Familia en un camping

Familia en un camping Shutterstock

Turismo

Los campings de A Coruña, muy satisfechos con el verano: "El covid marcó un antes y un después"

Los profesionales del área metropolitana aseguran que es un sector estacional, pero que sigue creciendo año tras año

8 septiembre, 2024 05:00

A Coruña no ha disfrutado de un gran verano este 2024. Fueron pocos los días de sol en la ciudad y muchos los de lluvia, sobre todo durante junio y julio y eso se hizo notar en varios sectores económicos. Los hosteleros, por ejemplo, aseguran que, en términos meteorológicos, "no ha sido un buen verano" y los campings del área metropolitana lo avalan. 

Esteban Álvarez, propietario del camping Velo Mar, en Sada, explica que "hasta la última semana de julio no empezó a moverse la cosa", aunque en agosto el negocio pudo "remontar" e incluso asegura que "este año fue mejor que el anterior".

Coincide con la apreciación Javier Bértoa, que describe el verano como "atípico". Habitualmente las reservas se reparten entre los meses de junio, julio y agosto, pero este 2024 la avalancha llegó en agosto. "En junio no paró de llover y en la primera quincena de julio fue más de lo mismo. Ahí el turismo nacional no acudió", explica el propietario del camping As Nevedas, en Carballo. 

Con todo, ambos están satisfechos con la temporada. Aseguran que cada año hay más gente que se anima a probar el camping. Javier Bértoa, por ejemplo, está convencido de que "está de moda" porque cada vez hay más "campers de paquete". 

Mercedes Campaña, gestora del camping de Los Manzanos (Oleiros), se remonta más atrás. Ella está convencida de que el covid fue "un antes y un después" en el modelo de camping. Tras la irrupción del virus, la gente valora más las estancias al aire libre y libre de aglomeraciones.

Una persona de acampada, en una foto de archivo.

Una persona de acampada, en una foto de archivo.

Sus instalaciones cuentan con 85 parcelas, 13 bungalós y una zona de acampada libre y en varios momentos del verano colgaron el cartel de "completo". Otro de los factores que cree que hacen inclinar la balanza a este tipo de turismo es el ahorro.

En su caso, por ejemplo, alquilar una parcela para una tienda de campaña para dos personas y un coche con toma electricidad incluida cuesta 34 euros la noche, aproximadamente. Los bungalós, por ejemplo, ya ascienden a cerca de los 95 euros la noche en temporada alta. 

Por otro lado, Isabel Pulido, del camping Aguiar de Gandarío, en Bergondo, está segura de que el tiempo de Galicia también influye. "Mucha gente viene huyendo del calor", apunta. Asimismo, Pulido calcula que la estancia media por visitante es de 4 días, aproximadamente. 

Perfil del cliente

En términos generales, desde el sector explican que existen dos grandes formas de segmentar a los turistas: en nacionales y extranjeros o en función del número de días que acampan. Según la experiencia de Isabel Pulido lo más habitual es que los visitantes estén una media de cuatro noches, pero también hay quien prolonga la estancia más de una semana. 

Javier Bértoa defiende, por ejemplo, que la estancia en bungaló oscila entre los cinco y siete días (con un coste de 90 euros noche, aproximadamente), mientras que en el formato acampada, los extranjeros suelen estar "dos o tres" y los españoles llegan hasta los siete (con un coste de 30 euros por día).

"Hay mucha gente que usa el camping como base, pero que aprovecha para explorar la zona. Incluso pueden ir un día a As Catedrais y otro a O Grove", indica el propietario de As Nevedas. "Para nosotros el campista de verdad es el que está 4 o 5 días y exploran la zona. Otros está solo dos días y hace kilómetros y kilómetros, pero no ve nada", añade. 

Sin embargo, Esteban Álvares cree que todo depende de los gustos e intereses personales. "Hay quién prefiere venir a explorar la zona unos días y otros que están 15 días y priorizan el descanso, disfrutar de las comidas, de las playas...", explica. 

En general, los propietarios entrevistados coinciden en que el sector es muy estacional. Mercedes Campaña es de las pocas que abre su negocio todos los días del año. En inverno, por ejemplo, el cliente suele ser extranjero. Sobre todo jubilados de nacionalidad inglesa y alemana. Otros como Esteban o Isabel tan solo abren los meses de temporada alta y, todavía así, las ganancias son tan notables que vale la pena. "Es un sector al que aún le queda mucho por crecer", augura Esteban.