Ser capaz de rendir bajo presión no suma sino multiplica tu nivel deportivo

Ser capaz de rendir bajo presión no suma sino multiplica tu nivel deportivo

Opinión

Ser capaz de rendir bajo presión no suma sino multiplica tu nivel deportivo

La presión en el deporte profesional es algo conocido por todos. De hecho, yo diría que es la característica principal del deporte de élite.

7 agosto, 2021 12:01

Los deportistas profesionales como Simone Bales deben dedicar gran parte de sus horas a entrenar diariamente para alcanzar unos objetivos tan exigentes que no es tarea fácil. Si dichas tareas no saben gestionarse, el impacto en la salud mental podría estar asegurado.

En los momentos más importantes, cuando todo está en juego, la presión aparece. La presión es un estrés extremo que surge en momentos de máxima importancia, cuando la exigencia es alta y las consecuencias son decisivas.

La evaluación social, la importancia del resultado, los entrenadores y familias que muchas veces se preocupan más por los resultados que por el bienestar del propio deportista y la manera en la que los medios de comunicación relatan las competiciones, no ayuda a reducir los niveles de presión.

La presencia de una sola mirada hace que disminuya el rendimiento de cualquier deportista, esto muestra la desventaja de jugar en casa en los partidos decisivos, por ejemplo.

Sentirse evaluado hace que tomes consciencia de lo que estás haciendo y que intentes controlarlo para que nada falle y es bien sabido que, en el intento de tenerlo todo controlado uno se descontrola.

Los automatismos y acciones técnicas que se realizaban de manera intuitiva y rápida pasan a ser ejecutadas de forma consciente, pasando a ser lentos y torpes.

El córtex prefrontal sobre activado te desactiva y el rendimiento disminuye.

Cuando el dominio de una habilidad es alto, el cerebro funciona eficaz y eficientemente. Estar bajo presión altera la comunicación de las diferentes áreas cerebrales, y aquí surgen los bloqueos.

Tomar decisiones complejas requiere procesar mucha información relacionada con el objetivo, ganar, de esto se encarga la memoria de trabajo.

Cuando la amenaza de una gran pérdida o el ansia de una gran victoria están cerca, las emociones, pensamientos y sensaciones consumen mucha capacidad en la memoria de trabajo, esto hace que se deje menos espacio para lo importante. Bajo presión, la memoria de trabajo se sobrecarga y el rendimiento baja.

Lo importante de un resultado no depende de la evaluación objetiva de la situación, sino de la percepción objetiva. Por tanto, para bien o para mal depende de tú enfoque.

Aprender a diferenciar cuando eres más vulnerable a la presión te permite adaptarte mejor.

Los récords del mundo no cuentan si no hay nadie mirando. Si se quiere llegar a niveles altos de rendimiento, hay que aprender a rendir bajo la presión del resultado y la expectación. Revisar tú forma de pensar y tu idea de ganar es la base, pero obtener los recursos y estrategias psicológicas puede marcar la diferencia.

Gracias a Simone Bales por poner en palabras tantos sentires compartidos.

Por demostrar al mundo la importancia de la salud mental, que cuidarse es lo primero, que dar un paso atrás también puede ser necesario, y por trasladar tanta fortaleza y  que pedir ayuda sólo es cosa de valientes.