Andrés Irrazábal, el fotógrafo que retrata las casas de A Coruña con una visión de 360º
El confinamiento por la pandemia del coronavirus le ha hecho apostar por los tour virtuales de viviendas. Su último trabajo, un impresionante chalé en Oleiros
30 mayo, 2020 06:00Hizo de su pasión su profesión. Andrés Irrazábal, Andi, es el fotógrafo que está detrás de irrazabal.net, su proyecto personal especializado en fotografía inmobiliaria. Este uruguayo, afincado en A Coruña, retrata el interior de una vivienda con una visión única. "Si algo me impacta en un ambiente o es muy especial, le doy protagonismo en la foto", asegura este experto fotógrafo, cuyo último trabajo fue fotografiar un chalé impresionante en la urbanización As Galeras de Oleiros, que se vende por más de un millón de euros.
El confinamiento por la pandemia del coronavirus le ha hecho readaptarse y adelantarse a los tiempos que vendrán. Así, este profesional de la fotografía decidió incluir las visitas virtuales entre sus servicios. "Adquirí los equipos y practiqué las destrezas necesarias para estar operativo al regreso a la actividad", afirma.
Su larga experiencia previa en el sector inmobiliaria le ha ayudado a saber lo que quiere plasmar en cada fotografía. Sabe lo que va ayudar a que una persona haga clic en el anuncio de una propiedad.
Los comienzos
¿Cómo comenzaste en el mundo de la fotografía? ¿Cómo decidiste ser
fotógrafo?
En la fotografía comencé de muy joven. Fue mi pasión desde siempre.
Recuerdo que tuve que esperar a cumplir 18 para que me financiaran mi
primera Zenit, una cámara rusa como un tanque. Con la crisis inmobiliaria de 2008, decidí abrir mi estudio. Hice mi profesión de aquella pasión.
¿Por qué decidiste especializarte en fotografía de interiores?
Probé otras disciplinas que me atraían, creo firmemente en la especialización y la diferenciación de servicios. La fotografía de producto, particularmente la gastronómica, ocupó una parte de mi tiempo, y aún lo hace en ocasiones. Pero finalmente el mercado me mostró el camino hacia mi otra pasión: la arquitectura. Mi larga experiencia anterior en el sector inmobiliario se podía aprovechar en beneficio de mis clientes. Blanco y en botella.
¿Qué es lo más importante para conseguir una buena fotografía de
interiores?
No hay una sola cosa, es un conjunto de cualidades lo que hace que una
imagen destaque sobre las demás y rezume carácter profesional. Encuadre,
perspectiva, colores realistas, ventanas elocuentes, claridad. La luz lo es todo.
¿Qué aporta un trabajo fotográfico profesional a un piso en venta o
alquiler?
Atracción. La mayoría de las búsquedas inmobiliarias son por internet y ahí las decisiones se toman en pocos segundos. Buscamos ese clic inicial que
desencadena una serie de acciones que llevan a un contrato de compraventa o alquiler.
¿Qué tiene que tener una fotografía para que atraiga la mirada de un
persona interesada en comprar o alquilar?
El potencial comprador o arrendatario de una casa tiene que sentir que aquel puede ser su propio espacio. Una vivienda no es un conjunto de ladrillos y ventanas, es un estilo de vida. Eso hay que mostrar.
¿Cuáles son las diferencias entre fotografiar interiores y fotografiar
paisajes?
La de interiores es una fotografía muy técnica. Es una fotografía de alto
contraste, porque hay que conciliar interiores más oscuros y exteriores a través de las ventanas, que son paisajes a su vez. Los interiores son un gran desafío y requieren muchas destrezas en la captura y el retoque. La posproducción aporta más del 50% del resultado final en una fotografía excelente.
¿Una mala fotografía puede destrozar la imagen de una vivienda? Y al
contrario, ¿una buena foto puede mejorar la imagen de una casa?
Por supuesto. De lo primero hay miles de ejemplos, basta con hacer una
búsqueda en cualquier portal inmobiliario, las “desfeitas” están aseguradas,
algunas webs se dedican a recopilarlas.
Sobre mejorar la imagen de una casa, claro que es posible, como un retrato
que puede ser favorecedor o nefasto. Para mí, la fotografía inmobiliaria tiene que ser honesta, sin perjuicio de que el observador sabe que está viendo la mejor cara, lo que llamo “reportaje de revista”.
¿Recuerdas algún espacio interior que te haya resultado especialmente
difícil de fotografiar?
Varios. A veces te enfrentas a desafíos, pero es divertido superarlos. Recuerdo una vivienda con moquetas y paredes negras y piezas decorativas, digamos que singulares. Prefiero no dar más datos. Fue un reto fotografiarlo correctamente. En esas ocasiones agotas recursos técnicos y creativos para mostrar lo que se ofrece de la mejor manera posible.
¿Cuándo miras a través de la cámara en qué te fijas primero?
Cuando miro a través del objetivo suelo tener ya una idea de lo que quiero
conseguir. Incluso a veces es laborioso conseguir eso que has previsualizado en el primer momento. Si algo me impacta en un ambiente o es muy especial, le doy protagonismo en la foto.
Si persigo una imagen inmobiliaria, será bien distinta de la que buscaría para el autor del proyecto arquitectónico, la reforma o la decoración. A cada finalidad le corresponde un tratamiento.
Una apuesta innovadora: los tour virtuales
También trabajas los tour virtuales, una técnica muy de moda, ¿cómo es su proceso de elaboración?
Durante el confinamiento decidí incluir las visitas virtuales, en previsión de la situación actual. Adquirí los equipos y practiqué las destrezas necesarias para estar operativo al regreso a la actividad.
Se realiza al menos una panorámica de 360º de cada habitación y de vuelta en el estudio se ordenan y se monta la visita con un software específico. Después se aloja en los servidores de mi proveedor y mediante enlaces o código el cliente lo puede incluir en su web, portales inmobiliarios, email, wasap.
También se puede contactar mediante un formulario del propio tour y poner códigos QR en el escaparate de las inmobiliarias para que los viandantes accedan a las visitas con el móvil.
¿Cuánto tiempo te puede llevar montar un tour virtual por un piso?
Depende del tamaño (cantidad de panoramas/habitaciones), de la distribución de la casa, de si hay que retocar, porque es laborioso con herramientas 3D de Photoshop y de si se incluyen puntos de información con texto, fotos o vídeos adicionales. Uno sencillo de piso de dos dormitorios se puede montar en 50 minutos, otros llevan horas.
¿Qué beneficios aportan las visitas virtuales?
Las inmobiliarias están encantadas: ahorran tiempo y desplazamientos, pueden mostrar varios inmuebles en poco rato sin moverse del despacho y reducir las visitas a las imprescindibles. Las visitas físicas son casi de cierre, al cliente ya le gustó esa vivienda en la visita virtual.
También los particulares están aprovechando esta tecnología: reducen las
molestias y la necesidad de coordinar y recoger cada vez que deben enseñar el piso si aún están viviendo en él. También pueden ponerlo en alquiler mientras vive el inquilino anterior sin molestarlo cada poco. Y para los alquileres turísticos en los que es imposible la visita física, son obvias las ventajas.
Por último, enseño a mis clientes cómo guiar las visitas virtuales
combinándolas con videoconferencia, así pueden “acompañar” a los
interesados, como si estuvieran juntos allí.
¿Cuál ha sido el último tour virtual que has montado?
El de un chalé impresionante en la urbanización As Galeras de Oleiros, que se vende por más de un millón. Lo combinamos con el reportaje de revista y las fotos del entorno: una puesta de sol marina con la ciudad en el horizonte.