La primera vuelta del campeonato llegó a su fin y lo hizo con malas noticias. El partido en Alcorcón se presentaba como una oportunidad buena para dar un golpe encima de la mesa. Sin embargo, el partido evidenció que los coruñeses siguen mostrando una imagen bastante pobre lejos de Riazor.

El equipo de Óscar Cano ha sumado 35 de los 57 puntos en juego. Los herculinos están a cuatro puntos de Castilla y Córdoba y a siete del Alcorcón. A lo largo de la temporada, el Deportivo solo ha sido capaz de encadenar tres victorias consecutivas una vez en lo que va de campaña. La irregularidad ha sido la nota predominante de un Dépor que no es capaz de dar con la tecla.

En Alcorcón, Óscar Cano dejó claro una vez más que no confía en los jugadores del banquillo. El técnico solo realizó tres sustituciones en el partido ante el Alcorcón, uno de ellos en el minuto 87 y otro por la expulsión de Mackay. El entrenador andaluz sigue lanzando mensajes a través de las ruedas de prensa y espera que el mercado arregle las carencias que él detecta en la plantilla.

Los problemas se acumulan en casi todas las demarcaciones. La línea defensiva está cogida con pinzas ante la nula confianza que se tiene en estos momentos en Retuerta y Trilli. Las lesiones de Raúl Carnero y Antoñito obligaron a buscar soluciones extrañas. Villares y Pablo Martínez han sido los elegidos, y aunque han cumplido, el césped ha dejado claro que no están cómodos.

Cano también confía en la llegada de algún jugador de ataque que pueda jugar por banda. Con Narro y Yeremay, sin apenas oportunidades, el técnico quiere un perfil diferente. Por delante quedan 14 días de mercado y se esperan movimientos en el conjunto blanquiazul.