Fernando Estévez y Víctor Suárez en Velocípedo.

Fernando Estévez y Víctor Suárez en Velocípedo. Quincemil

Comercio

Velocípedo, la tienda de bicis más longeva de Santiago, cierra por jubilación tras 42 años

La tienda de bicicletas Velocípedo, decana del sector en Santiago, cerrará este sábado sus puertas tras 42 años de actividad por la jubilación de su fundador, Fernando Estévez: “Agora teño moitos kilómetros que percorrer coa bicicleta e un neto que atender”

17 febrero, 2022 08:04

Era 1980 cuando un joven de 23 años, Fernando Estévez, empezó a reparar bicicletas en un garaje en la Rúa de Betanzos, en Santiago de Compostela. Cinco años después se trasladó a un pequeño bajo que hacía a la vez de taller y tienda de bicicletas: Velocípedo, el decano del sector en la capital gallega.

Ahora, 42 años después de aquellos inicios, el negocio cierra sus puertas por jubilación: Fernando cumple los 65 años y Víctor Suárez, su socio desde hace ya casi dos décadas, no seguirá adelante en solitario.

La historia

“Cando empecei con 23 anos non sabía se ía estar un mes, dous meses, ou un ano, pero as circunstancias déronse ben e agora marcho porque quero e cando quero e con expectativa de facer outras cousas: teño moitos kilómetros que percorrer en bicicleta e un neto que atender”, explica Estévez en una entrevista concedida a Quincemil.

En sus más de cuatro décadas de trayectoria, Fernando ha visto cómo cambiaba el sector: al principio era habitual montar bicicletas a medida, desde el primer al último tornillo, y después fue cogiendo peso el embalaje para peregrinos que terminaban el Camino de Santiago.

"Eu non falo de tenda, sempre digo taller: eu o que fago é reparar bicis e o outro sempre foi un complemento moi bo, a min o que me gusta, a miña vida, é o taller", prosigue.

Así, el papel Víctor Suárez, la otra mitad de Velocípedo, se centraba en "a administración a xestión e os pedidos", lo que no le gustaba nada a Fernando. "É un luxo ter ó teu lado a unha persoa coa que ademais tes unha relación perfecta: considérome un privilexiado por facer o que me gustou toda a vida e por compartir estes anos con Víctor", celebra.

Por Velocípedo han pasado miles de bicicletas para su puesta a punto y cada verano eran cientos las que empaquetaban para su envío de vuelta a casa de los peregrinos, un negocio que empezó en los años 90.

"Ó principio envolviamos a bicicleta para levar en avión case coma un favor, pero despois pasamos a ofrecer un servizo completo: chegaban, deixaban a bici, pediamos un taxi para que os recollera un hotel, enviabamos a bici a casa… está mal que o diga eu, pero ían mellor que cando veñen de fábrica", relata.

La despedida

Los años de trabajo y de presencia en la Rúa de San Pedro han hecho que en las últimas semanas, ya de liquidación, las muestras de afecto hayan sido una constante tanto por parte de clientes como de vecinos.

"Estou notando moito o aprecio da xente e é algo que me sobrepasa: ó final isto é un negocio normal e corrente, un medio de vida, pero agradécese un montón", asegura Estévez, quien recuerda con especial cariño la visita de la Asociación Cívica Composcleta.

Y es que la asociación le hizo un homenaje por todo lo alto: aparecieron un sábado por la mañana haciendo sonar los timbres de sus bicicletas y le dieron una placa por los años de dedicación. "Menos mal que coas mascarillas non se ve que te pós colorado", celebra.

El amor de Estévez por las bicicletas ha sido una constante en su vida: estuvo en la directiva del Club Ciclista Santiago, fundó el Club Ciclista Compostelano, fue director deportivo de su escuela durante muchos años y siempre que podían él y su mujer salían a hacer rutas.

"Sempre que podemos saímos de viaxe, de ruta con calma, collendo as alforxas e a disfrutar: só podiamos facelo cando coincidían pontes e días libres, pero agora poderemos facer viaxes máis largos, sen présa", explica.

Así, aunque este sábado Velocípedo cierre sus puertas, lo hará con una sonrisa en la boca: la de un Fernando que podrá pedalear con libertad y disfrutar de su nieto y la de los clientes y vecinos que han convivido con este negocio y estos días han vuelto a por la última puesta a punto.