Una joya de guardería en plena Alameda de Santiago

Una joya de guardería en plena Alameda de Santiago Imagen: Ana Gayoso

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Una joya de guardería en plena Alameda de Santiago

El edificio se construyó en 1909 para la gran Exposición Regional y es el único que se mantuvo en pie. En la fachada del edificio se rinde homenaje al tímpano del Pórtico de la Gloria. Desde los 70 y tras ser sede de la Falange el espacio alberga una escuela infantil

21 agosto, 2022 06:00

Estos días de verano ya se echan de menos las risas y voces de los niños que acuden cada día a la guardería picheleira por excelencia, y no lo decimos solo por la ubicación, en pleno Parque de la Alameda. El edificio que alberga hoy esa escuela infantil es una de las joyas arquitectónicas de nuestra ciudad que merece la pena observar, apreciar y conocer como se merece.

Para conocer el origen de la Escuela Infantil tenemos que remontarnos, nada más y nada menos que a 1909 cuando el arquitecto Antonio Palacios lo diseñó para la Exposición Regional Gallega celebrada ese mismo año. Palacios ( 1874-1945) fue uno de los arquitectos gallegos de más renombre del siglo XX y dejó huella a través de sus diseños con algunas obras tan emblemáticas como el Círculo de Bellas Artes o el Palacio de Comunicaciones (en la actualidad Casa Consistorial), ambos en Madrid. 

En territorio gallego se encuentran decenas de ejemplos de su arquitectura, como sus contribuciones al Balneario de Mondariz o el Teatro García Barbón (inspirado en la mítica Ópera Garnier de París) en Vigo. Pero sin lugar a dudas en la capital de Galicia no podía faltar la presencia de parte de su legado.

Imagen: Ana Gayoso

Imagen: Ana Gayoso

Como citábamos antes, recién comenzado el siglo XX confluirían en Compostela dos grandes eventos que atraerían a un buen número de visitantes: el primer Año Santo del siglo y la Exposición Regional Gallega (tercera y última, por cierto). En aquella gran Exposición Regional Gallega el edificio sirvió de pabellón de fiestas y ese fue el primero de los diferentes usos que fue teniendo a lo largo de todo el siglo XX.

Fue un año antes, en 1908, cuando la Sociedad de Recreo Artístico e Industrial de Santiago deciden encargar la construcción del pabellón al ya reconocido arquitecto de Porriño, Antonio Palacios. El edificio de una planta, con terraza frontal y dos terrazas laterales tiene una mezcla de estilo modernista vienés y todavía conserva elementos que destacaban en su construcción como los tres balcones, la llamativa escalinata y esas dos terrazas a los lados que parecieran miradores hacia el parque.

Detalle del grupo de ángeles (Imagen: Ana Gayoso)

Detalle del grupo de ángeles (Imagen: Ana Gayoso)

Pero sin lugar a dudas, y aunque el resto de la edificación es igual de imponente e interesante, donde uno se queda prendado es en su fachada. En ella encontramos una reinterpretación del tímpano románico del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela y, como verán en las fotografías, ahí pueden observar al grupo de ángeles que emulan a los músicos del Mestre Mateo.

Citábamos que su primer uso fue el de pabellón de fiestas y así fue. Sirvió de espacio para bailes, banquetes, conciertos y otras actividades de corte cultural. Ya bien entrado el siglo XX se convirtió en el laboratorio municipal. También fue el primer cinematógrafo de la ciudad, se reconvirtió en una cafetería y fue, ni más ni menos que la sede de la Falange en Compostela. Tras todo este periplo, en los años 70 el edificio comenzó a ser una guardería y así lo es hasta la fecha.

Detalle de la escalinata (Imagen: Ana Gayoso)

Detalle de la escalinata (Imagen: Ana Gayoso)

Cabe destacar que el estado de conservación de la edificación es excelente y que es el superviviente de aquella Exposición Regional de 1909, ya que el resto de edificaciones acabaron siendo ruinas. En el año 2018 la Escuela Infantil de Santa Susana ( su nombre actualmente) sufrió la última remodelación manteniendo el uso que se le venía dando, ampliando espacios para adaptarse a las normativas vigentes, incorporando un ascensor y unas escaleras en la parte trasera. La reforma integral supuso una inversión de más de un millón de euros y con ella, además de mejorar los servicios que presta a las familias de niños de entre 0 y 3 años, se buscó recuperar y mantener el valor patrimonial del edificio.

Imagen: Ana Gayoso

Imagen: Ana Gayoso