Andrés Comerma, el visionario que trajo el futuro a Galicia
La historia de un ingeniero afincado en Ferrol que contribuyó con creces al progreso de Galicia y estuvo cerca de cambiar la historia
26 septiembre, 2021 06:00En la década de 1870 la Reina Isabel II emitía una real orden: “Dejen trabajar a Andrés”. Incumplir los deseos de la Reina equivalía a un delito de alta traición, y la Borbón sabía que tenía una joya entre manos y que debía aprovechar al máximo la capacidad de este genio. Una mente privilegiada de un científico, divulgador, escritor y humanista que conoció a los hermanos Siemens, a Alva Thomas Edison o a Alexander Graham Bell. Un hombre que diseñó y construyó la mayor obra hidráulica del mundo de su época, que instaló la primera línea telefónica de Galicia e introdujo los Rayos X, y que a punto estuvo de realizar una faraónica obra que habría cambiado la historia para siempre: unir África y Europa a través de un túnel en el Estrecho de Gibraltar. Hoy os contaré la historia de un genio que trajo la modernidad a Galicia y la puso en el mapa de la innovación: Andrés Avelino Comerma i Batalla.
Andrés Comerma nacía en Valls, Tarragona, el 9 de julio del año 1842. Tras la muerte de su padre, con tan solo 11 años, ingresa en el Seminario de Tarragona para formarse. A los 15 años se traslada a Madrid para estudiar Ingeniería de Caminos y en 1863, con 21 años, aprueba el examen de ingreso en la Escuela de Ingenieros de la Armada de Ferrol. Y fue en ese justo momento cuando comenzó a forjarse su leyenda.
Comerma trabajaba en las reparaciones de pequeños buques en el Arsenal de Ferrol cuando recibió el encargo de realizar sondeos en el lecho marino para construir un gran dique de mareas, que no es más que un dique seco que no necesita bombas con el fin de achicar el agua de su interior, sino que para vaciarse emplea el efecto de la gravedad y las mareas. La única limitación de este tipo de diques es la profundidad y la altura de marea de la zona escogida para su construcción.
Mientras realizaba los sondeos descubrió que la tierra de la zona era de pizarra arcillosa, una piedra completamente impermeable, y allí surgió su idea: construir el mayor dique seco del mundo y la mayor obra hidráulica de España del siglo XIX. Ese día nacía en su mente el Dique de San Julián, más conocido como el Dique de la Campana.
El proyecto fue presentado en el año 1868, y fue aprobado el 11 de mayo de 1869. La orden de ejecución se promulgó el 15 de mayo de 1873 y los trabajos comenzarían el 6 de agosto de 1874.
Su idea fue una innovación absoluta. Un enorme dique de 25 metros de ancho, 145 de largo y 12 de altura para dar servicio de reparación a los barcos del Arsenal militar y a los del Astillero de Esteiro. El tiempo de achique del dique sería de unas 4 horas y media, y para abrir y cerrar la entrada se usaría un curioso barco-puerta, aprovechando así de manera más eficaz el movimiento de las mareas.
Durante los cinco años que duró la obra trabajaron allí unos 1.200 obreros de los cuales medio millar eran canteros. Fue necesario mover un volumen de tierra de 245.000 metros cúbicos, que fueron transportados por 200 mujeres en más de doce millones de cestos. El número de piedras de mampostería que se necesitó rondó los 40 millones de unidades, alcanzando la obra un coste total de 25.000.000 de reales. Todos los materiales empleados fueron de producción nacional excepto el hierro del barco-puerta que fue traído de Reino Unido.
El Dique de San Julián fue inaugurado el 19 de agosto de 1879 con la reparación de la fragata blindada “Vitoria”. A lo largo de su historia se han reparado en él más de 2.500 buques y continúa operativo, lo que muestra la calidad de construcción de esta formidable obra de Ingeniería.
Pero Andrés no dedicó su vida solamente a construir el dique más grande de su época, sino que hizo prácticamente de todo. Ninguna rama de la ciencia o la cultura le eran ajenas. Fue nombrado Director del Astillero, fue profesor de Física y Geometría, Presidente del Casino de Ferrol, en 1878 instaló la primera línea telefónica de Galicia que comunicaba Capitanía y el Arsenal, introdujo en Galicia el telégrafo, el fonógrafo y el primer aparato de Rayos X, participó en todas las Exposiciones Universales que se celebraron en su época, hablaba ocho idiomas, conoció a los hermanos Siemens, a Thomas Alva Edison, a Alexander Graham Bell y a William Thomson, y diseñó y presentó al mundo un proyecto que era uno de sus sueños: unir África y Europa por tren.
En 1802 Napoleón Bonaparte aprobaba la construcción de un túnel para carruajes de caballos bajo el Canal de La Mancha que uniría Francia e Inglaterra. Sin embargo, hasta 1880 no se iniciaría la construcción. Pero pocos años después, la presión de los británicos por el temor a una invasión francesa a través del túnel paralizó las perforaciones. Antes de detenerse los trabajos, Andrés acudió a visitar las obras y se le ocurrió la idea de unir el Norte de África con la Península Ibérica desde Ceuta a Tarifa.
Inicialmente su idea tuvo una gran acogida. Su túnel tendría 19 kilómetros de longitud y hasta 800 metros de profundidad en algunas zonas, pero el Embajador español en Inglaterra le quitó la idea de la cabeza, ya que este país jamás permitiría que España realizase semejante proyecto, lo vetaría en todos los foros, por lo que finalmente fue desechado y olvidado.
Pero Andrés siguió cosechando éxitos y reconocimientos. Fue Agregado Naval en Londres, miembro de la Sociedad de Ingenieros, Telégrafos y Electricistas, Socio Fundador de la Sociedad Internacional de Electricistas de París, miembro de la Real Sociedad de Artes y Arquitectos Navales de Londres, miembro de la Real Sociedad Española de Geografía e Historia Natural y de la Real Academia Española de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1882 recibió del Gobierno Francés la Cruz de Caballero de la Legión de Honor, en 1897 recibió la Gran Cruz del Mérito Naval y en 1903 la Gran Cruz de San Hermenegildo, por sus cuarenta años de servicio en la Armada.
Fallecía el 11 de marzo de 1917, con el grado de General de Brigada de Ingenieros de la Armada Española en su casa de Ferrol. Debido a su fama, su muerte provocó una gran conmoción a nivel mundial. Se iba un gran hombre y mejor persona, cuya vida resumió El Correo Gallego en su necrológica en una sencilla frase:
“Fue tan bueno como sabio”.
En el año 2020 Andrés fue homenajeado en el “Día da Ciencia en Galicia” por la Real Academia Galega de Ciencias, en reconocimiento a su carácter polifacético y visionario y por sus importantes aportaciones para el progreso y modernidad de Galicia.
Así fue como Andrés Avelino Comerma i Batalla, un genio y adelantado a su tiempo, trajo el futuro a Galicia. Sus libros sobre Ingeniería Naval se siguen consultando todavía en la actualidad.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
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Referencias:
- es.wikipedia.org
- fenecom1.blogspot.com
- lavozdegalicia.es
- diariodeferrol.com
- dbe.rah.es
- tecnología-maritima.blogspot.com
- ragc.gal
- greelane.com
- practicaespanol.com
- wikimapia.org
- lacosmopolilla.com
- artehistoria.com