade" hasta en más de cinco ocasiones.

La artista pamplonesa Natalia Lacunza actuando durante las fiestas de Ferrol

Con la sensibilidad que emanan sus canciones, también se dio el momento que ella calificó "para enamorados y broken hearts" donde varias parejas y un joven grupo de amigas aprovecharon para acariñarse mientras se entonaba "puedes irte, puedes irte, hace tiempo que sé cuál es mi sitio, ahora ya sé que no te necesito…", estribillo de Mi Sitio.

Tras el momento lacrimógeno, un nuevo subidón con el llamamiento de "Ferrol, de aquí pa’ arriba que son fiestas" terminó con el público botando acelerado durante el estallido de Quiero dormir contigo, sencillo que la artista interpretó a todo pulmón tras vociferar "vivan las chicas".

Y llegó el final. "Espero que esta os la sepáis", gritó Natalia mientras comenzaban a sonar los primeros acordes de Cuestión de suerte. No se equivocaba, con el público venido arriba la artista llevó al clímax la actuación percutiendo el plato de la batería, bailando con sus compañeras y coreando "una vez más, Galicia Calidade".

El público pidió bis, pero no hubo suerte, ni tiempo, porque una hora después de la aparición de la artista y como si el cielo hubiese concedido una prórroga, Natalia abandonaba el escenario en el mismo momento en el que la lluvia cogía fuerza y los ferrolanos comenzaban la espantada. Está claro que no siempre llueve a gusto de todos, pero parece que ayer la cosa estuvo cerca.