Ferrovial ha desarrollado unos contenedores inteligentes y los ha instalado en A Coruña con el objetivo de promover el reciclaje entre los ciudadanos y conocer datos referidos al depósito de basura orgánica. El objetivo de la empresa con el proyecto Orgánica de Calidad es obtener información sobre los olores, los ruidos, el proceso de llenado o las condiciones de temperatura y adaptar los servicios a las necesidades de los habitantes.

La iniciativa se centra en los contenedores orgnánicos con horario libre de depósito, tal y como explica la técnico en Ferrovial Servicios y responsable del proyecto Orgánica de Calidad, Lidia Caamaño. El sistema registra de forma anónima las horas en las que se produce el depósito de la basura, detecta la temperatura interna del contenedor y controla lo lleno que está en cada momento. Esto es fundamental porque el porcentaje de llenado y el tiempo que pasó desde que se recogió la basura orgánica por última vez son los dos factores que determinan cuándo se producirá la próxima recogida, de forma que se evite la aparición de los malos olores.

Los contenedores cuentan con cierres eletrónicos de apertura controlada mediante tarjeta RFID, de forma que solo los vecinos participantes en el proyecto tienen acceso a estos depósitos. Precisamente, estos tienen un grupo en Facebook en el que comparten sus impresiones sobre el proyecto y sugieren posibles mejoras.

El sistema de recogida del Consorcio As Mariñas se centra en la separación en origen de la materia orgánica e inorgánica, según explica su gerente, Miguel Sandar. "Para nosotros la materia orgánica es de suma importancia porque con ella se consigue el compostaje en la planta de tratamiento de Nostián", indica Sandar en un vídeo.

Este proyecto forma parte de las medidas que Ferrovial Servicios desarrolla en el marco de la innovación urbana, en la que "los ciudadanos son los principales impulsores del cambio". Entre las propuestas de esta firma está un servicio de bicing en Barcelona, la aplicación móvil Dugud para promover el reciclaje o el programa colaborativo Londoner’s Lab.