Las ‘Sete xoias’ que inspiraron un proyecto de venta de bisutería con raíces en Ferrol

‘Sete xoias’ es un proyecto de venta de bisutería online iniciado recientemente por Ari Pardo, una ferrolana que se define como "inquieta" y que busca con esta iniciativa autorrealizarse y colaborar, además, con la Asociación Española Contra el Cáncer. En el año 2019 a esta emprendedora le diagnosticaron un cáncer de mama que, "fuera dramas", le cambió la vida y le hizo ser todavía más consciente de la necesidad de vivir el momento.

‘Sete xoias’ es un homenaje a las siete profesionales que el 7 de julio operaron a Ari, haciendo que "este número se convirtiera en símbolo de buen rollo".

Ari, que en el momento del diagnóstico perdió su trabajo, se ha decidido a retomar el pulso de la actividad diaria y una vez ganada la batalla contra el cáncer, lejos de desvincularse ha decidido que su proyecto debía servir "para ayudar".

"Nos lo merecemos"

"Por nosotras, nos lo merecemos", reflexiona Ari en referencia a todas esas mujeres que se enfrentan al proceso de un cáncer de mama. Destaca esta ferrolana, además, la importante labor que realiza la Asociación Española contra el Cáncer en la ciudad. "Desde el minuto cero te ponen psicólogos, te ofrecen pelucas y te ayudan mogollón", cuenta Pardo a Quincemil.

Ari que es, además, muy joven quiere recalcar la importancia que supone el palpado de senos de cara a una detección temprana, como ocurrió en su caso. "Me encuentro con mujeres que reconocen que no se tocan por miedo a encontrarse algo y eso es fatal", reivindica.

Con la idea en mente de que quería emprender algo, Ari tenía claro que en la ecuación de su proyecto estarían "las chicas de la asociación" y, de este modo, un euro de cada uno de los productos que venda ‘Sete Xoias’ estarán destinados a la delegación ferrolana de la AEEC.

Como Ari no se marca objetivos y simplemente quiere que ‘Sete Xoias’ le aporte felicidad y vaya "fluyendo", los productos que vende son de precios asequibles y con unidades limitadas que irá compartiendo progresivamente en su cuenta de Instagram.

"Ojalá esto lo pete y pueda ayudar mucho más", adelanta Ari que no quiere pensar en el largo plazo.

"Se me ocurrió la idea, me vino una luz y dicho y hecho", sentencia Ari que ya se encuentra preparando oposiciones y organizando la actividad de ‘Sete Xoias’.

Entregas en mano

Ari cuenta que desde que lanzó su marca ya ha tenido encargas y eso para ella es "una fiesta". "Me paro a contestar por privado a todas las personas que tienen dudas y les ofrezco alternativas en caso de no quedar disponible lo que buscan", detalla la promotora de ‘Sete Xoias’.

Por el momento, la red social Instagram es el único canal de compra del que dispone ‘Sete Xoias’ y los encargos se pueden realizar vía mensaje directo.

No descarta incorporar, en el medio plazo, una página web, pero tiene claro que este es un proyecto que le permita recuperar la dinámica y laboral y que llene sus días sin "más expectativas".

"Mi proyecto es como yo con la vida, fluyo" y, recalca Ari, "si no sale bien no pasará nada" porque su objetivo no pasa por lucrarse y simplemente quería y necesitaba volver a trabajar y ‘Sete Xoias’ ha sido el modo de hacerlo.

Hará envíos a toda la Península, pero con la gente de la zona entregará cada uno de los productos en mano. "Las redes sociales son muy impersonales y de algún modo esto me permite dar la cara", determina Ari.

Y es que la ferrolana está encantada con todo el trajín que supone gestionar ‘Sete Xoias’ y se ha encargado, entre otras tareas, del diseño del logotipo de la marca, la puesta a punto de las redes sociales y hasta de la fotografía de producto.

"Monté un set de fotografía en mi habitación y le pedí a una amiga que hiciese de modelo", cuenta entre risas. Ahora se encuentra en fase de preparación de la primera remesa de pedidos que embalará con sumo cuidado y sin perder detalle.

Así ha despegado ‘Sete Xoias’, la aventura de Ari que más que un proyecto empresarial es una necesidad vital en la que está poniendo todas sus ganas y empeño y que ha sido posible, en gran medida, gracias a esas siete profesionales sanitarias que atendieron su caso y a las que está sumamente agradecida.