Investigadora gallega del IIM-CSIC: "Queremos detectar el estrés térmico en mejillones"
La investigadora principal del proyecto MoMeNTO, Laura G. Peteiro, nos explica cómo esta iniciativa pretende servir de apoyo en el cultivo de los mejillones ante las crecientes adversidades climáticas
En verano se puso en marcha un proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que tiene como objetivo monitorizar en tiempo real el cultivo de mejillones en las rías de Galicia y también en la zona catalana del Delta del Ebro, para anticiparse a los efectos del cambio climático en cuanto al cultivo de estos bivalvos.
Hablamos con Laura G. Peteiro, investigadora principal del proyecto MoMeNTO, para que nos cuente más sobre esta iniciativa de detección de episiodios de estrés a través de la apertura y cierre de las valvas de uno de los moluscos protagonistas de nuestra cultura, gastronomía y economía.
"Para el cultivo del mejillón Galicia es el principal productor estatal, produciendo entre un 95-98% y España está ahora mismo como tercer productor mundial"
¿Cómo surge este proyecto y qué tiempos de trabajo hay detrás del mismo?
Este proyecto surge a partir de las temperaturas anómalas que se registraron en Galicia en el año 2023, que fueron bastante elevadas para lo que estamos acostumbrados en el Atlántico. Eso nos hizo mirar a la situación que hay en el Mediterráneo, donde las temperaturas del agua se mantienen en torno a los 30 grados o incluso por encima durante períodos elevados. Quizás esas elevadas temperaturas sean el reflejo del futuro climático que tendrán que enfrentar los mejillones de Galicia.
A partir de ahí contactamos con nuestros colegas del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y también con el Consello Regulador del Mexillón de Galicia para montar este proyecto para la Convocatoria Pleamar de la Fundación Biodiversidad. El objetivo era explorar en conjunto cuáles podrían ser las medidas que podríamos desarrollar para detactar de forma temprana episodios de estrés, de forma que pudiéramos reaccionar a tiempo para el manejo del cultivo.
¿Cuál es la duración prevista del proyecto y en qué fase se encuentra actualmente?
El proyecto tiene una duración de un año y medio, ha empezado el pasado julio y ahora mismo nos encontramos desarrollando los experimentos de laboratorio.
¿Cuáles han sido tus principales tareas en este proyecto?
Como decíamos antes, el objetivo principal del proyecto es desarrollar un sistema de monitorización y alerta temprana de episodios de estrés. Para ello, vamos a utilizar un sistema de bajo coste que hemos desarrollado en el Instituto de Investigaciones Marinas que consiste en poder medir el comportamiento valvar, como se abren y se cierran los mejillones a una alta frecuencia y en tiempo real. Esto nos daría una especie de electrocardiograma a partir del cual tratar de identificar señales de estrés. ¿Cómo pretendemos llevarlo a cabo? Pues el proyecto incluye tres grandes tareas:
La primera es desarrollar experimentos en el laboratorio, que ya están en marcha, para parametrizar con ocho temperaturas diferentes como es esa respuesta a la temperatura, según se va incrementando qué cambios vemos. Con eso entrenar una IA que nos permita detectar automáticamente esas señales de estrés térmico. Complementaremos estas señales de valvometría con otras clásicas como biomarcadores, respuestas que podamos identificar en la fisiología de los animales...
La segunda tarea sería llevar este sistema a la batea para hacer una prueba de concepto y comprobar que funcione y que somos capaces de detectar esos episodios de estrés en el medio natural. Eso lo llevaremos a cabo tanto en las Rías Baixas, concretamente en la Ría de Arousa, como en el Delta del Ebro. Estos sistemas de monitorización en la batea ya los hemos testado en otros proyectos para identificar otros tipos de estrés diferentes y nos permiten con un panel solar y transmisión en tiempo real con una red móvil tener esas señales además de otros parámetros ambientales como la temperatura del agua o la concentración de clorofila.
La tercera tarea es transversal y simultánea a todo el proyecto, pretende mantener una relación fluida con el sector para incorporar desde el primer momento sus necesidades de información en el desarrollo de estas herramientas. Básicamente queremos que sea un proceso de cocreación en que sus necesidades se vayan incorporando para que sea útil en su integración futura.
Creo que el principal objetivo es mitigar los efectos del cambio climático, ¿Cómo se espera que esta monitorización ayude con ello?
El objetivo del proyecto no es mitigar los efectos del cambio climático porque no podemos hacerlos, pero sí estar preparados. Nos permite, a partir de herramientas de monitorización que nos permitan detectar de forma temprana episodios de estrés, nos permitirá reaccionar antes y tomar decisiones en el manejo, como el traslado de cuerdas o su retirada si se ve que hay un descenso de la calidad del ambiente.
"El sector conoce muy bien el sistema en que trabaja aunque es verdad que entre el cambio climático y las alteraciones ambientales, que son cada vez más frecuentes, están consiguiendo que sean cada vez más impredecibles"
¿Qué tipo de dispositivos se están empleando para monitorizar la apertura y cierre de las valvas de los mejillones y cómo es su funcionamiento?
Los sensores que miden la valvometría consisten en un sensor y un imán. El sensor mide la intensidad del campo magnético que genera ese imán. Como el imán está pegado en una valva y el sensor en otra, cuando el mejillón está cerrado la intensidad del campo magnético es máxima y cuando se abre se reduce. Tenemos un sistema que es capaz de medir esas variaciones hasta 10 veces por segundo y eso nos da una especie de electrocardiograma que refleja el comportamiento valvar mejillón. En estudios previos se ha visto que según aumenta la temperatura, el porcentaje de tiempo que el mejillón está abierto disminuye. Entonces hay una serie de señales que pensamos que seríamos capaces de identificar y así podríamos detectar el estrés térmico en mejillones de forma automática.
¿Por qué se eligieron las rías gallegas y el delta del Ebro para llevar a cabo esta iniciativa?
Por qué escogemos Galicia es evidente porque para el cultivo del mejillón Galicia es el principal productor estatal, produciendo entre un 95-98% y España está ahora mismo como tercer productor mundial, por lo que su importancia socioeconómica en el sector es crucial. Y el Delta del Ebro es el segundo productor estatal y a parte pues nos permite ver esas diferencias problemas entre el cultivo en el Atlántico y el Mediterráneo.
¿Existe la posibilidad de aplicar y escalar esta tecnología de monitorización en tiempo real a otros tipos de cultivos?
Sí, estaría limitado a bivalvos, pero por ejemplo podría aplicarse para el cultivo de ostra. Aunque me gustaría hacer un apunte: si quisiéramos aplicarlo a otra especie tendríamos que parametrizarlo de nuevo en el laboratorio porque la respuesta de cada especie puede ser muy diferente en cuanto a comportamiento valvar.
¿Cómo se integrará esta nueva tecnología con los sistemas de gestión actuales de los productores de mejillones?
El sector conoce muy bien el sistema en que trabaja aunque es verdad que entre el cambio climático y las alteraciones ambientales, que son cada vez más frecuentes, están consiguiendo que sean cada vez más impredecibles. El desarrollar herramientas como la que pretendemos - de monitorización en tiempo real - puede ser importante para permitirles tener una herramienta de toma de decisiones y reacción temprana ante los eventos que se puedan sobrevenir para los que igual no estamos tan preparados porque son nuevos, los ciclos a los que estamos acostumbrados están siendo alterados cada vez de forma más evidente. La integración sería entonces a través de proporcionar sistemas de información en tiempo real que permitiese adaptar y tener una gestión más flexible y resiliente a lo que pueda venir.
Quizás las elevadas temperaturas del Mediterráneo sean el reflejo del futuro climático que tendrán que enfrentar los mejillones de Galicia.
¿Se prevé algún tipo de apoyo o subvención para facilitar su adopción y su sostenibilidad económica a largo plazo?
Esto es un proyecto de investigación de año y medio en que vamos a sentar las bases de este sistema y hacer una prueba de concepto que nos permita demostrar que es posible y útil, pero no se plantea todavía su escalado a ese nivel, a pensar en subvenciones o como implementarlo a gran escala.
¿Qué papel desempeñan el Consello Regulador del Mexillón de Galicia y el Instituto de Ciencias del Mar en este proyecto?
El papel del Consello es fundamental para integrar al sector en el proyecto, para estar seguros de que estamos recogiendo sus necesidades de información y de que los productos que se puedan generar sean de acuerdo con sus necesidades y útiles para su día a día. Por otro lado, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, las investigadoras que participan con nosotros en este proyecto tienen una larga experiencia en fisiología de bivalvos y están encargados principalmente de trasladar la metodología a las necesidades del Mediterráneo, que son diferentes a las del Atlántico por la temperatura, intensidad del cultivo...
También me gustaría destacar, que aunque no son socios integrantes del proyecto sí que contamos con la colaboración Fepromodel (Federación de Productores de Moluscos del Delta del Ebro), que también nos prestarán su ayuda tanto para la implementación de la prueba de concepto en el Delta, como también para conocer cuáles pueden ser las diferencias de necesidades de información del sector Mediterráneo respecto al Atlántico.
¿Qué resultados se esperan obtener al finalizar el proyecto y cómo se medirán los indicadores de éxito?
Como productos finales esperamos obtener un algoritmo de detección automática de situaciones de estrés basados en la valvometría a partir de los experimentos de laboratorio, además de haberlo llevado al campo y haber hecho esa prueba de concepto demostrando que funciona en situaciones reales de cultivo. Otro de los productos finales será una hoja de ruta para la implementación de sistemas de monitorización y herramientas de toma de decisiones en el manejo del cultivo, que será desarrollado en colaboración estrecha con el sector.
¿Se ofrecerá algún tipo de formación o capacitación a los productores para el uso efectivo de esta tecnología?
Durante el proyecto tenemos planificados diferentes workshops con el sector para explicar el proyecto, integrar a la gente en el desarrollo de estas herramientas de monitorización y de toma de decisión. Pero bueno, como el tiempo es limitado y solo tenemos un año y medio, no está entre los objetivos finales del proyecto tener un software o una app que nos permitiera tener esa información a nivel usuario en este momento. Sí que sería lo ideal, de hecho, es hacia donde nos gustaría caminar: llegar a desarrollar esa herramienta a nivel usuario para escalarla a un nivel mayor, a nivel de cultivo. De todas formas, como te decía, sí que tenemos workshops para diseñar y sentar las bases de una manera firme de lo que será ese producto final que esperemos poder desarrollar en el futuro. El primero será este 21 de noviembre, para intentar hacerlo coindicir con el Día Nacional de la Acuicultura, que es el 30 de noviembre y se presentara el proyecto al sector.