Ponte da Boga ha presentado su nuevo Capricho de Godello, una exclusiva propuesta monovarietal en la que ofrece "todo el potencial" de esta variedad emblemática de la Ribeira Sacra.

Tras la experiencia inicial que comenzó en el 2008, cuando se optó por fermentar este vino blanco en barrica, en el 2019 se retomó la idea de volver a elaborar un Godello "singular" y que "mostrase la complejidad de la variedad con el transcurso del tiempo".

En esta ocasión, tras una maceración pelicular de 6 horas, pasa a una fase de fermentación y crianza en barricas de roble francés de 500 litros, conservándolo sobre sus lías durante cinco meses. Posteriormente, se culmina la crianza en botella durante un año antes de su lanzamiento.

El resultado es un vino serio, con "una estructura potente y una buena acidez que lo dotan de un gran equilibrio y un perfil aromático complejo". La madera aporta notas tostadas que complementan las notas a fruta de hueso y cítricas.

Esta propuesta de producción limitada saldrá al mercado con 1.350 botellas, que se incorporan a la grama de "caprichos" de Ponte da Boga, una línea de vinos provenientes de variedades y elaboraciones singulares, de la que también forman parte Capricho de Merenzao y Capricho de Sousón.