Habitando el olvido: 5 casas encantadas rodeadas de misterio en A Coruña
Muchas ya están en ruinas, otras incluso están en alquiler, pero todas guardan el encanto de antaño. Recorremos los edificios abandonados de A Coruña y comarca.
8 junio, 2019 13:10Nos sobrecogen por su estampa y por su historia. En la provincia de A Coruña hay un patrimonio arquitectónico que sobrevive a duras penas entre la maleza. Las hiedras campan a sus anchas entre las estancias de estos impresionantes edificios, en los que no es difícil imaginar una vida que no volverá. Hospitales, casas señoriales, balnearios… En fin, será mejor que los veáis vosotros. Repasamos algunas de las viviendas encantadas de la ciudad de A Coruña y su área. ¿Nos descubrís alguna más?
Sanatorio del Socorro
Inaugurado en 1935, el centro quirúrgico, situado en Ciudad Jardín en A Coruña, pertenecía a la familia Ponte Ferreiro. Ahora, en un estado de abandono, busca inquilino que esté dispuesto a pagar una renta de nada más y nada menos que 45.000 euros al mes.
"Edificio de 1000 m2. en cuatro plantas. Arquitectura emblemática en plena Ciudad Jardín de La Coruña. Buen estado de conservación aunque necesita mejoras estéticas. Renta negociable". Esta es la descripción que podemos leer en el anuncio en una de las webs más populares de alquiler.
La casa do Cortés
En Guísamo nos topamos con un inmueble que se encuentra en un total estado de abandono y ruina. Sin embargo, sigue manteniendo el encanto de su época de esplendor. Las hiedras invadían por completo la fachada de esta majestuosa vivienda, construida en 1900, hasta que en el año 2013 se ordenó su desbroce. En ese momento fue cuando se pudo apreciar con mayor exactitud la grandiosidad de este casa indiana. En su interior, según apuntan varios medios, seguiría aparcado un vehículo histórico que, según los expertos, podría tratarse de un Hudson del 48.
Hospital para Tuberculosos
Situado dentro de un bosque, denominado Parque do Sanatorio, en la localidad coruñesa de Oza-Cesuras, se encuentra el que iba a ser un hospital para enfermos de tuberculosis. Era un sanatorio que se proyectó entre los años 1922 y 1924 por el arquitecto Rafael Antonio González Villar, pero nunca se llegó a terminar. Las obras se paralizaron en el año 1931 y con la llegada de la Guerra Civil quedó totalmente abandonado, permaneciendo así hasta la actualidad.
De estilo modernista, ahora solo quedan ruinas. El edificio conserva la fachada exterior cubierta por musgo y enredaderas, el interior está prácticamente derruido.
Balneario de O Bocelo
En en el margen derecho del río Mandeo en su transcurso por la Parroquia de Vilamourel (Ayuntamiento de Paderne) nos encontramos con lo que en su día funcionó como Balneario. Hoy solo quedan ruinas de estos dos edificios de planta rectangular que se distribuyen en dos pisos.
Una de las construcciones conserva en su interior la caldera de hierro con la que se calentaba el agua y las bañeras. Se cree que uno de los dos edificios estaba destinado a alojar a los visitantes que acudían para curar sus dolencias. Y es que este balneario, al parecer, recibía gente enferma, sobre todo en los meses de verano. Principalmente lo hacían por recomendaciones de los médicos que los atendían en las villas más cercanas, como Betanzos. Tal era su afluencia que este balneario llegó a alcanzar gran fama por los poderes curativos de estas aguas.
Casa Bailly
Ya es todo un icono de la Nacional VI. ¿Quien no ha pasado por esta carretera y ha hecho algún tipo de comentario referido a una vivienda abandonada en lo alto?
El esplendor y el lujo de otro tiempo de La Casa Bailly, popularmente conocida como la casa abandonada de la Nacional VI, han dado paso a la decadencia y la ruina que amenazan un complejo de mansiones, emblema de la ciudad de A Coruña y de la arquitectura de comienzos del XX.
La familia Bailly es descendiente de un soldado de las tropas de Napoleón que se asentó en tierras gallegas. Los negocios en ultramares ayudaron a amasar una gran fortuna. La casa, ubicada en el ayuntamiento de Cambre, es buena señal de ello. El golpe militar de 1936 obligó a la familia, próxima a la ideología de izquierda, a abandonar la residencia. Entonces, la Falange se hizo con esta casa, que vendió más tarde. El abandono llegó tiempo después, y el paso de las décadas la ha dejado en ese fantasmagórico estado.