• ACTUALIZACIÓN: El alcalde de Pontedeume (A Coruña) niega haber agredido a la trabajadora de un local

La propietaria del bar Fubolín de Pontedeume (A Coruña) ha denunciado ante la Guardia Civil al alcalde del municipio, Bernardo Fernández, por presuntamente haberla agarrado y empujado en público en la noche del pasado día 7 de septiembre. El regidor, que también es portavoz del Grupo Provincial Socialista en la Diputación de A Coruña y Secretario General del PSdeG-PSOE en la misma provincia, ha emitido por su parte un comunicado en el que desmiente lo sucedido.

Así lo recoge el comunicado que ha hecho público el BNG de la localidad en el que muestra su apoyo a la víctima, así como su "repulsa absoluta ante esta lamentábel acción". Según se desprende del texto, la agresión se habría producido después de que la mujer expresara críticas hacia Fernández, que además habría precisado ser atendida en el centro de salud tras los hechos.

"Entendemos que calquera representante público, neste caso o alcalde, que se debe á veciñanza que o elixiu, debe actuar dunha maneira impecábel e non perder os papeis dese xeito ante as críticas que poida recibir das e dos veciños", relatan los nacionalistas.

Comunicado del BNG de Pontedeume

Y prosiguen explicando que "apreciamos por parte do alcalde un rexeitamento continuo ante calquera opinión diferente á súa e parécenos inconcibíbel que se chege ao contacto físico ante unha crítica ou discusión política".

Finalmente, el grupo asegura que solicitará una reunión "inmediata" con la Junta de Portavoces para convocar un pleno extraordinario en el que el alcalde pueda dar las explicaciones oportunas, al margen del proceso judicial abierto tras la denuncia interpuesta.

Comunicado del alcalde

Por su parte, Fernández ha emitido un comunicado en el que niega lo sucedido y asegura que no se produjo por su parte "ningún tipo de empuxón, nin comportamento agresivo".

Según su escrito, las discrepancias que motivaron el suceso habrían tenido su origen en la negativa transmitida por el Ayuntamiento a la petición de varios establecimientos que querían instalar una barra en la calle durante la celebración de las Festas das Peras.

Así, explica que en la noche en la que se produjeron los hechos, él se encontraba caminando a su casa en compañía de su mujer cuando "á altura do establecemento da agora denunciante", vieron a una persona en la terraza a la que habían tenido que asistir durante el pregón de las fiestas tras sufrir un desmayo, por lo que se acercaron a conocer su estado de salud.

Fue cuando estaba hablando con ese vecino cuando "escoitei como detrás de min alguén me increpaba, e ao virarme puiden comprobar que era a propietaria do local quen ao mesmo tempo braceaba e invadía o meu espazo persoal recriminándome o feito de non serlle autorizada a instalación da barra citada con anterioridade".

En ese momento él le indicó que no era el momento de tratar ese asunto y "o único que fixen dunha forma suave e respectuosa foi separar os seus brazos para tentar que se tranquilizara". Así, asegura que "en ningún momento produciuse pola miña parte ningún tipo de empuxón, nin comportamento agresivo".

Fernández subraya que había testigos en ese momento que pueden dar fe de lo sucedido y "desde a tranquilidade de quen sabe a verdade e que nada ten que ocultar" traslada su "confianza cega e respecto, tanto na actuación da Garda Civil, ante quen se interpuxo a denuncia, como no xulgado competente onde esta recaiu".