Marcos en el taller en el que da vida a ‘Blade Hats’.

Marcos en el taller en el que da vida a ‘Blade Hats’. Rubén Souto

Emprendedores

La historia de Marcos, sombrerero gallego con alma rebelde que triunfa a nivel mundial

El cedeirés Marcos Souto estudió ingeniería naval, aunque siempre quiso ser una estrella del ‘rock’, y la falta de carga de trabajo le llevó a emprender ‘Blade Hats’ que, en la actualidad, surte a artistas de importantes grupos como ‘Mago de Oz’

13 noviembre, 2021 06:00

Marcos Souto, cedeirés de nacimiento, es uno de los hijos del sector naval que siguiendo la estela familiar se formó en esa rama de la ingeniería con la intención de poder seguir los pasos de su padre e incorporarse a Navantia. La falta de carga de trabajo le llevó a buscar otras opciones y con tan solo 28 años le expresó a su padre una idea que le rondaba la mente: "Papá, voy a hacer sombreros".

Marcos junto a su padre. Fotografía: Rubén Souto.

Marcos junto a su padre. Fotografía: Rubén Souto.

Así nacía la firma artesanal ‘Blade Hats’ que, tan solo año y medio después, atiende pedidos internacionales y cuyas creaciones lucen en las cabezas de importantes figuras del mundo de tatuaje, la ilustración o la música como, por ejemplo, la del guitarrista de ‘Mago de Oz’, Víctor de Andrés.

Marcos detalla a Quincemil cómo llegó ese momento de decir "me lanzo". En el momento en el que fundó ‘Blade Hats’, Marcos militaba en las filas del equipo de fútbol de ‘As Somozas’ que, a causa de la pandemia, tuvo que acogerse a un ERTE y fue ahí cuando este ingeniero y futbolista tuvo claro que era la oportunidad de llevar a cabo esa empresa que llevaba tiempo rondando su mente.

"Desde pequeño toco la guitarra y siempre quise ser una estrella del rock and roll", cuenta Marcos que añade, además, que un día reparó en que había un elemento común a todos sus ídolos de la canción: el sombrero.

"Todos mis referentes usaban sombrero y me propuse hacerme uno para mí, de objeto de colección". Así que Marcos se plantó en casa de su padre porque, detalla, "sabía que la única posibilidad de empezar esto era con mi padre que siempre quiso ser ebanista y es un manitas con la madera".

Dos máquinas recicladas y un chollo de ‘Wallapop’

Marcos, que cuenta que aprendió el oficio de sombrerero de modo autodidacta y olvidándose hasta de comer, confiesa que el comienzo no fue sencillo. "Los materiales, las herramientas que hacen falta para hacer un producto de calidad son muy caras", determina el cedeirés.

Con apoyo de su novia y de su padre, Marcos rescató dos viejas máquinas de coser de casa de su abuela y, vía ‘Wallapop’, adquirió una máquina de vapor de segunda mano que se unió a las herramientas de madera fabricadas por su padre que, a pesar de llevarse las manos a la cabeza en un primer momento, se volcó con el proyecto de su hijo.

La primera incursión en la fabricación de esa pieza número uno, la recuerda Marcos con especial cariño. "Yo no sabía que había que quemar o lijar un sombrero y la primera vez que lo metí en la horma rompimos varias uñas y estuvimos peleando horas", narra entre risas el cedeirés.

"Ahora es un proceso que tengo más mecanizado, pero ese primer sombrero lo rehíce hasta cinco veces". Esa primera creación se la regaló a su novia porque tiene claro que "somos un equipo".

Sombreros que son arte

Ese primer sombrero que realizó Marcos está basado, además, en uno de sus referentes musicales, Dimebag Darrell. El componente del grupo ‘Pantera’ que fue asesinado y al que el cedeirés quiso rendir tributo.

"Cuando lo subí a las redes, etiqueté a la que era su novia y me felicitó" y eso es "lo bonito" porque, rememora Marcos, "ahí aún estaba empezando y tenía 200 seguidores solamente".

Dimebag Darrell marcaría también lo que es el actual logotipo de ‘Blade Hats’, según explica su creador. "Cada sombrerero tiene su elemento y el mío es la cuchilla porque Darrell llevaba siempre una colgada al cuello" y así nació el cuño de esta sombrerería "rebelde".

Casi un año y medio después, muchos consideran las propuestas de Marcos "como auténticas obras de arte" y el cedeirés tiene claro que de lo que más puede presumir es de que los 108 sombreros que llevan su firma hayan dejado satisfechos a sus clientes.

"Usamos los mejores materiales y un sombrero así es para toda la vida", detalla el fundador de ‘Blade Hats’ que sigue soñando con ver sus creaciones en la cabeza de alguno de sus ídolos y que ya ha hecho envíos a distintas partes del mundo como Canadá, Chipre o Estados Unidos.

La felicidad de crear

Cada una de los sombreros de ‘Blade Hats’ se acompaña de un certificado de autenticidad que forma parte de esa identidad heavy y cañera que se deja ver en elementos como las cartas, las plumas o las calaveras que se repiten en sus propuestas.

Actualmente, el cedeirés puede presumir de haber trabajado con artistas del ámbito de la música como Tony Waka o Víctor de Andrés y detalla que su propuesta está cuajando muy bien en el mundo del tatuaje, lo cual es "un orgullo".

El popular tatuador Fed Wayne Thomas, que acumula más de 500.000 seguidores, recibió como regalo una de las creaciones de Marcos y no dudó en recomendar la marca en sus redes sociales.

"Ese día no paraban de llegarme notificaciones y eso te hace sentir especial", detalla Marcos que valora mucho "haber podido conocer a personas que, si no es por esto, no las conocería ni en broma" y llegar, además, a forjar, en algunos casos, una relación de amistad.

Pone de ejemplo el vínculo que ha creado con el ilustrador Juanjo López, con el que intercambia piezas. "Él me manda un cuadro y yo uno de mis sombreros y que alguien que haga arte reconozca lo que haces es la leche", expresa un Marcos feliz de lo que está consiguiendo.

"Born to be wild"

Desde que su madre se acercó a Ferrol a comprarle un disco de ‘Iron Maiden’ cuando tenía nueve años, Marcos siempre ha tenido una relación muy especial con la música y eso lo plasma en ‘Blade Hats’.

"Cada sombrero cuenta una historia y se inspira en lo que me transmite una canción y hacer que otras personas sientan lo mismo que yo cuando les llega el sombrero a casa es muy bonito", se sincera Marcos.

Así, este sombrerero rebelde seguirá trabajando para pulir su técnica y hacerse un hueco en el mercado internacional, tras los éxitos cosechados en este primer año y medio de vida.

Lo que tiene sumamente claro es que nunca "se había sentido tan feliz con nada" y esa comunión perfecta la que le impulsa a seguir creando piezas únicas y salvajes que recorrerán el mundo porque el talento no tiene fronteras.

Lo que empezó como una idea se ha materializado en una actividad reconocida a nivel internacional y tal como le aconsejaría su compañero de oficio, en la ficción de Lewis Carrol, el ‘Sombrerero Loco’, Marcos trabaja en no perder nunca "su muchosidad".