El Deportivo logró salir del atasco pero tiene todavía una larga travesía en busca del ascenso a Segunda División. Borja apostó por un once con Rafa de Vicente, Álex y Quiles como grandes novedades y con William y Miku en zona ofensiva. Quiles aprovechó a las mil maravillas la titularidad y firmó un doblete clave para que el equipo se reencontrara con los tres puntos.

El encuentro nació con un Dépor dominador que apenas tenía trabajo en zona defensiva. Héctor Hernández subía y ponía centros con cierto peligro que no encontraban rematador. Miku volvió a tener un día gris de cara a portería y el equipo sigue echando de menos sus goles. Los minutos iban pasando y los coruñeses no lograban inquietar la meta contraria.

La racha negativa de goles a favor la iba a romper Alberto Quiles tras hacerse con un balón en el área y lograr el tanto con un disparo seco que se colaba en la portería leonesa. La celebración del tanto demostraba que el equipo está en un momento frágil y con falta de confianza. Todo el banquillo saltó al unísono y los compañeros abrazaban al jugador andaluz que iba a ser clave en la victoria.

Así se llegó al descanso de un choque en el que Ian Mackay era un espectador más. El Dépor salió del vestuario con la clara intención de dormir el encuentro. Esto suele traer complicaciones y más en el momento en el que se encuentra el equipo. Un grave error de Lapeña en un balón en el que tenía mucha ventaja permitió a la Cultural hacer el gol del empate. Solís aprovechaba la asistencia de su compañero para igualar el choque a menos de media hora para el final.

La rápida reacción del Dépor evitó la debacle. William pudo correr por su banda y tras marcharse de un rival era empujado claramente dentro del área por Fran Cruz que además era expulsado. Quiles asumía la responsabilidad de tirar el penalti y ponía el dos a uno para los suyos. Lejos de aprovechar la superioridad numérica, el Dépor mostró nerviosismo y a punto estuvo de ver como la Cultural igualaba el choque. Dos centros muy peligrosos no encontraron rematador a pesar de la gran cantidad de jugadores que estaban en el área y en el minuto 86 un peligroso mano a mano era salvado por Lapeña con una gran acción defensiva dentro del área.

El pitido final dejó un gran alivio a afición y plantilla para intentar retener una segunda posición que se complica por las victorias de los rivales. Los blanquiazules visitan Balaídos el próximo fin de semana para medirse al Celta B.