Jordi Mollà en Casa Beatnik, en Vedra.

Jordi Mollà en Casa Beatnik, en Vedra. @casabeatnik

Cultura

Un proyecto creativo y una gran amistad: ¿Por qué el artista Jordi Mollà visita tanto Galicia?

Parece que el polifacético artista es otro apasionado de Casa Beatnik, el exclusivo hotel de lujo que abrió sus puertas este verano y se ha convertido en el destino favorito de amantes de la buena vida y del buen gusto

19 diciembre, 2022 13:07

Actor, escritor, director de cine, pintor… el polifacético Jordi Mollà se ha sumado al amor por Galicia y muestra de ello son todas las visitas que ha hecho a nuestra comunidad recientemente. Pero, ¿Qué es exactamente lo que ha llamado la atención al artista? Pues nada más y nada menos que Casa Beatnik, el hotel fucsia rodeado de viñedos ubicado en Pazo de Galegos, en Vedra, a escasos minutos de Santiago de Compostela.

En Quincemil hemos hablado con Jordi Mollà para contarte todo sobre estas frecuentes visitas, pero antes, para ponerse uno en contexto, es imprescindible destacar que Casa Beatnik es uno de los proyectos del grupo hostelero estadounidense Bonhomme Hospitality, mundialmente conocido por sus locales de Chicago. Y tras ese exitoso sinfín de locales de restauración, un nombre: Daniel Alonso, fundador, director creativo del grupo e íntimo amigo de Jordi Mollà.

Hablando con el artista sobre su relación con Daniel, nos cuenta que se forjó hace ya siete años y que a día de hoy sigue siendo una gran amistad. "He estado en todos sus restaurantes de Chicago (Porto, Bambola, Mama Delia…) y cuando en verano abrió Casa Beatnik vine por supuesto a conocerlo", explica.

Venir a descubrir el nuevo proyecto de su amigo, fue además una fantástica excusa para que Jordi conociese más a fondo Galicia, puesto que solo había estado en un par de ocasiones y apenas había tenido tiempo de disfrutar de nuestro territorio. "Es un lugar muy especial", afirma, "y los gallegos son gente muy noble y trabajadora; no me extraña que haya dado gente tan importante a nivel internacional".

El objetivo principal de tantas idas y venidas hasta aquí tenía un trasfondo artístico, pues sería Jordi el encargado de la exclusiva obra pictórica de las habitaciones. "Yo conecto mucho con el estilo de Dani y de Bonhomme Hospitality", afirma, "muy ecléctico, rebuscado… pero que combina perfectamente".

Jordi Mollà en Casa Beatnik durante una de sus visitas en verano.

Jordi Mollà en Casa Beatnik durante una de sus visitas en verano.

Sobre el proceso de creación de los 32 lienzos que ahora mismo cuelgan de las paredes de las habitaciones de Casa Beatnik, nos cuenta el artista que comenzó cuando Daniel le envió más de 300 fotografías del hotel y de sus alrededores para poder inspirarse. "Empecé a elucubrar ideas para que las obras fuesen a la par de esas habitaciones decoradas con detalles marroquíes, franceses, nórdicos…".

Uno de los toques especiales de los cuadros es que los pintó en el exterior, haciendo que el viento, el sol, la humedad y la lluvia de Miami se impregnasen en toda la obra. "Si uno se fijase en la parte de atrás verá moho, naturaleza", afirma, "aunque tiene una montura que embellece ese carácter orgánico y lo hace urbano". Y así es como este gran artista consigue unir la lluvia de Florida con la de Santiago, en un enclave único como es Casa Beatnik.

Jordi Mollà en el salón interior principal de Casa Beatnik.

Jordi Mollà en el salón interior principal de Casa Beatnik.

Actualmente podemos ver obras dentro de los cuartos, aunque Jordi tiene claro que su intención no es que la gente los vea en sí. "Los elaboré para que los huéspedes los sientan mientras disfrutan de la habitación y se sientan a gusto". Por suerte, la aportación de Jordi Mollà a Casa Beatnik no quedará limitada a esa treintena de obras, sino que en principio también habrá espacio en las zonas comunes para albergar su arte. "Tenemos un proyecto que se llevará a cabo sobre una especie de alforjas de esparto", nos adelanta, "son un lienzo estupendo para una obra abstracta que decore una zona social o común".

Durante su primera visita a Galicia, Jordi definió el hotel de su íntimo amigo como "an amazing pink Buckingham Palace hotel", poniendo en valor todo el trabajo que tanto Daniel como su hermano Juan Carlos, director de Casa Beatnik Country House, habían hecho en este lugar. "Son muy valientes porque comenzaron este proyecto tan grande justo al terminar la pandemia e iban y venían desde Chicago cada dos por tres para controlar que todo fuese bien", nos cuenta.

El artista, que afirma que uno de sus motores de vida es la creatividad, nos confiesa que el día que no crea nada se pone triste. "En cambio estoy entregado en algún proyecto creativo; el día es mucho mejor", aclara. Actor, fotógrafo, pintor, escritor, director de cine… podría afirmarse que este español es el polifacetismo en sí. Al preguntarle por el campo en el que se siente más cómodo, tiene claro que lo mejor es una mezcla de todo. "Pintar o escribir suele ser un ejercicio más solitario, mientras que en el cine por lo general estás rodeado de gente", señala.

Es de entender que un gran artista como Jordi Mollà haya elegido Casa Beatnik para crear una obra especial, que nazca en el propio sitio y se adapte a cada estancia. "Cuando vengo aquí apenas salgo porque lo tengo todo: paisajes para desconectar, naturaleza para caminar, arte y cultura para inspirarme… es el lugar perfecto para escapar por un rato, o por unos días, de este mundo frenético", concluye.

Jordi Mollà disfrutando de las vistas desde una de las suites de Casa Beatnik.

Jordi Mollà disfrutando de las vistas desde una de las suites de Casa Beatnik.