Los transportistas gallegos afrontan la amenaza de un nuevo paro de forma desigual
Vuelve la posibilidad del amarre de la flota por el precio del combustible, mientras sindicatos y patronal urgen medidas contra la inflación
18 junio, 2022 15:32SANTIAGO DE COMPOSTELA, 18 Jun. (EUROPA PRESS) –
Los transportistas gallegos se enfrentan de forma desigual a la posibilidad de un nuevo paro ante la subida disparada de los precios del combustible, después de la amenaza puesta sobre la mesa de la principal plataforma que lideró en España los paros en marzo de retomar las movilizaciones en julio si no hay avances por parte del Gobierno.
En declaraciones a Europa Press, el secretario general de la Federación Galega de Transporte de Mercadorías (Fegatramer), Carlos García Cumplido, avisa de que "sería un error" volver al bloqueo. Esta entidad, que es mayoritaria en el Comité Gallego de Transportes en Galicia y aglutina al 40% del sector de mercancías en la comunidad, no apoyó el paro de dos semanas que se produjo el pasado mes de marzo.
Sin embargo, la secretaria general de la Asociación Empresarial de Transporte de Mercadorías por Estrada de Galicia (Apetamcor), Miriam Otero, la principal asociación que apoyó los paros en Galicia en marzo, apunta que todavía no pueden valorar si respaldarán nuevas protestas, pero deja claro que, "ante esta situación, cualquier cosa puede pasar". Por ello, urge al Gobierno nuevas medidas para atajar esta escalada de precios con lo que evitar la vuelta a los bloqueos.
Esta misma semana, el presidente de la asociación de empresarios del transporte Asociación Empresarial Transportes Río Miño (Aetram) en Lugo, Diego Arias, aseguraba que, con el precio del carburante disparado, "ahora mismo es inviable trabajar". Todo ello, en una semana en la que el litro de gasoil está por encima de los 2 euros de forma generalizada en las gasolineras gallegas.
Medidas urgentes
En lo que sí coinciden todos los transportistas gallegos es en urgir medidas a las administraciones para atajar la subida de combustibles y la inflación generalizada, que es todavía mayor en Galicia (casi en el 10%) que en la media española.
García Cumplido indica que la situación es "muy complicada", puesto que la bonificación de 20 céntimos por litro "no surtió el efecto previsto", dado que fue "absorbida por el incremento" que se produjo. De tal forma, indica que están "prácticamente en la misma situación de marzo, con el combustible disparado", a lo que se unen otros factores como escasez de materias primas e inflación acusada.
No obstante, el representante de Fegatramer recuerda que no secundaron el pasado paro porque "no aportaba nada", "por el contrario supuso un sacrificio especialmente importante" para las empresas de transporte más pequeña, pues en esa situación de huelga "no pueden hacer frente a gastos". "Lo veríamos totalmente fuera de lugar", sentencia sobre la posibilidad de ese tipo de movilización.
"Esto no quiere decir que creamos que los acuerdos resuelvan todos los problemas o que vaya al ritmo que nos gustaría", razona García Cumplido. Opina que las medidas específicas del Gobierno para compensar la subida del coste del gasoil también tienen que combinarse con otras "de carácter macroeconómico de reducir la inflación".
Señala que entre las medidas acordadas en diciembre por el Ministerio de Transportes con el Comité Nacional del Transporte por Carretera todavía quedan por ser desarrollar cuestiones como el reglamento de carga y descarga que "se está ahora mismo elaborando" en comisiones de trabajo, a lo que se suma el proyecto de ley para prohibir trabajar a pérdida –cuyo primer borrador ha sido presentado esta semana por el Gobierno–.
En conversación con Europa Press, la secretaria general de Apetamcor, Miriam Otero, incide en que se vive una "gran incertidumbre y volatilidad", por lo que "ante esta situación cualquier cosa puede pasar". "El Gobierno tiene que tomar medidas pero ya, no queda otra", advierte.
"Espero que tome las medidas necesarias para paliar esta subida del gasóleo que es insoportable, no solo para los transportistas, sino para empresas cargadoras que tampoco van a poder repercutir en sus productos", prosigue en su argumentación.
Otero no descarta nada, pero tampoco aclara cuál será la postura de su asociación, puesto que "el paro es una medida de necesidad del sector", "cuando la gente para es porque es una cuestión de necesidad". "No sabemos nada, en una situación de incertidumbre y volatilidad no es posible prever", "igual que era imposible prever una exagerada subida de gasóleo después del paro que se hizo", apostilla.
"Indudablemente siempre que hay un paro los grandes perjudicados son los transportistas, que son los que más pierden, porque un paro patronal tienes que seguir parando al conductor, los impuestos, los seguros", "pero las cargadoras también se ven perjudicadas", relata.
¿Amarre de la flota?
Precisamente, durante estos días el presidente de la Federación Nacional de Cofradías y patrón mayor de Burela (Lugo), Basilio Otero, ha expuesto que el alto precio del gasóleo está obligando a muchas embarcaciones a no salir a faenar y a permanecer amarradas a puerto.
De hecho, la Federación Nacional recaba los datos de consumo de las cofradías para "intentar hacer una compra conjunta de gasóleo". "Hemos hablado con Repsol, nos reunimos con ellos hace tres semanas y vieron con buenos ojos esta propuesta. Tenemos que saber cuántos litros vamos a consumir al mes y sentarnos con Repsol y Campsa e ir al mejor postor", señala.
Sobre esta cuestión, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, avisó de que "los precios que tiene el gasóleo están llegando a un momento en el que hacen inviable la explotación por parte de las embarcaciones pesqueras". Por ello, emplaza al Gobierno central a que "se tomen las medidas necesarias para evitar el paro en la flota".
Peticiones de sindicatos y patronal
Esta misma semana, CC.OO. y UGT, así como la patronal gallega, han trasladado en sus encuentros con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la necesidad de que se implementen medidas ante la inflación disparada.
Por su parte, la CIG salió a la calle en Santiago para reclamar que los salarios se revaloricen respecto al IPC real, con un rechazo al denominado pacto de rentas.