Carlos Eduardo Jara, de 24 años, y Francella María Campos, de 22, son dos universitarios costarricenses que a finales de agosto llegaron a Ferrol con las maletas cargadas de ilusión. Unos meses antes, en las aulas del Tecnológico de Costa Rica —una universidad pública del país—, a casi 11 horas en avión, el profesor e investigador gallego Juan Luis Crespo les habló de la Universidade da Coruña (UDC), de su campus en Ferrol y del nivel de profesionalidad y compromiso de los profesores e investigadores que forman el Grupo Integrado de Ingeniería (GII) de la UDC, ubicado en la ciudad naval.

Esto, sumado a sus palabras acerca de la vida cultural de esta pequeña ciudad y los vídeos que les mostró sobre su espectacular entorno natural, les convenció.

Ambos, recién terminado el grado de Ingeniería Mecatrónica en Costa Rica, solicitaron un programa universitario de intercambio para realizar su trabajo de fin de carrera en Ferrol, entre septiembre de este año y febrero de 2024, y colaborar con el GII.

La universidad de la que proceden es de las mejores en materias tecnológicas, relatan, pero "no hay muchos medios". Aquí, en cambio, "disponemos de más recursos, tanto personales como materiales, y el equipo de investigadores del Grupo Integrado de Ingeniería es espectacular", apunta él, son geniales. "Es un lujo tener acceso a ellos", insiste Francella. "Saben mucho y trabajan con tecnología puntera". Poder estar pegados a ellos "para plantearles dudas y preguntas es una maravilla", explica ella. Desde Costa Rica era más complicado, "todo tiene que ser por correo electrónico y teniendo en cuenta la diferencia horaria".

De lunes a viernes trabajan en sus investigaciones para dar forma a sus respectivos proyectos, ambos sobre robótica cognitiva. La idea es que una vez terminados pasen a formar parte de un proyecto más amplio que lleva a cabo el GII. Hasta entonces, tienen por delante la complicada tarea de encontrar la forma de integrar la arquitectura cognitiva en un robot modular a través de la inteligencia artificial. Sus aplicaciones futuras son infinitas.

Red de apoyo para los estudiantes extranjeros

En el campus de Ferrol han encontrado un importante apoyo, especialmente a través de la red de estudiantes extranjeros que gestionan universitarios voluntarios españoles, la Erasmus Student Network de Ferrol. "Organizan muchos planes para que nos integremos y conozcamos gente, está muy bien", explica Carlos Eduardo.

Gracias a este grupo conocieron las playas de Doniños y Esmelle, se enamoraron de Santa Comba y cumplieron al visitar San Andrés de Teixido ahora mejor que de muertos. Por el momento, él se queda con el rato que echó mirando al infinito desde Monteventoso y la espectacular ubicación de la capilla de Santa Comba.

El Camino Inglés, el pulpo y los chipirones, aún pendientes

Ella, que reconoce que llega a emocionarse cuando encuentra tiempo para caminar unas tres horas seguidas por el monte, nos cuenta cuánto disfrutó en su paseo a Chamorro y al ver el arenal de Doniños. Se ha propuesto no regresar a casa sin haber hecho antes el Camiño Inglés, pero sola no se atreve y de momento no tiene acompañante para hacerlo antes de que lleguen los meses más fríos.

Aún no han saboreado mucho el producto local y eso que ambos tienen ganas de probar el pulpo y los chipirones. Carlos, en cambio, sí ha tenido tiempo para tomar tortillas de patata de todo tipo, y se queda con la que probó hace unos días en Betanzos durante la Semana de la Tortilla, "la mejor", dice convencido.

No regresarán a Costa Rica por Navidad. Él ya tienen planes con su grupo de amigos de la Erasmus Student Network y ella viajará por Europa. De vuelta a las aulas, y hasta que abandonen la ciudad en febrero, Carlos y Francella seguirán exprimiendo al máximo la riqueza natural de Ferrol y, sobre todo, a los investigadores del GII.