La Casa das Máquinas: cuando los compostelanos quisieron acabar con el monopolio eléctrico
La Casa das Máquinas de Galeras, actualmente en rehabilitación, no es solo el único ejemplo de arquitectura industrial modernista en Santiago: también guarda la historia de cuando los compostelanos quisieron acabar con el monopolio eléctrico hace más de un siglo.
30 marzo, 2021 14:30La Casa das Máquinas de Galeras, actualmente en rehabilitación, no es solo el único ejemplo de arquitectura industrial modernista en Santiago: también guarda la historia de cuando los compostelanos quisieron acabar con el monopolio eléctrico hace más de un siglo.
A pesar de que el inicio la construcción de la Casa das Máquinas se remonta a 1917, el origen de la problemática que llevó a emprender este proyecto se encuentra muchos años antes.
Origen
El gas como fuente de energía para el alumbrado público fue puesto en funcionamiento en Santiago en 1871, cuando la ciudad contaba con una población de alrededor de 24.000 habitantes. La concesión de la red le fue entregada a la empresa Menéndez, Valdés y Cía. por un total de 45 años.
La longitud de la concesión y el bajo consumo de gas de la ciudad -que llevó a que la instalación de la red no se amortizase- derivaron en que la empresa no tuviese un excesivo interés en modernizarse y adaptarse a la electricidad, como se demandaba desde las élites y la industria.
Aunque Menéndez, Valdés y Cía. terminó instalando alumbrado eléctrico, en 1895 vendió sus derechos a una empresa recién constituida, Sociedad de Gas y Electricidad de Santiago, que pasó a tener el monopolio de gas y electricidad.
El incremento del precio de la energía y la falta de recursos llevó a un elevado nivel de endeudamiento público que las empresas no pudieron soportar. La gota que colmó el vaso fue la Primera Guerra Mundial, que derivó en la suspensión del carísimo servicio de gas.
La cooperativa
Fue en en este particular contexto, en 1917 y después de que el Ayuntamiento firmase un nuevo contrato con la Sociedad de Gas y Electricidad de Santiago, cuando comerciantes e industriales compostelanos constituyen una cooperativa, Cooperativa Santiaguesa.
Tras constituirse con un capital social de un millón de pesetas, esta cooperativa decidió construir su propia central eléctrica, para lo que encargó al arquitecto Jesús López de Rego que diseñase un edificio que se situaría en la zona conocida como Braña da Galeira: la Fábrica da Luz o Casa das Máquinas.
Este edificio, de planta rectangular y corte modernista, contaba con muros de mampostería de granito y un tejado de dos aguas, a la vez que contenía en su interior un generador.
En 1920, con su central eléctrica ya operativa, la Cooperativa Santiaguesa luchó para hacerse con el nuevo contrato de abastecimiento, pero la Sociedad de Gas y Electricidad de Santiago triunfó una vez más.
Así, la tentativa de acabar con el monopolio de esta cooperativa no tuvo éxito. Nada más lejos de la realidad: en 1921 la Sociedad de Gas y Electricidad de Santiago fue absorbida por la Sociedad General Gallega de Electricidad -precursora de Unión Fenosa-, la misma empresa que en 1926 acabaría absorbiendo también Cooperativa Santiaguesa.
Actualidad
En los años ochenta el edificio quedó en desuso, aunque Unión Fenosa construyó a su alrededor sus oficinas en Santiago. Por aquel entonces la Casa das Máquinas pasó a formar parte del primer catálogo de edificios protegidos de la ciudad fuera del Casco Histórico.
El inmueble fue adquirido por el Concello de Santiago en 2007, tras lo que hubo una serie de intentos de rehabilitación que no cristalizaron hasta el año pasado, cuando concluyó la reforma de la estructura, los ventanales y el tejado, una intervención financiada por la Deputación da Coruña.
La segunda fase de la rehabilitación, cuyo proyecto fue aprobado inicialmente este lunes por parte de la Xunta do Goberno municipal, prevé instalar una planta en la parte trasera del edificio donde organizar exposiciones, dejando en la planta baja una plaza central con gradas orientada a las artes escénicas.
El Concello también prevé reordenar toda la zona, integrando la Casa das Máquinas en el Parque de Galeras con una puerta abierta a esta zona verde, todo ello permitiendo a las personas circular por los dos lados del edificio.