Noelia Míguez: El maltratador modifica tu forma de pensar

Noelia Míguez: "El maltratador modifica tu forma de pensar" Libro ‘Ocho Señales’, de Noelia Míguez.

Cultura

Noelia Míguez: "El maltratador modifica tu forma de pensar"

Su libro relata las señales de maltrato que vivió antes que su agresor estuviese a punto de arrebatarle la vida

7 enero, 2023 06:00

Noelia Míguez es superviviente de violencia machista. Ocho puñaladas estuvieron a punto de acabar con su vida en junio del año 2015 tras más de 3 años de maltrato por parte de su agresor.

Junto a la periodista Patricia Calveiro, Noelia cuenta en el libro Ocho señales su historia, desde el principio y hasta día de hoy. Además, la boqueixonesa ejerce una labor de concienciación en institutos y colegios a través de las charlas que imparte.

Noelia Míguez.

Noelia Míguez.

¿Cómo estás encajando hacerte conocida al contar tu historia?

La verdad es que ha supuesto una revolución. Por un lado he tenido que seguir con mi trabajo pero cuadrando horarios y turnos. Yo ya sabía que con la presentación iba a tener que organizar mi agenda de otra forma y que necesitaría prepararla pero todo el trabajo que ha ido saliendo a raíz de hablar por primera vez (dando charlas, sobre todo) y ahora con el libro ha hecho que tenga un volumen importante de compromisos 

El trabajo del libro han sido doce meses aproximadamente. A mi me gustaba escribir y junto a Patricia Calveiro le dimos forma a mi historia. Yo tenía algo escrito que le envíe primero para ver cómo podíamos enfocarlos y así fuimos trabajando las dos, conjuntamente. Parecía que nos conocíamos de siempre porque ambas teníamos una visión idéntica. Ella me corregía algunas cosas de los capítulos que yo escribía y con los plazos por medio y diferentes cambios que hicimos fuimos elaborando el libro en total, con sus 9 capítulos. Viví el proceso día a día de la creación de un libro, con todas las reuniones, decisiones sobre las fotos… 

¿Qué supuso para ti escribir este libro?

Fue una oportunidad que surgió sin buscarla y ha sido maravillosa. Al principio no se lo conté a nadie más que a mi novio, luego a mis padres y a algunos amigos contados. Mis padres de primeras me decían que no me hiciese muchas ilusiones, creo que por protegerme de que no me llevase una desilusión si luego no salía. Igual que con la presentación, que también me decían que no me crease muchas expectativas con la gente que iba a venir y al final fue un éxito. 

Tuve que revolver en mis recuerdos, en mis redes (también aproveché para eliminar cosas que ni me acordaba que tenía allí) y así hice un recopilatorio de fechas y acontecimientos.

Recientemente sabemos que le pediste matrimonio a tu nueva pareja ¿Es fácil rehacer tu vida después de todo lo que has vivido?

Yo tenía una dependencia total y cuando comencé una relación nueva con Pablo tenía una mochila que superar. Era una mujer muy insegura, pensaba que él no me hacía caso porque estaba acostumbrada al control, a los celos.  

Y vivir lo que es una relación sana y normal al principio se te hace extraño. El papel de una pareja de una mujer víctima de maltrato no es tampoco sencillo. 

El trabajo que hace un maltratador con su víctima es terrorífico. Te hacen creer que toda esa violencia que ejercen contra ti es porque te quieren, porque eso es el amor. Y para mi todo era normal, aceptaba que eso era porque me quería y estaba enamorado. Con decirte que después del día que me agredió dándome las 8 puñaladas, cuando me desperté en el hospital mi única preocupación era verle a el.

Ahora, pasado el tiempo me doy cuenta de muchas cosas que se que no permitiría. Por eso creo que hemos acertado con la forma de escribir el libro, haciendo una especie de guía para detectar señales que deben llamarnos la atención aunque en principio no nos parezcan importantes.

Normalmente cuando te dan el primer golpe ya te han dado muchos golpes psicológicos y han trabajado tu cabeza de una forma macabra para convencerte.

Se que suena fuerte decirlo pero para mi ha sido mucho peor todo el daño psicológico que me hizo mi agresor que el físico. Fueron 8 puñaladas de las que afortunadamente me curé pero las otras siguen ahí y necesitas más tiempos para superarlas.

Cuando voy a dar charlas me preocupan cosas que se dan por normales cuando no lo son. Algún chico o chica se me acerca y me cuenta que su pareja le revisa el móvil y le restan importancia porque no les pegan. Yo siempre les ofrezco que si después de que de la charla en su colegio o instituto quieren escribirme pueden hacerlo por Instagram y te puedo decir que casi siempre recibo algún mensaje de alguna chica o algún chico que me cuenta algo que no se atrevió a decir delante de los demás. Falta mucho por hacer y por darles a conocer los centros que les pueden ofrecer ayuda y orientación.

No lo cuentas por vergüenza o por pensar que nadie te va a creer. También porque el maltratador modifica tanto tu forma de pensar que tu llegas a normalizar esos comportamientos.

En los colegios debería haber más pedagogía, una asignatura que desde luego te prepare para defenderte en la vida. Saber detectar qué cosas no son normales y no están bien. Falta mucha educación en las casas y en los centros educativos, tiene que ser todo el año, no solo en fechas concretas. 

Tienes muchos seguidores en las redes y a través de ellas seguro que recibes mucho apoyo pero ¿Has conocido el lado malo?

En las redes se recibe de todo pero en general son cosas buenas, aunque he de decir que al principio me dejaban comentarios del tipo “ si tan mal lo pasabas no se que hacías con el” o “ Si estabas tan malita en el hospital qué rápido andas por ahí”. 

Algunos comentarios me hicieron sentir muy mal y me llevaban a pensar si estaba haciendo las cosas bien. Pero está claro que la gente habla sin conocimiento de causa y que es el peaje de las redes sociales.

Desde luego transmites una fuerza contagiosa que me imagino que te habrá hecho resurgir del horror… 

Yo de todo lo malo veo lo positivo y eso puede dar lugar a pensar que no tengo secuelas, que tengo muchísimas y muy duras. Tengo estrés postraumático, fobias…  Por ejemplo, en mi casa no soy capaz de dejar del todo cerradas las ventanas por si siento que me tengo que escapar. Son miedos y manías  que creo que lamentablemente tendré para toda mi vida y que acompañan a las físicas ya que perdí oído, tengo una bola de líquido en el cerebro y debo tomar medicación para los mareos que eso me produce.